La importancia del conocimiento pluridisciplinar
Por Víctor Valverde, Profesor Titular de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid
Sabemos que conceptualizar implica fragmentar la realidad única. El mundo científico es especialista en separar, en dividir, pues así es como “penetra” en la realidad que quiere explicar o conocer[1].
Sabemos también que vivimos en un mundo de relaciones: cualquier fragmento de la realidad solo adquiere sentido cuando se pone en relación con otros fragmentos. Es “integrando” como comprendemos la realidad que nos rodea.
Dicho lo anterior parecería lógico potenciar el diálogo entre las diferentes disciplinas científicas; sería deseable incentivar el que estas hablaran entre sí, pues solo así podríamos avanzar para alcanzar una adecuada comprensión de la realidad.
Sin embargo, la actividad científica se desarrolla en todo el mundo a través de compartimentos básicamente estancos, con una marcada ausencia de comunicación entre las diferentes disciplinas.
La economía, siendo una ciencia social, no está libre de este comportamiento “aislacionista”. Un estudio publicado en el año 2015 en el Journal of Economic Perspectives[2] incluía la siguiente pregunta “¿Está usted de acuerdo o en desacuerdo con la afirmación de que el conocimiento interdisciplinario es mejor que el conocimiento obtenido de una sola disciplina?” La mayoría de los profesores de economía de EEUU que fueron sondeados[3] consideran que el conocimiento proveniente de una sola disciplina es mejor que el interdisciplinario[4].
De hecho, en el panorama científico actual ser pluridisciplinar es a menudo una circunstancia que penaliza. En los entornos donde se premia la “hiperespecialización”, la “pluridisciplaneriedad” no está bien vista. Dedicar la vida a fijar la atención en campos muy pequeños es incompatible e incapacita la evaluación de trabajos pluridisciplinares, los cuales encuentran serias dificultades para su divulgación científica[5]. Es por ello que debemos celebrar la existencia de organizaciones científicas que se mueven en la dirección contraria al de una inercia poco inteligente.
En el caso de la realidad regional, para poder comprender el presente es necesario conocer cómo hemos llegado hasta él. A su vez, sólo sabiendo dónde estamos, podremos alumbrar el futuro con recomendaciones útiles. Conocer la poliédrica configuración de la realidad regional exige favorecer la comunicación entre geógrafos, historiadores, economistas, juristas, urbanistas, etc. Este carácter pluridisciplinar hace de la AECR una “rara avis” en el panorama científico nacional. Y por ello, una realidad a potenciar, invitando a investigadores de todas las disciplinas que tengan algo que decir en relación a la realidad regional a participar en este foro de pensamiento.
“La riqueza de las regiones” constituye un instrumento de comunicación e intercambio de ideas promovido por Asociación Española de Ciencia Regional (AECR). Para más información sobre la actividad de AECR visite su Página Web o síganos en Facebook, Linkedin y/o Twitter.
[1] En sentido estricto los científicos no explicamos; simplemente describimos las relaciones causa-efecto de los diferentes componentes de la realidad.
[2] Marion Fourcade, Etienne Ollion, Yann Algan. “The Superiority of Economists”. Journal of Economic Perspectives. Vol 29, nº 1, winter 2015 (pp 89-114). Disponible en http://www.maxpo.eu/pub/maxpo_dp/maxpodp14-3.pdf
[3] El 57%.
[4] La pregunta que podría haberse realizado a continuación es: ¿para quién es mejor el conocimiento unidisciplinar, para el investigador, cuyos trabajos se financian en muchos casos con fondos públicos, o para el conjunto de la sociedad?
[5] La falta de comunicación no se produce únicamente entre los investigadores de disciplinas científicas diferentes, sino que se prolonga, lo cual es aun más llamativo, dentro de cada disciplina. Cada científico atiende a su “materia de interés” y a los “grupos de investigación” dentro de su “materia de interés”; saber de los trabajos de colegas que siendo de la misma disciplina se dedican a otras “materias o asuntos” parece carecer de interés en el actual mundo científico.