La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

Intermodalidad, aeropuertos y territorio. El caso del Camp de Tarragona

Intermodalidad, aeropuertos y territorio. El caso del Camp de Tarragona

Por Josep-Maria Arauzo-Carod – Departament d’Economia- Universitat Rovira i Virgili (QURE-CREIP) – @IND_LOC

Los efectos positivos que las infraestructuras de transporte ejercen sobre el territorio han recibido no poca atención por parte de la literatura, y es por ello que sabemos que dichos efectos acostumbran a ser mayores en la medida que dichas infraestructuras sean intermodales. La condición de intermodalidad se refiere a la articulación entre diferentes modos de transporte, de forma que sea fácil y cómodo pasar del avión al tren, por ejemplo, o del tren al autobús. Así, en la medida en que se produzca este carácter intermodal, la contribución de una infraestructura de transporte al desarrollo regional será más intensa. Sin embargo, la ausencia de intermodalidad generará, en consecuencia, el efecto contrario.

Un ejemplo de ello se muestra en el Camp de Tarragona, la región metropolitana formada por Reus y Tarragona como localidades principales, pero que también incluye otras de menor tamaño como Salou, Cambrils o Vila-seca. En esta zona se ubica el Aeropuerto de Reus (la principal conexión del territorio con el exterior), el Puerto de Tarragona (el séptimo del Estado en volumen de tráfico), la línea de alta velocidad Barcelona – Madrid, por ella transcurrirá el Corredor Mediterráneo y también en esta zona debiera ubicarse la estación intermodal en el sur del aeropuerto, la Estació Central del Camp, con el objeto de conectar dichas infraestructuras.

Estació Central del Camp (Reus)

Fuente: Plan Director del Aeropuerto de Reus (2006), Ministerio de Fomento.

Sin embargo, dicha estación, incomprensiblemente, sólo existe sobre el papel. De hecho, las obras se adjudicaron el 2009 por 54 millones de euros y se fijó la fecha de 2012 para su finalización, algo que no llegó a suceder dado que los trabajos se paralizaron el 2010 poco tiempo después de iniciarse el movimiento de tierras. La estación, de 56.000 metros cuadrados y un coste de 54 millones de euros, estaba prevista al sur del aeropuerto, sobre el ramal de conexión del Corredor Mediterráneo y la línea del AVE y a pocos metros de la autovía que une Reus con Tarragona y de la AP-7, la autopista que recorre el litoral catalán y valenciano. El resultado es un espacio abandonado en el centro de una zona metropolitana con una dotación de infraestructuras diversa pero que no tienen ningún tipo de conexión entre ellas, con lo que se pierde todo efecto multiplicador de su proximidad geográfica.

La Estació Central del Camp podría jugar el papel de nexo entre todas esas infraestructuras, aportando valor a todas ellas al permitir conexiones intermodales entre diferentes tipos de trenes, los pasajeros que operan en el Aeropuerto de Reus y las mercaderías y pasajeros usuarios del Puerto de Tarragona. Sin embargo, por el motivo que fuera, dicho proyecto fue apartado de las prioridades inversoras del ministerio de Fomento, en un contexto de finales de la década pasada en el que la crisis económica obligó a reformular los compromisos inversores de las administraciones públicas, unas renuncias que no siempre estuvieron justificadas desde un punto de vista económico, como en el caso que nos ocupa.

A finales del 2018 el comisionado del Ministerio de Fomento para el Corredor Ferroviario del Mediterráneo, Josep Vicent Boira, generó una inmensa polémica al precisar, por vez primera, que la Estació Central del Camp “no está considerada” en los planes del gobierno central. Sin embargo, dicha polémica acabó generando un consenso político sin precedentes en el Camp de Tarragona, gracias al cual los principales alcaldes de la zona unificaron prioridades inversoras en materia de infraestructuras y, posteriormente, presionaron a la Generalitat y al ministerio de Fomento en el marco de la comisión de coordinación que los integra, a efectos de reactivar dicho proyecto. El resultado es un estudio funcional y de demanda de viajeros de la (futura?) estación encargado por ADIF, cuyo resultado podría permitir recuperar el proyecto enterrado hace una década.

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