La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

Contratación en Origen e incertidumbre en el abastecimiento de mano de obra agraria. La exploración onubense de los mercados de trabajo en Honduras y Ecuador.  

Contratación en Origen e incertidumbre en el abastecimiento de mano de obra agraria.  La exploración onubense de los mercados de trabajo en Honduras y Ecuador.   

Por Juan Antonio Márquez Domínguez – Instituto de Desarrollo Local. Universidad de Huelva

 

En marzo de 2021, los afiliados medios en alta laboral en la seguridad Social eran 18.920.902 personas, de las cuales el 10,95% eran extranjeras. Sin embargo, este dato encierra asimetrías evidentes porque en la agricultura trabajaban 235.603 extranjeros que suponían el 31,54% del total de los dados de alta en el régimen agrario. Esta dependencia de la mano de obra extranjera se sobredimensiona si nos detenemos en las escalas regionales o provinciales.

 

A nivel de comunidades autónomas, los extranjeros dados de alta en la agricultura superan el 50% de los totales en Valencia, Navarra, País Vasco, Murcia y la Rioja, mientras que Cataluña alcanza el 67% y Aragón el 70%. A más distancia aparecen Andalucía con el 23,80%, Asturias con el 24,18%, Illes Balears con el 47,89%; Canarias con el 19,27%; Cantabria con el 30,01%; Castilla León con el 36,46%, Castilla-La Mancha con el 40,1%, Extremadura con el 6,04%, Galicia con el 22,90% y la Comunidad de Madrid con el 47%.

 

Por provincias la dependencia puede hacerse aún mayor, tanto en las más desarrolladas desde el punto de vista agrario, como Almería, donde el 66% de los trabajadores dados de alta laboral en régimen agrario por la Seguridad Social son extranjeros, como en las provincias menos con agriculturas menos desarrolladas, como Huesca y Teruel donde los extranjeros llegan a suponer cerca del 70% de los afiliados dados de alta en la agricultura.

 

En números absolutos destacan con más de 30.000 extranjeros en la Agricultura, las provincias de Huelva, con 50.489, Murcia con 47.589 y Almería, con 36.380 extranjeros. A más distancia aparecen las provincias de Valencia con 13.836, Granada con 5.729, Sevilla con 5.541, Zaragoza con 4.074, Albacete con 4.015, Lleida con 4.671, Tarragona con 4.066, Castellón con 4.903, Alicante con 7.823 y Valencia con 13.836 extranjeros trabajando en la agricultura.

Atendiendo al origen de los extranjeros que trabajan en el campo destacan los procedentes de Rumanía, con 56.122 personas trabajando en el campo y Marruecos con 94.382, pero también son importantes los colectivos de búlgaros, lituanos, polacos y portugueses. En el ámbito iberoamericano destacan los ecuatorianos, con 10.649 personas, bolivianos y colombianos.

 

En este contexto, se debe acordar que los trabajadores inmigrantes son una importante e indispensable fuerza laboral en el campo. En España, la agricultura se ha considerado como como un trabajo duro y mal remunerado, lo que propició un continuo éxodo rural y abandono del campo. Esto, obligó a las explotaciones agrarias a buscar mercados donde aprovisionarse de fuerza de trabajo que asegurasen las labores de siembra y recolección. Hoy, especialmente, en las áreas más dinámicas, de agricultura de vanguardia, existe una preocupación e incertidumbre ante la posible falta de mano de obra.

 

Con las experiencias recientes del cierre fronteras a causa de la Covid19, los empresarios, cooperativas y organizaciones agrarias buscan, para sus campañas agrícolas, fuentes seguras de aprovisionamiento de mano de obra, porque en la campaña 2019-20, la experiencia con Marruecos fue traumática.

 

En el caso de la provincia de Huelva, que fue y es un laboratorio para la Contratación en Origen, con más de cinco millones de jornadas de trabajo, la Gestión Colectiva de las Contrataciones en Origen fue una forma exitosa de contar con la fuerza de trabajo necesaria no sólo para la provincia de Huelva, sino para muchos lugares de la Geografía española. En este contexto, la provincia de Huelva fue la más beneficiada. Llegó a concentrar a más de 40.000 jornaleros/as extranjeros entre los meses de febrero y junio. En cada campaña de frutos rojos, fresa, frambuesa, moras y arándanos se emplean más de 100.000 jornaler@s. Gestionar este volumen de trabajo no es fácil. En la campaña 2019-20, se esperaban para la recolección de frutos a más de 19.000 jornaleras procedentes de marruecos, la mayoría, once mil novecientos noventa y tres no llegaron.

