Una medición del riesgo económico regional en España
Por Javier Santacruz
Quizá una de las manías más presentes en la profesión económica es el intento de medir todo aquello que nos preocupa, especialmente cuanto más desconocido es el concepto en cuestión. Y, sin duda, uno de los elementos más desconocidos y difíciles de medir en Economía es el riesgo.
Sin embargo, en un mundo definido por la incertidumbre, necesitamos tomar decisiones con cierto criterio o, al menos, hacer un intento por dibujar qué puede pasar y a qué nos atenemos. Es el caso de un hipotético escenario de independencia de Cataluña y las consecuencias que tiene ya en el presente tanto en términos económicos como financieros.
En este caso, la percepción de riesgo económico se hace a través de un índice de lectura mensual compuesto por diferentes variables proxy –especialmente las relacionadas con el volumen de noticias y hechos relevantes publicados en los medios de comunicación, nacional e internacional, acerca de cambios en el marco regulatorio y cambios institucionales– y una combinación de indicadores de coyuntura económica como pernoctaciones hoteleras, visados de construcción o consumo de energía eléctrica desde mayo de 2004.
A partir de mayo de 2004 (el cual tomamos como base 100), se distinguen dos períodos: por un lado, desde el comienzo de la serie (mayo de 2004) hasta agosto de 2010 y, por otro lado, desde septiembre de 2010 hasta nuestros días. Con respecto al primer período, entre los años 2004 y 2007 se vivió una caída continuada de la percepción de riesgo económico gracias al juego de un factor que compensaba incertidumbres como el referéndum del Estatuto de Cataluña: la economía española crecía a un ritmo del 4%, amortiguando efectos como el de las Elecciones anticipadas del 1 de noviembre de 2006.
Esa tendencia se quebró entre los meses de junio de 2007 y enero de 2008 conforme las expectativas de crecimiento económico se redujeron y la tensión política en Cataluña aumentó. En este punto, se produce un aumento sustancial del índice hasta febrero de 2009 cuando por primera vez, la financiación de España se restringe, los mercados cierran el acceso a la financiación y se debate en el Tribunal Constitucional la sentencia del Estatuto de Autonomía que sería posteriormente publicada a finales del mes de junio de 2010.
A partir de esta Sentencia del Tribunal Constitucional, esta medición del riesgo económico, acelera su trayectoria alcista hasta su máximo histórico en septiembre de 2012 en vísperas de las nuevas Elecciones autonómicas del 25 de noviembre. En todo este proceso, España registra el mayor déficit público de su Historia, inicia un ajuste fiscal ordenado por las autoridades comunitarias, se produce el rescate de países como Irlanda o Portugal y entre los meses de septiembre y noviembre de 2011 se producen dos de los acontecimientos más importantes de los últimos años: la reforma del artículo 135 de la Constitución Española introduciendo el principio de Estabilidad Presupuestaria y control de la Deuda Pública y la convocatoria de las Elecciones Generales del 20 de noviembre.
Posteriormente, entre los meses de enero y septiembre, la prima de riesgo de España se dispara hasta los 637 puntos básicos (su máximo histórico) mientras se pide un rescate de 41.000 millones a Europa para hacer frente al saneamiento y reestructuración de las antiguas Cajas de Ahorros, con especial hincapié en entidades catalanas como Catalunya Caixa. Poco tiempo después, el riesgo económico-político comenzó a descender de forma evidente gracias a la bajada de la presión de los mercados sobre España y la creación del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) como mecanismo de mutualización de la deuda de las Autonomías, siendo la principal de ellas Cataluña.
Por último, desde hace un año, el riesgo económico-político asociado al proceso separatista, se ha incrementado de forma sustancial (concretamente un 20%) gracias a la elaboración de calendarios de ruptura con España y “hojas de ruta” del proceso independentista. Un factor clave es el escaso (incluso nulo) impacto que tuvo sobre el Índice la convocatoria y celebración del referéndum para la independencia de Escocia de septiembre de 2014.
Todo esto es lo que ha ocurrido hasta la fecha. Pero, ¿qué podemos esperar de aquí al futuro más próximo? La tendencia que muestra el índice, concretamente en el escenario central, es que en los próximos meses se incrementará el riesgo de la secesión aunque con una duración temporal limitada. La contraposición de factores económicos positivos, unido a la intervención de las finanzas de la Generalitat catalana por parte de la Hacienda española (el 90% de la deuda de Cataluña en circulación está en manos del Tesoro Público), hace que el riesgo se mitigue aunque con consecuencias que son difíciles de evaluar en el medio plazo.
Evolución del Índice SCC de Riesgo Económico
Fuente: Elaboración propia. Media móvil de 12 meses