Redes de colaboración, innovación, y geografía.[1]
Por Pablo Galaso. Instituto de Economía, Universidad de la República (Uruguay). Contacto: pablogalaso@gmail.com y Jaromir Kovarik. Departamento de Análisis Económico, Universidad del País Vasco UPV/EHU. Contacto: https://sites.google.com/site/webpagesjaromir/
Empresas, universidades y centros de investigación comparten cada vez más información y recursos en proyectos cooperativos, con el objetivo de obtener sinergias colectivas y ventajas individuales para la innovación. La estructura de las colaboraciones puede entenderse como una red formada por nodos que representan a actores innovadores (empresas, universidades o centros de investigación) y vínculos que reflejan relaciones de colaboración (proyectos conjuntos de I+D o colaboraciones para desarrollar patentes). Numerosos estudios sobre geografía económica, economía de la innovación, administración o historia económica demuestran que las redes de colaboración representan un aspecto crucial de los procesos de innovación. Muchos de estos trabajos aplican técnicas de análisis de redes sociales para identificar las propiedades estructurales de las redes de colaboración que mejoran o inhiben los resultados de la innovación (Phelps et al., 2012).
¿Cómo influyen las redes de colaboración sobre la innovación?
Varias características estructurales de estas redes han recibido especial atención por facilitar (o dificultar) los procesos de innovación. Por ejemplo, las redes cohesionadas, donde la mayoría de sus miembros se encuentran directa o indirectamente conectados, fomentan el intercambio de ideas, la difusión de conocimientos y la confianza entre actores. Estos factores mejoran los procesos de innovación a escala colectiva, beneficiando a todos los que se conectan a la red. La evidencia también indica que los actores más centrales tienen un mejor acceso a los flujos de conocimientos y, por tanto, se ven especialmente beneficiados en sus procesos de innovación.
Pero los estudios también muestran que las redes pueden generar efectos adversos. Por un lado, el mantenimiento de vínculos supone un coste en términos de tiempo, esfuerzo y dinero que puede no llegar a compensar los beneficios. A escala colectiva, las redes demasiado cohesionadas, con demasiada densidad de vínculos, pueden provocar la recirculación de información redundante, aumentando la homogeneidad del conocimiento compartido y, de esta forma, restringir los procesos de innovación. De hecho, algunos estudios sugieren una relación en forma de U invertida entre las estructuras de red y la innovación, con niveles óptimos de cohesión o densidad que maximizan la difusión de conocimientos (Uzzi y Spiro, 2005).
¿Qué rol juegan los límites geográficos en las redes y la innovación?
Las redes de colaboración asociadas a los procesos de innovación se dan en diferentes ámbitos geográficos ya que los innovadores a menudo colaboran con actores de su mismo territorio y, simultáneamente, con actores situados en regiones o países distantes. Imaginemos a una empresa, como la que se muestra en el gráfico 1, que colabora con actores de su localidad y con otros situados en distintas localidades del país. Esta empresa está, por tanto, conectada a redes de colaboración en dos niveles geográficos diferentes: local y nacional.
Gráfico 1. Conexión en redes a diferentes niveles geográficos
Fuente: Galaso y Kovarik (2021)
Dado que la empresa está conectada simultáneamente a una red local y otra nacional, ¿influyen las propiedades de la red local y las de la red nacional de la misma manera sobre los resultados de la empresa? Nuestra hipótesis es que las mismas propiedades de red influirán de manera distinta según el límite geográfico que consideremos. Por ejemplo, ser un nodo central en la red local podría generar un impacto distinto del que generaría ser central en la red de colaboración nacional o estar conectado a una red local densa podría tener efectos diferentes que estar conectado a una red nacional densa.
Algunas diferencias entre las redes locales, nacionales y globales pueden darnos pistas para fundamentar nuestra hipótesis. Primero, los actores de las redes locales están geográficamente más cerca unos de otros, y la proximidad geográfica está asociada a otras formas de proximidad que también son cruciales para la innovación, como la cognitiva, la organizativa, la institucional y la social (Boschma, 2005). En consecuencia, a medida que ampliamos el límite geográfico de la red, tendremos no solo una mayor distancia geográfica entre los nodos, sino también una mayor variedad y heterogeneidad de actores.
