La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

¿Política económica ciega espacialmente?

Vicente Royuela (AQR-IREA y Universidad de Barcelona) y David Castells-Quintana (AQR-IREA y Universitat Autònoma de Barcelona)

Hay numerosas acciones de política económica que consideran explícitamente el territorio y la dimensión espacial en su diseño, teniendo en cuenta las circunstancias de las regiones, ciudades y pueblos donde se van a aplicar, así como sus consecuencias. El ejemplo más evidente puede ser la construcción de una infraestructura viaria, de servicios sanitarios o educacionales, etc. Un hospital o un colegio difícilmente pueden trasladarse. Tampoco parece sencillo trasladar un puente sobre el Ebro hacia el Tajo, o viceversa.

Hay otras acciones de política, sin embargo, que en su diseño o implementación se abstraen del espacio. Existen numerosos ejemplos al respecto: desde la política monetaria hasta diversas regulaciones del mercado de trabajo, como la indemnización por despido según el tipo de contrato, o bien el salario mínimo. Sin embargo, pese a que el diseño de estas herramientas de política económica no tenga en cuenta el territorio, los efectos de estas políticas no son neutrales en el espacio. Por ejemplo:

– Cuando en los inicios del siglo XXI la economía alemana pasaba por un período complicado, el Banco Central Europeo decidió establecer un tipo de interés relativamente bajo, lo que tuvo consecuencias en la generación de la burbuja inmobiliaria en España.

– El hecho de que el salario mínimo sea el mismo en toda España cuando ni los precios ni el salario medio son homogéneos a nivel regional, hace que este tipo de protección, en la práctica, sea dispar.

Recientemente ha visto la luz una publicación [http://link.springer.com/article/10.1007/s00168-016-0784-3] en la cual se analiza la política de inversiones del Banco Europeo de Inversiones (EIB), una herramienta de financiación de proyectos de que dispone la Unión Europea y que se aplica tanto en países miembros como en países vecinos, para os cuales se ha diseñado una política, la European Neighbouring Policy, con cada vez mayor trascendencia para la UE.

En este trabajo primero analizamos la importancia de las infraestructuras en el crecimiento, teniendo en cuenta la distribución espacial de la población. Dadas las carencias que los países vecinos a la UE presentan en infraestructuras de conectividad, encontramos que existe un efecto positivo de la interacción entre el desarrollo de estas infraestructuras y el proceso de concentración urbana de la población. Así pues, es particularmente importante que el desarrollo de las políticas públicas tenga en cuenta las carencias en infraestructuras así como la distribución espacial de la actividad económica, así como sus consecuencias territoriales.

En la segunda parte del trabajo analizamos explícitamente los proyectos financiados por el EIB desde 1995, con especial atención a aquellos que tienen relación con el favorecimiento de la conectividad del territorio. Nuestros resultados apuntan a que los proyectos financiados en la UE sí que están correlacionados con la estructura y evolución de la distribución espacial de la población, mientras que cuando analizamos los proyectos financiados en los países bajo la ENP, dicha correlación desaparece.

En general, encontramos que el EIB no parece prestar una particular atención a la distribución espacial en la asignación de fondos y proyectos fuera de la UE. La dimensión espacial lleva claramente las preocupaciones relevantes: la asignación de fondos no sólo debe basarse en el rendimiento individual de cada proyecto. También es importante tener en cuenta los efectos globales dentro de los países en términos económicos, sociales y territoriales. En cualquier caso, nuestros resultados ponen de manifiesto la necesidad de seguir investigando en relación con el contexto y el efecto espacial de las políticas de desarrollo.