Potenciales efectos espaciales de largo plazo del Brexit
Por Fernando Rubiera Morollón, Laboratorio de Análisis Económico Regional – REGIOlab
Durante estas semanas, después del shock que supuso la incompresible decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, empiezan a aparecer las primeras perspectivas sobre el impacto para la economía española que una Europa sin Reino Unido puede tener. La mayor parte de estos pronósticos analizan el impacto comercial o financiero. Mi propuesta para estas líneas es esbozar como puede ser el impacto espacial. ¿Qué territorios dentro de España podrían verse más afectados por el Brexit? ¿Altera la salida del Reino Unido de algún modo las dinámicas espaciales actuales?
Está claro que el impacto más inmediato que se prevé es el que se producirá sobre el turismo, especialmente el modelo de sol y playa que se concentra a lo largo de la costa mediterránea. Se teme que la pérdida de poder adquisitivo de los numerosos turistas ingleses, como consecuencia de la fuerte devaluación experimentada por la libra, reduzca drásticamente su llegada a nuestro país. Afortunadamente los tour-operadores venden sus paquetes turísticos con una extraordinaria anticipación por lo que se prevé que este impacto, al menos este año, será muy moderado en términos de visitantes recibidos. Otra cosa es como puede reducirse el gasto medio por turista y como eso seguramente afectara a los resultados conseguidos al final de temporada por los establecimientos de hostelería y comercio de estas zonas.
En el medio plazo la salida del Reino Unido concentrara efectos sobre las exportaciones de España. El Reino Unido es uno de los principales receptores de nuestras ventas al exterior en sectores como la industria textil o el sector del automóvil, actividades concentradas en Cataluña y Valencia.
Parece por lo tanto que los efectos espaciales del Brexit sobre España se distribuirán, al menos en el corto y medio plazo, a lo largo del mediterráneo. Pero creo que el impacto espacial a largo plazo puede cebarse especialmente en la costa Cantábrica, por una razón: la alteración de los ejes de desarrollo europeo que previsiblemente provocara una Europa sin Reino Unido.
La extensión del desarrollo del centro de Europa a la periferia se articula mediante varios ejes o corredores del crecimiento. Dos de ellos son especialmente importantes para nuestro país: el arco mediterráneo y el arco atlántico. El arco mediterráneo extiende el desarrollo desde Paris al sur de Francia bajando hacia Italia y España. El arco atlántico integra a los países nórdicos con la fachada atlántica del sur de Europa apoyándose en el Reino Unido y en el papel de capital financiera que ejerce Londres. La cuestión clave para una parte importante de España es como se verá afectado en el largo plazo este segundo corredor de desarrollo, el arco atlántico, en una Europa sin el Reino Unido. Muy probablemente el eje perderá fuerza, más cuanto más se aislé comercialmente de Europa el Reino Unido, lo que es muy probable que ocurra estando fuera del mercado común. Previsiblemente el corredor atlántico se reconstruirá a través del continente, lo que refuerza la importancia de la proximidad a la frontera con Francia. Es decir, es previsible que en la Cornisa Cantábrica española haya un refuerzo de la centralidad de Bilbao mientras que Asturias y Galicia se vean más periféricas que antes. Esta pérdida de la relevancia del Atlántico seguramente afectara más a Portugal que a España, pero un norte de Portugal débil hace débil a Extremadura, Galicia, Castilla y León y Asturias.
Es muy difícil prever los efectos espaciales de largo plazo del fenómeno Brexit, cuando ni siquiera podemos prever cómo será la evolución política o los efectos sobre el comercio o el turismo de corto plazo. Pero todo parece indicar que sin el Reino Unido el arco atlántico será más débil en el largo plazo y se reforzara el eje mediterráneo impulsando aún más la tendencia a concentrar la riqueza en los territorios del nor-este peninsular.