La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

The world is (less) flat

The world is (less) flat

Por Josep-Maria Arauzo-Carod, ECO-SOS & IU-RESCAT, Universitat Rovira i Virgili – @IND_LOC   @ind-loc.bsky.social

Hace 20 años, el columnista del New York Times, Thomas L. Friedman, sorprendió el mundo con la publicación de The World is Flat: A Brief History of the Twenty-First Century, un libro en el que analizaba la globalización en el cambio de siglo, desde una perspectiva clara, innovadora y, sobre todo, llena de ejemplos que ilustraban perfectamente las tendencias en curso en ese momento. En esta obra, Thomas L. Friedman analiza cómo la globalización y el avance tecnológico han transformado el mundo en un espacio más plano, interconectado y, especialmente, competitivo. En concreto, Friedman identifica diez hechos clave que ejemplifican el carácter cada vez más plano del mundo, como por ejemplo la caída del Muro de Berlín, la aparición de Internet, el outsourcing y la deslocalización, los cuales han eliminado barreras económicas y geográficas. En este sentido, una de las tesis del libro es que ahora individuos, empresas y países tienen acceso (casi) igualitario a herramientas de innovación, producción y conocimiento, lo que democratiza la competencia global, pero también plantea desafíos en términos de empleo, educación y gobernanza. Es en este contexto que han emergido economías como la de India y particularmente la de China, a partir de su entrada en la Organización Mundial de Comercio el 2001.

Sin embargo, en estos momentos el proceso de globalización, tal y como lo hemos conocido en los últimos años, está en entredicho, particularmente des de la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos en enero de este año. Así, que la globalización del siglo XX ha generado un mundo más global en el siglo XXI que el que existía en el XIX es una evidencia palpable, como también lo es que desde hace unos años pueden observarse movimientos en la dirección contraria. Uno de los protagonistas de dichos movimientos han sido los Estados Unidos y, concretamente, diversos de sus presidentes, comenzando con Ronald Reagan, quien inventó el slogan de “Make America Great Again” durante la campaña presidencial del 1980, pasando por Barack Obama en 2012, quien lanzó una proclama para parar la deslocalización masiva de la producción industrial y popularizó el slogan de “Made in America” y, por descontado, Donald Trump, quien extendió el movimiento MAGA hasta niveles nunca vistos anteriormente.

En este contexto, uno de los momentos álgidos, sino el que más, en este proceso es el conocido como “Liberation Day”, que es como se conoce a la rueda de prensa que Donald Trump celebró en la Casa Blanca el 2 de abril de este año, donde anunció la estrategia de aranceles recíprocos con prácticamente el resto de países del mundo, la respuesta de los Estados Unidos a las que se consideraba como relaciones comerciales injustas que habían generado un abultado déficit comercial estadounidense. Entre estas medidas destacaban aranceles nunca vistos como el 49% impuesto a Camboya o el 46% a Vietnam, por citar solo alguno de los casos más impactantes. Como todo el mundo sabe, el anuncio del “Liberation Day” no fue otra cosa que una estrategia de negociación para conseguir acuerdos bilaterales mucho más beneficiosos para los Estados Unidos, como el reciente acuerdo comercial entre Estados Unidos y la UE alcanzado en Escocia hace apenas unos días.

Anuncio de aranceles el “Liberation Day” (2 de abril de 2025)

Fuente: Statista.

Lo que sucederá a partir de ahora es difícil de predecir. Es evidente que la historia muestra como los procesos de cambio no son lineales, sino que incluyen avances y retrocesos continuados, como puede observarse claramente con la globalización actual. Ahora parece ser que estamos en uno de esos procesos de retroceso, como también lo estuvimos durante la pandemia de la COVID, momento en el que los gobiernos europeos fueron conscientes de la necesidad de mantener en Europa la manufactura de determinados productos estratégicos que habían sido deslocalizados en masa hacia el extremo oriente, como por ejemplo mascarillas sanitarias, medicamentos como el ibuprofeno, o máquinas básicas para salvar vidas como los respiradores automáticos.

En conclusión, la evolución de la globalización es muy difícil de predecir, pero lo que parece claro es que al menos durante algunos años, ésta será muy diferente de la que hemos conocido hasta ahora, con más barreras a nivel de países, menos interdependencias y más fragmentación económica. Ahora bien, la estación final de dicho proceso es una verdadera incógnita.

Como cada verano el blog La Riqueza de las Regiones se marcha de vacaciones durante el mes de agosto. Esperamos encontrar a todos nuestros lectores después de la pausa estival con nuevas entradas para seguir analizando un mundo que, desde la perspectiva espacial, se encuentra inmerso en una transformación continuada. El próximo curso nos traerá también un cambio en la dirección del blog, con ideas renovadas y un enfoque más dinámico, acorde con los tiempos que corren. Por mi parte ha sido un placer estar al frente de este proyecto los dos últimos años.

Feliz verano a todo el mundo. ¡Nos vemos en septiembre!

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