La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

El liderazgo geopolítico se juega en los acuerdos de libre comercio internacionales.

Por Juan de Lucio @Juan_de_Lucio Presidente de la Asociación Madrileña de Ciencia Regional, Universidad Pontificia de Comillas.

Las cuestiones relacionadas con la globalización y el libre comercio han adquirido un peso inusitado durante los últimos meses. De acuerdo con google trends, los términos relacionados con los grandes acuerdos comerciales han multiplicado su presencia durante el último año poniendo de manifiesto un creciente interés de los usuarios por estos asuntos. El libre comercio y sus distintas derivaciones han pasado a figurar entre los asuntos de mayor interés público y ocupan un lugar destacado en la agenda política. La influencia de los diferentes territorios y culturas se plasma en la capacidad de establecer normas y principios comúnmente aceptados y los llamados acuerdos comerciales, que en realidad afectan a asuntos de más calado que el libre comercio, son el instrumento adecuado para generar esta influencia. De hecho, las estimaciones sobre el impacto económico que se realizan sobre el tratado entre EEUU y la Unión Europea señalan mejoras moderadas que se contraponen a los intensos esfuerzos políticos que se están llevando a cabo. Por ello, a pesar que desde el punto de vista económico parece claro que los acuerdos de libre comercio impulsan el crecimiento, el debate se sitúa en otros aspectos como la distribución de los beneficios, la seguridad alimentaria, la defensa de principios democráticos y la protección del estado de bienestar. En este sentido, los debates relacionados con el libre comercio están transcendiendo los aspectos puramente económicos para situarlo en uno social y político. A continuación se analizan las consecuencias son la reconfiguración del contexto internacional que se está produciendo ligada a los tratados de libre comercio.

Los problemas institucionales en Europa, la crisis financiera y los problemas de crecimiento han limitado la capacidad de liderazgo de occidente a la vez que nuevas zonas geográficas toman el relevo y amplían su influencia mundial. China y el resto de Brics están intentando extender su influencia internacional, con diferente éxito. En este contexto, surgen iniciativas de estos países como la creación del nuevo banco de inversiones en infraestructuras y desarrollo sostenible y la iniciativa para creación un fondo que cubra las necesidades de financiación en periodos de crisis; son instituciones que tratan de replicar las actividades del Banco Mundial y el FMI pero bajo la influencia de nuevos países. China, por ejemplo, ha impulsado el Banco Asiático de Infraestructuras y el Regional Comprehensive Economic Partnership, que pretende ampliar su influencia económica en la zona. China concentra de manera creciente su comercio en algunos países de Asia y quiere asegurar su liderazgo económico y político en el área.

En contraposición a los acuerdo liderados por China, las instituciones nacidas en Breton Woods no están dando los frutos esperados durante los últimos tiempos, al fracaso de la ronda de Doha es un ejemplo de la escasa capacidad de generar consensos de las mismas. Por su parte, el FMI y el Banco Mundial siguen estando en tela de juicio. Por ello, muchos países desarrollados intentan promover otro tipo de iniciativas con éxito desigual. Así pese al recientemente firmado Acuerdo Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), en el que se integran algunos países occidentales entre los que se encuentra EEUU, cada vez se ve más lejano el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP, por sus siglas en inglés) entre EEUU y la Unión Europea. Por otra parte, EEUU sigue impulsando el African Growth and Opportunity Act (AGOA) firmado en el año 2000. Mientras que Europa, a pesar de sus numerosos problemas internos, también tienen presente la importancia de los acuerdos, y lo muestra no solo con el impulso político del TTIP sino con otras iniciativas como el Acuerdo UE- Mercosur.

Esta situación pone de manifiesto que los distintos países son conscientes de que parte del liderazgo mundial se juega en los tratados de libre comercio y la creación de nuevas instituciones que articulen un nuevo orden mundial. La debilidad del liderazgo de occidente se ha contrapuesto a la pujanza durante décadas de la economía China y los esfuerzos de otras economías de alcanzar mayor presencia en las instituciones de gobernanza global (Brasil, Rusia, India, entre otros). En estos términos se entienden los esfuerzos por intentar articular el nuevo marco de relaciones económicas surgido en el contexto mundial.