La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

De financiación autonómica y abejas

De financiación autonómica y abejas

Por Luis Angel Hierro – Profesor de Economía Pública de la Universidad de Sevilla. Vicepresidente de la Asociación Andaluza de Ciencia Regional y Coordinador del Master Oficial en Consultoría Económica y Análisis Aplicado de la Universidad de Sevilla

 

En 2013, hace ya 4 años, caducó el actual modelo de financiación autonómica y a fecha de hoy el gobierno sigue sin tener claro qué va a hacer. La financiación autonómica es como una colmena que suministra sustento a las comunidades autónomas y meterse a reformar el sistema de financiación es como zarandear una colmena. Un peligro político de elevado riesgo del que puedes salir aguijoneado.

Los intereses de los distintos actores son tan contrapuestos que no esta claro ni donde van a estar los tuyos. Los intereses de las Comunidades Autónomas ricas son contrarios a los de las pobres; los intereses de las Comunidades Autónomas que ganan en términos per cápita con el modelo actual son contrarios a los de las que pierden; los intereses políticos en las Comunidades en las que gobierna el mismo partido que en el gobierno central son contrarios a los de las Comunidades donde gobiernan partidos de la oposición; los intereses políticos dentro de cada partido son distintos según gobierne o esté en la oposición en cada Comunidad Autónoma. Y para colmo el sistema se aprueba con una ley y son los partidos de ámbito nacional los que están sentados en el último tramo de la negociación. El resultado es un puzle negociador de proporciones descomunales y eso sin tener en cuenta que en Cataluña se aplica el 155 y que el Parlamento de Cataluña es de mayoría independentista.

Con ese panorama es entendible que Rajoy, un gobernante no caracterizado precisamente por su valentía y arrojo, esté intentando por todos los medios no zarandear la colmena y ande dándole patadas al balón todo lo lejos posible a ver si consigue alejar de sí ese cáliz. Primero creó la Comisión de Expertos, ahora se refugia en que no hay presupuesto y mañana buscarán cualquier otra escusa.

Mientras tanto los demás actores andan armándose para la batalla. Asturias (PSOE), Galicia (PP), Aragón (PSOE) y Castilla y León (PP), comunidades beneficiadas por el actual sistema de financiación han creado una entente para defender su estatus, a pesar de su discrepancia ideológica. El gobierno valenciano, principal perjudicado del sistema actual, se ha lanzado una cruzada sobre la base de la deuda histórica generada por su tradicional mala financiación per cápita con la que espera consolidar su mayoría, con el efecto tan arrollador que tiene ese argumento. Y en Andalucía, por poner otro ejemplo, Susana Díaz está armando un consenso, al que primero se sumaron Podemos e IU, después lo ha hecho el PP, y está sólo a la espera de que Ciudadanos caiga como fruta madura, si no quieren salir escaldados en las próximas elecciones autonómicas como bien sabe el PP. De hecho, la sintonía al respecto en Andalucía empieza a ser tan amplia que hasta el Consejo Económico y Social de Andalucía ha alcanzado un consenso sobre la cuestión entre empresarios, sindicatos y agentes sociales (http://www.juntadeandalucia.es/consejoeconomicoysocial/adjuntos/publicaciones/1_2316_Informe_Financiacion_Autonomica_Version_Pleno_2018_01_29.pdf).

En definitiva, el problema que tiene Rajoy es que cuanto más tiempo tarde en reaccionar más fuertes serán los interlocutores autonómicos, osea más nerviosas estarán las abejas, y cuando llegue el día, que llegará, de mover la colmena más difícil será que los gobiernos de cada comunidad estén a favor del acuerdo, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayoría se enfrentará a elecciones autonómicas en 2019.

Obviamente, hay un bálsamo para la financiación autonómica pues, lo mismo que el humo permite al apicultor manipular el panal, el dinero hace más dóciles a las Comunidades Autónomas. El problema es que cantidad de euros que se requiere para calmar a las abejas autonómicas ronda, según los especialistas, entre los 10.000 y 15.000 millones de euros. Una cifra nada despreciable que Rajoy tenía prevista dedicar en su mayoría a reducir impuestos en el año preelectoral, fundamentalmente el IRPF, como siempre han hecho los gobiernos del PP. Si a ese problema le unimos la rebelión de los abuelos pensionistas, principal granero de votos del PP, el problema para Rajoy comienza a hacerse irresoluble.

Veremos hacia que lugar se mueve el humo. Perdón, el dinero.

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