Extensiones espaciales de la investigación del premio Nobel A.S. Deaton
Por Fernando Rubiera Morollón. Profesor de Economía Regional en la Universidad de Oviedo y Coordinador del Laboratorio de Análisis Económico Regional – REGIOlab.
Hace un par de semanas academia Sueca de las Ciencias ha dado a conocer la distinción a Angus Stewart Deaton con el Nobel de Economía 2015, concedido por sus trabajos sobre consumo, pobreza y bienestar. A.S. Deaton, hijo de un minero escoces, estudió ingeniería y se doctoró con una tesis sobre teoría económica del consumo bajo la dirección de Richard Stone. Tras pasar por varias universidades actualmente es profesor de Microeconomía en la prestigiosa Universidad de Princenton.
La mayor parte de su obra se ha dedicado a mejorar la modelización del comportamiento del consumidor para reflejar adecuadamente la capacidad de adaptación de las familias ante los cambios en los precios. De acuerdo con la teoría microeconómica lo que todo consumidor racional persigue es maximizar su satisfacción, su utilidad si usamos el término económico más preciso, dada una restricción presupuestaria. Es decir, alcanzar el mayor bienestar posible con los ingresos de los que se dispone. Si se producen cambios en los precios reaccionaremos, dentro de las posibilidades que ofrezca el mercado, sustituyendo unos bienes por otros con el objetivo de seguir maximizando nuestro bienestar. Deaton mejoró sustancialmente la modelización matemática de esta idea mediante los Sistemas de Demanda Cuasi-Ideal, conocidos técnicamente como AIDS (Almost Ideal Demand Systems).
La aportación de Deaton ha sido fundamental para orientar la investigación empírica sobre el consumo y su incidencia en el bienestar y la pobreza. La traducción de los modelos AIDS a ecuaciones empíricamente estimables permitió hacer uso de la creciente disponibilidad de datos sobre gasto y consumo familiar y obtener comparaciones de la evolución de la satisfacción con el mismo a lo largo del tiempo. Centrando los análisis en las familias más pobres ha servido para evaluar como afectan a su calidad de vida los procesos inflacionistas o las políticas públicas que modifiquen los precios. El propio Deaton es autor de decenas de trabajos empíricos sobre la pobreza y el bienestar de las familias más pobres en países como India. Sus estudios fueron replicados para distintas economías, tanto desarrolladas como en vías de desarrollo.
Una de las líneas de investigación que se abren a partir de la contribución de Deaton y de uno de sus principales co-autores, John Muellbauer, es el análisis de la satisfacción con el consumo a lo largo del espacio. Sabemos que los precios cambian de unos lugares a otros. Vivir en Madrid, por lo que allí cuesta la vivienda o muchos servicios, es significativamente más caro que vivir en Asturias. Pero también es cierto que en Madrid la oferta de bienes y servicios es mucho más amplia y existe mayor competencia, lo que brinda al consumidor una gama más amplia de productos con los que reaccionar ante cambios en los precios de algunos de ellos. Hasta la contribución de Deaton resultaba imposible conocer a ciencia cierta si la mayor posibilidad de sustitución que existe en las grandes ciudades lograba anular la pérdida de bienestar que generan sus, normalmente, mayores precios. Con el enfoque AIDS podemos saber qué efecto acaba dominando y cuantificar el verdadero coste de vida de cada lugar. A partir de ello es fácil comparar como se ve afectado el bienestar por el mero hecho de vivir en un sitio u otro.
Este es el punto en el que la investigación de Deaton se cruza con el trabajo que procuramos hacer en nuestro grupo de investigación, REGIOlab. La propuesta matemático-analítica hecha por el reciente premio Nobel constituyó la base de la tesis doctoral de Elena Lasarte, defendida hace un par de años en nuestra Universidad y que Esteban Fernández y yo mismo tuvimos el placer de dirigir. Elena ha sido recientemente “fichada” por la Universidad de Extremadura, aunque sigue siendo miembro fundamental de nuestro grupo y sigue liderando esta línea de investigación. En su trabajo doctoral Elena aplicó los Sistemas de Demanda Cuasi-Ideal a los datos de la Encuesta Continua de Presupuesto Familiares que elabora el Instituto Nacional de Estadística para nuestro país. Esto nos permitió identificar donde existían costes de vida más altos y, con ello, dibujar un nuevo mapa de la pobreza. Si algún lector está interesado en los resultados más detallados dispone de un buen resumen en el artículo “Efectos de los incrementos en el coste de vida sobre el mapa de la pobreza en España” publicado en el número 138 de Papeles de Economía Española (disponible en internet). Existen otras publicaciones más técnicas que se citan en dicho trabajo.
A pesar de importantes restricciones que imponen los datos para España la tesis de Elena arrojo conclusiones sumamente interesantes. El coste de vida es significativamente más alto en las grandes ciudades y en las zonas más turísticas. Cuando ajustamos por costes de vida Asturias gana posiciones en bienestar. Pero lo mas interesante ocurre con el mapa de la pobreza. Los niveles de pobreza empeoran significativamente en las grandes ciudades y en las regiones más turísticas. La incidencia de la pobreza se desplaza de noroeste a mediterráneo.
Todos estos resultados se apoyan en el Sistema de Demanda Cuasi-Ideal ideado por Deaton. Aunque se premia a un economista comprometido fundamentalmente se premia a un gran científico. Igual que cientos de economistas habían hecho antes, Deaton aborta un tema clave, el gran tema, la pobreza y el bienestar, pero lo hace con un extraordinario rigor científico: (1º) propone un modelo matemático simplificador aunque realista y coherente con toda la teoría microeconómica básica, (2º) diseña una estrategia empírica rigurosa que apoyada en ese modelo haga uso de las técnicas econométricas más avanzadas y la creciente disponibilidad de datos, para, al final, (3º) alcanzar conclusiones relevantes y cuantificables que ayuden a orientar con precisión a la política económica.