La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

El aeropuerto de Barcelona y el ejemplo del RCD Espanyol

El aeropuerto de Barcelona y el ejemplo del RCD Espanyol

Por Javier Romaní Fernández – AQR-IREA – UB

 

Había pensado titular este articulo: “el aeropuerto, mucho más que los turistas”, pero el símil futbolístico me ha parecido especialmente adecuado.

Ya desde hace muchos años, autores como Simpson (1992), McCann (2001), Porter (1995) o Florida (2004) han mostrado que las ciudades (entendidas en sentido amplio, como grandes regiones urbanas) son un actor de primer orden en la economía mundial. De hecho, estos autores aportan evidencia de que, en muchas ocasiones, la competencia económica entre territorios a nivel internacional no se produce a nivel de países, ni siquiera de regiones, sino de ciudades. Y, donde hay competencia, hay una clasificación. Diversos organismos e institutos de investigación han realizado sus propias clasificaciones de ciudades a nivel mundial: las más importantes son conocidas como “ciudades globales” o “ciudades alfa” (según la clasificación realizada por GaWK desde 2000). Dichas ciudades se podrían considerar como la “Primera División” de la economía mundial. Ciudades como Nueva York, Londres, Tokyo, París o Pekín encabezan esta clasificación (GaWK las clasifica como “alfa ++”). Podríamos compararlos al F.C. Barcelona o al Real Madrid en la liga española.

Y aquí viene el símil con uno de los clubs históricos de la ciudad: al igual que el Espanyol, Barcelona se ha mantenido históricamente en esta “Primera División” desde hace muchos años, aunque como participante modesto… y, al igual que el Espanyol, ha sufrido un traspié que la ha llevado al descenso de categoría. En la edición del ranking de 2020, por primera vez desde 2000, Barcelona no aparece en el grupo de las “ciudades alfa”, sino en el siguiente, el de las “ciudades beta”[1]. Es decir, en lugar de competir con Londres, París, Amsterdam o… Madrid, Barcelona estaría ahora compitiendo con Hamburgo, Dusseldorf, Budapest o Bucarest. Claramente, esto refleja una pérdida de la posición económica de la ciudad. Las razones para esta pérdida vienen por causa principalmente de la pandemia, que ha golpeado muy duramente a sectores en los que tradicionalmente Barcelona es fuerte, y quizá también por la inestabilidad política (suele decirse que “el dinero es cobarde”). Pero, de lo que no hay duda, es de que la recuperación de la categoría no vendrá sola. Deben tomarse medidas y realizar una planificación adecuada para que la economía de la ciudad se recupere. De nuevo, el símil futbolístico encaja perfectamente: si se toman las medidas adecuadas, como el Espanyol hizo la pasada temporada, Barcelona podrá recuperar la categoría perdida. Si no se toman medidas, o las que se toman son equivocadas, Barcelona puede vegetar indefinidamente por las categorías inferiores, como le pasó, por ejemplo, al Deportivo de La Coruña.

¿Y qué medidas deberían tomarse? Si miramos a las ciudades que forman parte de ese selecto grupo de “ciudades alfa”, veremos que algunas destacan por la concentración del sector financiero (Nueva York o Londres), otras por ser la sede de importantes empresas de sectores innovadores (San Francisco) o relacionados con el espectáculo y la creatividad (Los Ángeles, Miami o Bombay), otras por ser la sede del poder político (París o Pekín) o de grandes instituciones de la educación o la investigación… pero hay una cosa que todas tienen en común: todas estas ciudades disponen de un aeropuerto internacional de primer nivel, lo que se conoce como un “hub”. Esto permite conexiones aéreas directas con muchas otras grandes ciudades de todo el mundo, y vuelos con pocas escalas desde la mayoría de aeropuertos mundiales. Este factor es especialmente valorado por los directivos a la hora de establecer las sedes de sus empresas, y también la localización de sus filiales. Por poner un ejemplo, a igualdad de condiciones en otras variables, si un empresario indio está pensando en establecer una filial en España y observa que desde su ciudad a Madrid solo tiene que realizar una escala, mientras que a Barcelona tiene que realizar tres (y, si los planes para reducir el número de vuelos de media distancia se convierten en realidad, probablemente la última etapa no sea en avión, sino en AVE, lo que implica varios cambios de medio de transporte)… ¿cuál de las dos ciudades es más probable que elija?

Por eso es importante una ampliación que permita convertir el aeropuerto de Barcelona en un “hub”. Más vuelos intercontinentales, y más rutas directas con grandes ciudades significan más oportunidades de negocio para Barcelona. Los turistas son importantes, pero no son el único factor de valor añadido que aporta el Aeropuerto.

De acuerdo que también es posible aumentar la competitividad de Barcelona en otras áreas, pero olvidarse del Aeropuerto es como empezar el partido con un gol en contra.

 

BIBLIOGRAFÍA Y ENLACES

Florida, R. (2004): “Cities and the creative class”. Routledge.

GaWk: “The World according to Gawk”. https://www.lboro.ac.uk/gawc/gawcworlds.html

Innovation cities: “Ranking 2020”. https://www.innovation-cities.com/worlds-most-innovative-cities-2021-top-100/25477/

Kearney: “2020 Global Cities Index”. https://www.kearney.com/global-cities/2020

McCann, P. (2001): “Modern urban and regional economics”. Oxford university Press.

Porter, M. (1995): “The Competitive Advantage of the Inner City”. Hardvard Business Review, 73. https://hbr.org/1995/05/the-competitive-advantage-of-the-inner-city

Simpson, W. (1992): “Urban structure and the labour market”. Clarendon press, Oxford.

“La riqueza de las regiones” constituye un instrumento de comunicación e intercambio de ideas promovido por Asociación Española de Ciencia Regional (AECR). Para más información sobre la actividad de AECR visite su Página Web o síganos en FacebookLinkedin, Youtube y/o Twitter.

 

[1] En otras clasificaciones, , como la de Kearney (2020) o Innovation Cities (2020), Barcelona se mantiene en el grupo de las principales ciudades globales, aunque con una significativa pérdida de posiciones respecto a años anteriores.