 

En la campaña 2020-21 de los frutos rojos, se realizaron 109.000 contrataciones y se salvó como se pudo. De las contrataciones, “unas 52.000 se han hecho a ciudadanos españoles, 26.000 a rumanas y búlgaras, 15.0000 a subsaharianos y 12.000 con contratos en origen a temporeras marroquíes” (Reviejo Santiago F., 2021).

 

La incertidumbre para las campañas agrícolas es grande, porque muchos de los trabajadores necesarios son imposibles de encontrar en el ámbito nacional. Los empresarios agrarios y la administración están estudiando la posibilidad de explorar nuevos mercados extranjeros de fuerza laboral. Sin embargo, la contratación de temporeros está vinculada a países con lo que haya acuerdos bilaterales. Por suerte, el Estado Español ha recogido esta preocupación, con la orden Orden ISM/1289/2020, de 28 de diciembre, por la que se regula la gestión y puede aplicarse para la campaña 2021-22 (Boe, 2020).

 

Los jornaleros estacionales han cubierto plazas de trabajo temporales, que los nacionales no quieren, pero que son esenciales para el desarrollo del medio rural. Algunos ya viven en España, ya sean de la Unión Europea o del extranjero. Otros viajan desde sus países únicamente por el tiempo que dura la cosecha, a través del mecanismo de la Contratación en Origen. “En Fraga, nororiente de España, trabajadores migrantes cosechan nectarinas. Es una buena temporada laboral para los extranjeros… los trabajadores extranjeros son tan esperados que incluso agricultores fletaron un avión para llevar hasta España a un grupo de esquiladores uruguayos”. (Riaño, Juliet; 2020)

 

La contratación en origen permite traer durante un periodo máximo de nueve meses a personas trabajadoras que no están ni residen en España y que son seleccionadas en origen con la participación de organizaciones empresariales o cooperativas. En teoría, sólo se puede contratar en origen cuando no se puede cubrir con trabajadores nacionales o extranjeros que ya viven en España.

 

La contratación en origen puede ser considerada como una experiencia de codesarrollo porque beneficia a los países de destino y a los de origen y a los propios inmigrantes y sus familias que se benefician de importantes remesas. La Contratación en origen ha dado empleo a poblaciones que podían encontrarse en situación precaria y de marginación. Es una fórmula de migración circular que permite/obliga a los trabajadores volver a sus lugares de origen, hecho que no siempre ocurre con otras migraciones (Macías, I., Márquez, J. A. y Jurado, J. M. 2016). Además, comoquiera que la Contratación en origen se hace en un marco de convenios bilaterales, se refuerza la cooperación entre los estados firmantes.  El contrapunto de la Contratación en Origen, está en la baja remuneración de la actividad agraria, con salarios escasos, pero más elevados en los países de origen, en las situaciones de llamada “ilegal”, en las condiciones de vida relacionadas con la vivienda y en abusos, que han dado lugar a una leyenda negra por las generalizaciones que, a veces se hacen de ellas, (Achón, 2011). Especialmente algunos medios de comunicación (El Salto, 2018) han estado interesados en el descrédito de las producciones españolas, acusadas de usar mano en condiciones precarias. Estas y otras circunstancia convierten la contratación en origen en una formula volátil de abordar la falta de mano de obra

 

En este contexto, en los últimos 35 años la agricultura ha transitado por diferentes etapas que la han conducido a un proceso de relevo y sustitución de jornaleros nacionales por extranjeros, especialmente en las agriculturas de invernaderos y de producción hortofrutícolas. (Márquez, 2021).

El tránsito de una etapa a otra se inicia cuando se aprecia un peligro en el suministro de mano de obra y han activado a los empresarios agrícolas en la búsqueda de nuevos mercados de trabajo.

 

1-De 1985 a 1995, es una etapa de despegue de la producción agraria de frutales y hortícolas de España, que creó un enorme yacimiento de empleo, satisfecho por jornaleros españoles que se desplazaban por la geografía española buscando los lugares de trabajo (Márquez, Juan A. 1994).

 

2-De 1996 y 2007, el campo sufrió un éxodo rural sin precedentes y la hortofruticultura sufrió una carestía de mano de obra pronunciada. A esta agricultura se desplazaron gran parte de los escasos efectivos nacionales que todavía trabajaban en el sector primario. Sin embargo, y muchos empresarios y gestores públicos exploraron mercados de trabajos extranjeros, dando lugar a lo que hoy se conoce como la Gestión colectiva de contrataciones en origen.

 

Entre los años 2001 y 2003 España suscribió acuerdos con Bulgaria, Colombia, Ecuador, Marruecos, Polonia, República Dominicana y Rumania. Más tarde, con las adhesiones de Polonia, Bulgaria y Rumania a la Unión Europea se hizo necesario buscar nuevos mercados laborales. Marruecos, por su cercanía geográfica y necesidad de desarrollo se convertirá en la nacionalidad con más extranjeros aporta al campo español. La contratación en origen se dio con profusión en las provincias de Lérida, Alicante, Almería, Córdoba… o Jaén, pero especialmente la provincia de Huelva (Márquez, Juan A., 2021).

