Infraestructura urbana de recarga (I): situación y proyección para 2030
Por Raúl Mínguez Fuentes. Cámara de Comercio de España y Universidad Nebrija.
En una entrada previa se destacaba la importancia de la movilidad como aspecto directamente vinculado a la calidad de vida, la sostenibilidad o las posibilidades de desarrollo económico, empresarial, social, cultural, educativo, etc. Por ello, la Cámara de Comercio de España, a través de su Comisión de Movilidad, había emprendido diversos ejercicios analíticos para profundizar en el conocimiento de la situación en la materia y aportar propuestas para disponer de un marco de movilidad urbana eficiente y dirigido al interés general.
Uno de estos trabajos es el análisis de las dotaciones de infraestructura urbana de recarga eléctrica y las barreras existentes para su impulso, y en función de ello, emitir una serie de recomendaciones para mejorar su despliegue en el territorio español.
El contexto marcado por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) define los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, de penetración de energías renovables y de eficiencia energética. Uno de los vectores energéticos prioritarios a tener en cuenta en el Plan es el correspondiente a la movilidad sostenible y, en especial, la penetración del vehículo eléctrico, de tal forma que se consiga una reducción drástica de las emisiones de CO2 en uno de los principales sectores responsables de dichos gases de efecto invernadero.
Sobre esta base se asientan desarrollos posteriores que explicitan el compromiso político con la movilidad eléctrica: Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada 2030; Estrategia de descarbonización a largo plazo 2050; Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte; o el PERTE para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado, entre otros.
A nivel europeo, este impulso hacia la electrificación del parque de vehículos también se encuentra plasmado en varios marcos de actuación. Concretamente, el Pacto Verde Europeo recalca la necesidad de acelerar la transición hacia una movilidad sostenible e inteligente, en el que la producción y utilización de combustibles alternativos –entre los que se encuentra la electricidad– despeñarán un rol decisivo. Un Pacto que encuentra su desarrollo en hitos como la Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente de la Unión Europea.
En suma, el marco normativo y la planificación estratégica nacional y comunitaria ponen de relieve la urgencia de avanzar hacia un nuevo modelo de transporte sostenible. Uno de los objetivos concretos establecidos para ello en el PNIEC es conseguir avanzar en 2030 la electrificación del transporte por carretera con el progresivo incremento del uso de vehículos eléctricos hasta alcanzar en 2030 los cinco millones de unidades.
A día de hoy, España no cuenta con objetivos vinculantes de desarrollo mínimo de infraestructura de recarga que acompasen estos objetivos de electrificación del parque de vehículos en nuestro país.
Según se deriva del ejercicio de la Cámara de Comercio de España, en 2030, la dotación efectiva (que contrastaría con la estimación inicial de 500.000 puntos de recarga necesarios según la ratio derivada de la Directiva 2014/94/UE) debería ser de aproximadamente 3,2 millones de puntos de recarga eléctrica en España, de los cuales como mínimo entre 223.000 y 360.000 se corresponderían con puntos de recarga públicos.
En la actualidad, como refleja la tabla 1, existe en España una red de 8.545 puntos de recarga eléctrica, destinados a un parque de unos 54.079 vehículos eléctricos, De este total, tan solo 38 puntos (0,4% del total), repartidos en estaciones situadas en siete Comunidades Autónomas (Asturias, Aragón, Cataluña, Murcia, Navarra, País Vasco y Madrid), son de potencias iguales o superiores a 250 kW. Este elemento es clave, ya que esta potencia es la única que permite asimilar la recarga eléctrica al repostaje convencional de combustible (tiempos entre 10 y 15 minutos).
Tabla 1. Puntos de recarga pública por Comunidad Autónoma. Total y distribución porcentual según potencia. 4T 2020.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de ANFAC.
El análisis pone asimismo de relieve que la actual red de puntos de recarga eléctrica accesibles al público en España no contiene una adecuada proporción de infraestructura en función del tipo de recarga, potencias y tiempos. Asimismo, se constatan carencias en la dotación de infraestructura de recarga eléctrica interurbana, imposibilitando la movilidad de personas y mercancías entre ciudades en un tiempo similar al de los actuales vehículos de combustión interna.
Por ello, el cumplimiento de los compromisos asumidos por España de reducción de emisiones en el horizonte 2030 en el ámbito del transporte terrestre, que previsiblemente debe ir acompañado de un protagonismo principal del vehículo eléctrico, será difícil de alcanzar si se mantiene la actual trayectoria en la evolución del parque de vehículos eléctricos. La potenciación del uso de este medio de transporte debe ir, necesariamente, acompañada de un mayor desarrollo de la infraestructura de recarga.
En este sentido, el documento de la Comisión de Movilidad de la Cámara de Comercio de España avanza una serie de medidas de ámbito regulatorio y de simplificación administrativa para el impulso y mejora del despliegue de infraestructuras de recarga eléctrica (que serán objeto de otra entrada del blog), capaces de acompañar y facilitar la transición gradual hacia una mayor utilización del vehículo eléctrico conforme a los compromisos establecidos en el PNIEC.
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