Emigración y desempleo regional: una relación compleja
Por Raúl Ramos (AQR-IREA, Universitat de Barcelona)
Entre 1995 y 2007, el peso de la población extranjera residente en España aumentó desde el 2% hasta el 12%. En pocas décadas, España había pasado de ser un país de emigrantes a un país de acogida. El inicio de la Gran Recesión significó, sin embargo, un nuevo punto de inflexión en las dinámicas migratorias. El flujo de entradas se redujo de manera significativa y, de hecho, según la Estadística de Variaciones Residenciales, el saldo exterior neto pasó a ser negativo en 2012 y 2013. El análisis de estos datos muestra además que el saldo exterior para los individuos de nacionalidad española ya era negativo desde 2008 si bien aún era compensado por entradas netas de extranjeros que, sin embargo, en 2013 también pasaron a ser claramente negativas.
Este cambio de tendencia se explica en buena medida por la migración de retorno a sus países de origen o a otro país europeo de un porcentaje importante de los inmigrantes que llegaron a España durante el boom económico (muchos de ellos nacionalizados como españoles durante su estancia en nuestro país) pero también de una nueva ola migratoria que buscan nuevas oportunidades en mercados de trabajo con mejores perspectivas que el español. Este último fenómeno ha generado una situación de alarma y de preocupación en la sociedad española ante la pérdida que puede suponer la emigración masiva de toda una generación de jóvenes bien preparados, especialmente en aquellas regiones con peores perspectivas laborales.
Tal y como puede apreciarse en el gráfico 1, según el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), el número de españoles que han emigrado ha aumentado claramente entre 2010 y 2014 de manera paralela al incremento de la tasa de paro que se ha producido en el mismo período que ha pasado del 18% al 26%. El aumento del diferencial de las tasas de desempleo de la región de residencia y otros países de la Unión Europea sería el principal factor que “empuja y arrastra” a los jóvenes más cualificados a emigrar. El gráfico 2 muestra la tasa de variación entre 2009 y 2014 del número de españoles (nacidos en España) residentes en el extranjero en cada provincia y la variación de la tasa de paro provincial entre 2009 y 2013. En contra de lo esperado, existe una asociación negativa entre las dos magnitudes: a mayor incremento en el desempleo (eje horizontal), menor crecimiento de la emigración (eje vertical). Existen posibles explicaciones a este resultado contrario al observado para el conjunto de España: en primer lugar, que en determinadas regiones, la salida de un porcentaje importante de la fuerza laboral automáticamente reduzca el desempleo (es decir, que la causalidad pueda ir en las dos direcciones); en segundo lugar, que existan otros factores que afectan simultáneamente a ambas variables y que no estamos controlando en este análisis. Por ejemplo, la importancia de las redes de emigrantes que puedan reducir los costes de la emigración: el gráfico 3 muestra una clara relación positiva entre el porcentaje de españoles nacidos en cada provincia y residentes en el extranjero en 2009 y la variación experimentada por dicha variable entre 2009 y 2014. Las provincias donde más ha aumentado la emigración española eran aquellas dónde ya era más importante al inicio del período.
Gráfico 1. Tasa de variación interanual del número de Españoles Residente en el Extranjero
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del PERE, INE.
Gráfico 2. Tasa de variación entre 2009 y 2014 del número de Españoles Residentes en el Extranjero en función de la provincia de inscripción (eje vertical) y variación de la tasa de paro provincial entre 2009 y 2013 (eje horizontal)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del PERE, INE.
Gráfico 3. Tasa de variación entre 2009 y 2014 del número de Españoles Residente en el Extranjero en función de la provincia de inscripción (eje vertical) y porcentaje de la población de la población residente en el extranjero en 2009 (eje horizontal)
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos del PERE, INE.
Sin duda, se trata de un tema interesante que tiene como principal limitación la calidad de las estadísticas disponibles: Tal y como describen Izquierdo, Jimeno y Lacuesta (2014), la EVR se elabora a partir de los registros municipales y, si bien los inmigrantes que llegan a España tienen incentivos a inscribirse, los emigrantes no tienen ningún incentivo a tramitar su baja en el padrón. Ahora bien, cuando registran su inscripción en el consulado español del país de destino se incluyen en el PERE, aunque tampoco tiene carácter obligatorio.
Referencias bibliográficas
Izquierdo, M., Jimeno, J. F. y Lacuesta, A. (2013), “La emigración de españoles durante la Gran Recesión (2008-2013)”, Cuadernos Económicos ICE, 87, pp. 57-84
Izquierdo, M., Jimeno, J. F. y Lacuesta, A. (2014), “Los flujos migratorios en España durante la crisis” Boletín Económico del Banco de España. Septiembre pp. 53,62