La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

Regiones más áridas y desiguales: Los potenciales impactos distributivos del cambio climático en España

Regiones más áridas y desiguales: Los potenciales impactos distributivos del cambio climático en España

Por David Castells-Quintana (Universidad Autónoma de Barcelona)

 

Los impactos del cambio climático, visibles desde hace décadas alrededor del mundo, toman fuerza ahora en la Península Ibérica. En España, el año 2023 fue uno de los más secos de las últimas décadas, con un nivel de precipitación media de 536 mm, un 84% de lo normal. Y algunas regiones españolas están sufriendo los impactos de la sequía con más fuerza que otras. En Cataluña, el déficit de precipitaciones del año pasado si sitúa por encima del 30%.

Desafortunadamente, no parece que la situación vaya a mejorar; los climatólogos nos advierten ya de que tendremos cada vez temperaturas más altas y menores precipitaciones. En España, el 2024 ha comenzado como uno de los años más cálidos de la historia, con temperaturas 3 grados centígrados por encima de lo normal.

Las altas temperaturas y la falta de agua no solo tienen un gran impacto ecológico en nuestros territorios; empiezan ya a afectar nuestra actividad económica y nuestra vida diaria. En Cataluña se ha declarado el estado de emergencia y ya hay restricciones severas al uso de agua. Los debates sobre trasvases, desalinización de agua marina e incluso importación de agua dulce de otras regiones vuelven a la mesa.

Pero, aunque estos impactos del cambio climático son de amplio alcance, la realidad es que sus impactos son desiguales entre y dentro de las regiones. Diferentes sectores y grupos de población de ven afectados de manera diferenciada. En general, es de esperar que los grupos más vulnerables se vean más perjudicados por las sequias y desastres climáticos. Las zonas agrícolas en particular (tradicionalmente también las más pobres) son las más vulnerables y con menor capacidad de adaptación. Así, cabe esperar que el incremento de las temperaturas vaya asociado a mayores desigualdades.

De hecho, un análisis detallado de datos internacionales permite identificar una asociación positiva y altamente significativa entre incrementos de las temperaturas e incrementos de la desigualdad. En aquellas regiones donde más han aumentado las temperaturas también ha aumentado más la concentración del ingreso y la riqueza (ver “The far-reaching distributional effects of global warming).[1] Y esta asociación va más allá de la simple desigualdad de ingresos. Usando diferentes fuentes de datos, encontramos que a mayores temperaturas también se da mayor concentración espacial de la actividad económica y mayor desigualdad en la esperanza de vida. Y es que el cambio climático está asociado a mayor incidencia e intensidad de conflictos por recursos menguantes, como el agua. También a menor productividad agrícola, mayor desnutrición y mortalidad infantil, y mayor incidencia de enfermedades.

Usando datos similares para las regiones españolas durante las últimas dos décadas, también encontramos una asociación entre temperaturas y desigualdad crecientes. Como muestra la Figura 1, en las Comunidades Autónomas donde la temperatura promedio supera los 15 grados centígrados (principalmente las regiones del sur y del mediterráneo), mayores temperaturas están asociadas a mayor desigualdad, medida por el coeficiente de Gini. Pero hay que resaltar que, al ritmo de calentamiento actual, dentro de pocos años todas las regiones de España superaran los 15 grados de temperaturas anuales promedio.

FIGURA 1: Temperaturas y desigualdad de ingresos en las CCAA españolas

Nota: La figura refleja el efecto de incrementos en las temperaturas promedio sobre la evolución del coeficiente de Gini. El análisis esta realizado con datos comprendidos entre el año 2000 y 2020.

Así, el cambio climático se ha convertido tanto en una amenaza ecológica y medioambiental como también en un desafió social. Según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), es ya casi inevitable que las temperaturas globales superen el umbral de los 2º de incremento, pudiendo llegar a los 4º de no reducirse drásticamente nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (ver IPCC_SR15). Más allá de los efectos ecológicos catastróficos, el cambio climático va camino de convertirse en el principal motor detrás de las desigualdades globales crecientes, en la más grande barrera en la lucha contra la pobreza, y probablemente en la razón principal de conflictos alrededor del mundo. España no parece quedar al margen.

 

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[1] Esta investigación está financiada por los proyectos PID2020-118800GBI00 y PID 2019-104723RB-100, del Ministerio de Ciencia e Innovación.