Los arándanos impulsan un nodo tecnológico en el Suroeste Peninsular

Por Juan Antonio Márquez Domínguez – Universidad de Huelva, antonio@uhu.es

 

En el siglo IV antes de Cristo, Hipócrates, el padre de la medicina, escribió “que tu alimento sea tu medicina”. La búsqueda del bienestar corporal y anímico ha continuado durante cientos de años y ha llegado hasta nuestros días. Especialmente, en los países opulento hay una creciente preocupación por mantener y/o conseguir la salud a través de productos naturales, para cuya respuesta se han puesto en marcha avances tecnológicos y nuevos espacios agrícolas que nutren de alimentos- medicina. a una agrofarmacia, virtual o real. Se acepta que la salud es un bien que puede ser controlado desde la alimentación y no sorprende que el concepto de nutrición adecuada haya sido sustituido por el de nutrición óptima, en cuyo ámbito aparecen los alimentos saludables

 

En este contexto, el Suroeste Peninsular y concretamente en el litoral onubense está experimentando intensas transformaciones territoriales, tecnológicas y sociales para la producción de arándanos, en respuesta a la demanda de ciudadanos europeos y en la creencia de que este alimento presenta las cualidades, de ser antioxidante, vasculoprotector, antiséptico urinario y anticancerígeno. Pero además, al no ser un producto muy perecedero, facilita el comercio y el transporte continental e intercontinental

 

Los arándanos son originarios de Norteamérica, donde crecen en bosques y regiones montañosas frías del hemisferio norte, considerándose durante mucho tiempo como un árbol silvestre. A principios del siglo XX se difundió comercialmente en Estados Unidos, hacia 1930 en los Países Bajos y Alemania… La difusión de las virtudes del arándano ha originado su demanda creciente y el impulso de “la domesticación de la planta”. El arándano de hoy es un arbusto que presenta múltiples variantes por cruces naturales y antrópicos, del que se conocen más de 450 variedades.

 

Impulsado por la demanda, el cultivo de arándanos ha ido incorporando nuevas tierras en distintos países y regiones. México se ha incorporado recientemente con mucha fuerza a la producción y exportación de arándanos, pero quizás sean Chile y Argentina los países mejor posicionados, con una variedad climática extraordinaria, debido a la extensión latitudinal de sus territorios y a la presencia de microclimas montañosos.

 

España, con más de 1.500 hectáreas se ha incorporado recientemente al cultivo del arándano,. Su cultivo se localiza esencialmente en dos provincias, Huelva y Asturias. Sin embargo, más del 90 % de las plantaciones se encuentran en la provincia de Huelva y aunque los arbustos no han entrado en plena producción, de ellos se obtienen los mayores rendimientos medios del mundo. Cultivados en invernaderos sobre arenas, han incorporado tecnología y genética de vanguardia que le garantizan una competitividad elevada y el éxito de la expansión de la frontera agrícola. El rendimiento medio por hectárea en España se acerca a los 8.000 Kg y supera en cerca de los 3.000 kg por hectárea al rendimiento medio mundial y es 13 veces superior al de China.

 

La demanda actual de arándanos supera a la oferta, ya que los grandes productores, Estados Unidos y Canadá, no logran abastecer siquiera su mercado interno. A los consumidores de Norteamérica, se añaden otros de Europa, especialmente Alemania, Países Bajos e Inglaterra y se espera que “los baby boomers”, vean los arándanos como una superfruta que pueden prevenir una gran cantidad de enfermedades” (O.C.P.M.: 2014). Por tanto, se puede aventurar que el mercado puede soportar el aumento del volumen de producción al menos por diez años más. Diversos actores opinan que al final de este período el precio bajará, pero también lo harán los costos, por lo que se puede afirmar que se trataría de una baja sostenible (Peña, Irma M.: 2008; 15).

 

 

En España, el arándano es un cultivo exótico, del que apenas se tienen noticias en el Ministerio de Agricultura, hasta tal punto que las estadísticas agrarias oficiales no lo recogen. Solo a través del Instituto de Comercio Exterior de España se pueden rastrear la producción-exportación de arándanos, ya que el consumo interno es escaso. Las dificultades de conocer la superficie real de arándanos se complica porque la inmensa mayoría de la producción española se hace en invernaderos, a veces reutilizados en la producción de otros berries.

 

Realmente, la frontera del arándano ha crecido de forma intensa durante los últimos 3 años en España, y especialmente en la provincia de Huelva, ya que presenta condicionantes naturales y humanos propicios para ello. La edafología y la climatología de la zona ya han sido aprovechadas por otros berrys, entre los cuales está la fresa, la frambuesa y las moras, creándose un “nodo tecnológico-productivo” muy interesante para la economía agrícola española. El clúster de negocios agrarios (Márquez, J.A.: 2010) ha permitido adoptar nuevas tecnologías y aprovechar las existentes de forma muy rápida: invernaderos, sistemas de riego, estructuras comerciales y mano de obra se han acoplado, sin fricciones, marcando estrategias agrarias globalizadas.