Planificación urbana y desarrollo socio-económico: recapitulación
Por Fernando Rubiera Morollón, coordinador del Laboratorio de Análisis Económico Regional de la Universidad de Oviedo – REGIOlab y profesor de Economía Aplicada.
Durante los lunes desde septiembre y hasta la fecha hemos dedicado las entradas de este blog a la revisión de la importancia de la planificación urbana sobre el desarrollo económico. Es evidente que la planificación y ordenación del territorio juega un papel fundamental en el desarrollo sostenible y equilibrado de las ciudades así como en la preservación del patrimonio (cultural y medioambiental). Pero lo que hemos tratado de destacar con las distintas entradas de estas semanas es su papel como instrumento de desarrollo económico y social. El lema del Encuentro anual de ciencia regional de la Asociación Española de Ciencia Regional de 2013 utilizaba justamente la idea del papel que las ciudades pueden jugar en la recuperación económica. Un año después ese papel puede ser aún mas relevante y contribuir no sólo a la economía sino también a la regeneración social y política del país.
Son muchos los economistas que han estudiado como la estructura de una ciudad afecta a la economía, a la creatividad, a la vida socio-económica y a la calidad democrática. La pionera Jane Jacobs sento las bases de una literatura multidiciplinar sobre el papel de las ciudades en el desarrollo social y económico (véase la entrada sobre las contribuciones de Jacobs, “El Nueva York que salvo Jane Jacobs 50 años después”). Richard Florida retoma la idea origial de Jacobs y estudia la conexión entre la ciudad y la creatividad esencia del desarrollo científico y tecnológico así como del arte (véase la entrada sobre las ciudades inteligentes y la clase creativa de Richard Florida, “Invertir en ciudad = invertir en personas”). El economista que mas recientemente ha contribuido en esta dirección a sido Paul Romer quien ha desarrollado una interesantísima idea del papel de las ciudades en la consolidación de instituciones eficientes y en la reducción de la corrupción (véase la entrada en el blog “La Riqueza de las Regiones “El poder de la planificación y gestión urbana como instrumento de desarrollo regional: enseñanzas de Paul Romer”, que se puede relacionar con la entrada siguiente, de Juan de Lucio; donde se presenta el mapa de la corrupción al que Romer propone atacar con su idea de ciudades estatuto). La idea de ciudades-estatuto de Paul Romer, propuesta en el marco de países en vías de desarrollo con instituciones débiles y corruptas, toma fuerza en la búsqueda de formulas para una profunda regeneración de la vida política y social en España.
En pequeñas píldoras a modo de entradas en nuestro blog hemos explorado algunos de los aspectos de la conexión entre planificación urbana y desarrollo económico y social que Jacobs, Florida o Romer explican. En las entradas “El crecimiento a salto de rana de la ciudad de Madrid”, “¿Son las ciudades españolas cada vez más dispersas?” y “Los efectos de la fragmentación política en áreas metropolitanas sobre su planificación urbana” se estudian tres aspectos que afectan a la efectividad de la planificación urbana en España. Son tres ideas que están muy conectadas entre sí y que expresan síntomas claros de que algo ha fallando en la planificación urbana de nuestras ciudades. Las contribuciones de Enrique Bueno (“La planificación urbana de los países en vías de desarrollo”) y Gerardo Ureta (“Planificación urbana y logítica, reflexiones desde Chile”) nos dan su perspectiva desde Latinoamérica. Otros problemas y retos mayores amenazan a las ciudades de Americanas pero las soluciones coinciden en torno a una correcta y consistente planificación. A estas contribuciones se suman otras anteriores realizadas en nuestro blog como la realizada por José María Mella “Lecciones de la ciudad de Copenhage” o la de Agustin Villar y Jose Antonio Moreno “Reutilización y Smart cities” entre otras.
Hay una idea en común que se puede extraer de todas estas contribuciones desgranadas en nuestro blog durante las semanas pasadas: la planificación urbana juega un papel fundamental en la solución de la mayor parte de los problemas económicos, sociales y políticos que enfrentamos hoy en día. En el plano macroeconómico, en el que operan el Banco Central, los gobiernos nacionales o la Comisión Europea, se pueden sentar las bases de un funcionamiento eficiente de marco económico. Pero es en el espacio urbano local donde se ocurren la creatividad que conduce a nuevas ideas, el eficiente y correcto funcionamiento de las instituciones, la competitividad y productividad de las empresas y la calidad de vida de los ciudadanos. Y, en este espacio local, donde la economía real crece o se estanca, es donde la planificación urbana puede ser un instrumento esencial para desatascar los problemas locales que pueden afectar a la marcha del territorio.