 

3-Por desgracia entre los años 2008 a 2014, España vivió la crisis del sistema capitalista, reflejada en un mercado laboral deprimido, con altas tasas de paro que incidieron en el cierre de la Contratación en Origen. Este nuevo escenario propició la sustitución de los jornaleros extranjeros por temporeros nacionales o comunitarios (Donaire, 2014). Sin embargo, este período no estuvo exento de tensiones y paradojas, ya que las altas tasas de paro no aliviaron el déficit de mano de obra en la agricultura de vanguardia.

 

4-Entre 2015 y 2019 la recuperación de la actividad económica, especialmente de la agricultura y el turismo justificaron una reactivación de la gestión colectiva de contrataciones en origen. Esta se concretó en diciembre de 2019 porque el Gobierno, consciente de que las principales exportaciones hortofrutícolas españolas dependen de la mano de obra extranjera, autorizó para la campaña 2019-20, la contratación en origen de 19.179 trabajadores (Gobierno, 2019).

 

5-La Campaña 2019-20 fue tremendamente irregular porque, a causa de la Covid19, por ejemplo, once mil novecientos noventa y tres de las 19.179 marroquíes acordadas no llegaron.

 

6-En el BOE de 31 de diciembre de 2021, se recoge la experiencia traumática de la Covid19 y dota al mecanismo de Contratación en Origen de un fundamento humanitario y de codesarrollo, anclado en la Agenda 2030 y en el Pacto Global de Migraciones, para articular migraciones seguras, ordenadas y regulares. “Durante la pandemia, los trabajadores de temporada y, en especial, en el sector agrícola se han consolidado como trabajadores esenciales, desarrollando una actividad clave para el sostenimiento de este sector esencial. Esta orden contribuirá al reforzamiento de las relaciones de colaboración con los países de origen y permitirá satisfacer las necesidades del mercado laboral interno que se detecten a lo largo de 2021 (BOE, 2020).

 

Las ofertas de trabajo se orientarán preferentemente a los países con los que España tiene suscritos acuerdos sobre regulación y ordenación de flujos migratorios: Colombia, Ecuador, Marruecos, Mauritania, Ucrania y República Dominicana; o, subsidiariamente, instrumentos de colaboración en esta materia: Gambia, Guinea, Guinea Bissau, Cabo Verde, Senegal, Mali, Níger, México, El Salvador, Filipinas, Honduras, Paraguay y Argentina; o con los que los suscriba, en su caso, en el periodo de vigencia de esta orden. (BOE 31-12-2020, nº 341, pag. 127838)

 

Especialmente Honduras y Ecuador se manejan como países que se sumarán a la lista de países a explorar para conseguir mano de obra para las campañas agrícolas españolas. Sin embargo, los temporeros que lleguen de Honduras y Ecuador no vendrán a reemplazar a las trabajadoras marroquíes, pero sí aliviarán la búsqueda de mano de obra.

 

Tanto Honduras como Ecuador son países calificados como pobres, hecho que puede fundamentar la filosofía de la Agenda 2030, el pacto Global sobre Migraciones y el Codesarrollo.

 

Según el Programa de Naciones Unidas, Honduras ocupa el 132 lugar por el Índice de Desarrollo Humano, mientras que Ecuador se coloca en el 82, posiciones nada envidiables, si se tiene en cuenta que España se sitúa en el lugar 25 por su IDH (Expansión 2021).

 

De otra parte, el Pacto Mundial sobre las Migraciones es un marco de trabajo relevante para las migraciones, ya que fortalece la protección de los derechos humanos de todos los migrantes. El caso de inmigrantes de Ecuador en España no es novedoso, ya que sus ciudadanos fueron unos de los primeros colectivos extranjeros en España y siguen teniendo una fuerte presencia en la región de Murcia. Mientras tanto,  aunque los hondureños tienen menor presencia en España, su falta de perspectivas en el propio país, le han empujado a marchas colectivas para poder entrar en Estados Unidos.

 

En ambos países, Ecuador y Honduras, la cercanía cultural y el conocimiento de los trabajos agrícolas, pueden convertir las contrataciones en origen en una exploración de éxito y refuerzo para las políticas de codesarrollo.

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Asaja (2021). Asaja muestra su preocupación por la posible falta de mano de obra para las próximas cosechas, en https://www.agronewscastillayleon.com/asaja-muestra-su-preocupacion-por-la-posible-falta-de-mano-de-obra-para-las-proximas-cosechas, 4 de septiembre de 2021.

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