COVID-19 y Camino de Santiago: el impacto de la pandemia sobre el número de visitantes
Por Roberto Bande – GAME-IDEGA, Universidade de Santiago de Compostela –Roberto.bande@usc.es
En diversas entradas hemos analizado la importancia del Camino de Santiago no sólo como recurso turístico, sino también como elemento vertebrador y dinamizador de la socio-economía de las comarcas por las que transcurren las diversas variantes (ver por ejemplo aquí, aquí, o aquí). En la entrada más reciente de las citadas, resumía parte de los resultados de una investigación que realicé para la Cátedra Institucional del Camino de Santiago y las Peregrinaciones de la Universidad de Santiago de Compostela, en la que abordaba diferentes aspectos del impacto que la crisis sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19 ha generado sobre la capacidad de carga turística de este recurso. En esta entrada voy a complementar dicha aportación resumiendo el impacto generado sobre el número efectivo de visitantes.
En primer lugar, hemos de aclarar que calcular el número de peregrinos que realizan el camino no es una tarea sencilla, al no disponer de estadísticas oficiales; pero sobre todo por la singularidad del Camino como recurso turístico (ser un espacio abierto, sin barreras de entrada o salida, que es compartido con vías de comunicación, configurado como una sucesión de etapas que el peregrino puede realizar de forma consecutiva o no, etc.). Ello hace que sea imposible mantener un control sobre el número de personas que hacen uso del recurso turístico por unidad de tiempo, como puede suceder en un museo, por ejemplo.
Para realizar un análisis preliminar acudimos a los datos proporcionados por la Oficina Internacional de Acogida al Peregrino en Santiago de Compostela, que reporta el número de Compostelas emitidas por dicha oficina, en función del trayecto realizado.[1] No obstante, esta cifra es una primera aproximación, ya que no todos los peregrinos solicitan la Compostela (un estudio de nuestro grupo de investigación encontraba que en torno al 20% de peregrinos no solicitaba este certificado por diferentes motivos). En cualquier caso, la Tabla 1 resume la evolución del número de visitantes a lo largo de 2019, 2020 y 2021 (hasta el mes de mayo).
Como podemos comprobar, el año 2020 había arrancado con fuerza, con un aumento muy significativo en el número de peregrinos en los dos primeros meses del año, con tasas de crecimiento del 20,4% en enero y del 34,9% en febrero. Sin embargo, las medidas restrictivas que se adoptaron a partir del mes de marzo, y que conllevaron un confinamiento total de la población hasta el mes de mayo, y restricciones a la movilidad vigentes hasta el mes de junio, provocan un impacto muy fuerte en el número de peregrinos una vez que la movilidad se reestablece. Así, en el mes de julio la ocupación del Camino Francés cae un 80,8% respecto al mismo mes del año anterior, suavizándose esta caída en el mes de agosto hasta el 68,4%. Las incertidumbres provocadas por el inicio de la segunda ola de la pandemia a finales de agosto provocaron un repunte en la caída en el mes de septiembre hasta el -78,2%, profundizándose esta caída hasta el 83,6% en octubre, desplomándose en los dos últimos meses hasta el -91,8% y el -97,9% respectivamente. En definitiva, en el conjunto del año, el número total de peregrinos en el Camino Francés se redujo en un 84,8% respecto a los valores registrados en 2019. Las sucesivas oleadas en los contagios que se han producido en la primera mitad de 2021 (y que supusieron de nuevo el cierre de fronteras y la imposición de restricciones a la movilidad entre y dentro de las regiones) han provocado de nuevo caídas profundas en el número de visitantes. El mes de mayo ha supuesto un punto de inflexión importante (recordemos que el año 2021 es año santo, por lo que las expectativas acerca del número de visitantes eran, antes de la pandemia, excelentes), aumentado los peregrinos de 519 de abril a los 2258. Sin embargo, esta cifra es tan sólo el 8,7% de la alcanzada en mayo de 2019.
Tabla 1. Evolución del número de peregrinos en el Camino Francés
Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la Oficina Internacional de Acogida al Peregrino
Una vez que el proceso de vacunación avanza es de esperar que la situación se pueda ir normalizando poco a poco en los próximos meses. Las restricciones a la movilidad entre países se están comenzando a relajar, y a pesar de que puntualmente puedan surgir brotes o nuevas variantes, alcanzar la inmunización de grupo permite ser más optimista respecto al futuro. Como comentamos en la anterior entrada realizar el Camino es una actividad segura siempre que se cumplan las medidas de prevención, por lo que los potenciales visitantes que se estén planteando visitarnos deben de percibir esta seguridad. Posiblemente campañas informativas por parte de los entes involucrados en la promoción del camino ayuden a superar este miedo, y contribuyan (aunque en 2021 será sólo en parte) a recuperar el número de peregrinos anterior al comienzo de la pandemia. Lograrlo traerá de vuelta no sólo la reactivación de la actividad económica de las diferentes comarcas, sino también el regreso a una normalidad que parece lejana ya en el tiempo.
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[1] La “Compostela” es un certificado emitido por la Oficina Internacional de Acogida al Peregrino de Santiago de Compostela, que “se concede sólo a quien hace la peregrinación con sentido cristiano: devotionis affectu, voti vel pietatis causa (motivada por la devoción, el voto o la piedad). Además se concede sólo a quien hace la peregrinación hasta la llegar a la Tumba del Apóstol, realizando íntegramente, al menos los 100 últimos kilómetros a pie o a caballo, los últimos 200 km en bicicleta o 100 millas náuticas, terminando a pie el resto del Camino desde el puerto de desembarque.” (extraído de https://oficinadelperegrino.com/peregrinacion/la-credencial/). Los peregrinos han de ir sellando el certificado en las diferentes etapas para justificar al llegar a Santiago de Compostela la realización del recorrido correspondiente.