Además, las redes locales suelen construirse con lazos fuertes y duraderas, donde la información se transfiere a través de lo que la literatura denomina como “zumbido local” (local buzz), es decir, «la ecología de la información y la comunicación creada por los contactos cara a cara y la ubicación de personas y empresas dentro de la misma industria y territorio» (Bathelt et al., 2004: 38). Este tipo de conexiones permiten la circulación de conocimientos tácitos, facilitan la vigilancia mutua y aumentan la confianza (Uzzi y Spiro, 2005).
Por otro lado, las redes de ámbitos geográficos más distantes proporcionan acceso a información novedosa y no redundante (Grannovetter, 1973). La literatura sobre clusters se refiere a estas interacciones en las redes extra-locales como “conductos globales” (global pipelines) que aportan conocimientos externos al territorio que mejoran los procesos de innovación (Bathelt et al., 2004).
Redes de colaboración e innovación en España
Para contrastar nuestra hipótesis, analizamos los datos de patentes en España. Nos enfocamos en los solicitantes de las patentes que incluyen a los agentes que actúan mayoritariamente a nivel local (pequeñas empresas o individuos) así como a las entidades de carácter nacional e incluso transnacional (por ejemplo, grandes instituciones de investigación o corporaciones multinacionales).
Estudiamos todas las patentes europeas presentadas en la Oficina Española de Patentes y Marcas entre 1978 y 2008. Nos centramos en un periodo en el que España experimentó un crecimiento económico constante, una expansión de la inversión y un acercamiento a las naciones avanzadas, que se detuvo con la llegada de la crisis financiera mundial de 2008, lo que generó una ruptura estructural en la serie de datos de patentes.
Los nodos de nuestras redes son los solicitantes de patentes: empresas, inventores, centros de investigación y otras organizaciones implicadas en procesos de innovación. Consideramos que existe un vínculo entre dos innovadores si presentaron una patente conjunta o colaboraron con el mismo investigador en diferentes patentes. Construimos la red española, que incluye innovadores de todo el país (gráfico 2) así como las redes de las tres provincias más importantes en términos de resultados de patentes; Barcelona, Madrid y Valencia (gráfico 3).
Gráfico 2. Componente principal de la red de colaboración a escala nacional
Fuente: Galaso y Kovarik (2021)
Gráfico 3. Principales componentes de las redes locales de Barcelona, Madrid y Valencia
Fuente: Galaso y Kovarik (2021)
Después construir las redes, aplicamos técnicas econométricas para contrastar cómo influyen la estructura y la posición que ocupa cada actor en la red local versus la nacional sobre sus resultados de innovación. Para garantizar la comparabilidad con estudios anteriores, la selección de las características de la red para nuestro análisis sigue, en la medida de lo posible, la literatura anterior que modela la influencia de las propiedades de la red sobre los resultados de innovación (Ahuja, 2000; Fleming et al., 2007; Schilling y Phelps, 2007).
Observamos que los efectos de las redes sobre la innovación detectados en la literatura se reproducen utilizando nuestra red nacional española. Además, el posicionamiento de cada actor dentro de las redes locales y nacionales parece afectar a las futuras innovaciones de forma similar. Sin embargo, las características estructurales de la red afectan a la innovación de forma muy diferente en ambas escalas geográficas: las estructuras de colaboración parecen ser más relevantes para la innovación a nivel nacional, ejerciendo una influencia mayormente positiva. En cambio, la arquitectura de las redes regionales tiene menos impacto y, cuando lo tienen, predominan los efectos negativos sobre la innovación. Así pues, encontramos pruebas empíricas que muestran cómo los diferentes niveles geográficos determinan el modo en que las propiedades estructurales de las redes afectan a la innovación.
Estos resultados pueden informar qué posiciones deben buscar las empresas en qué redes con el fin de mejorar los resultados de su innovación. Nuestros hallazgos también sirven a los responsables de diseñar e implementar políticas de innovación sobre qué aspectos de los modelos de colaboración deben promoverse y a qué niveles geográficos considerar. Por último, contribuimos a la comprensión de la interacción entre la geografía, los patrones de colaboración y los procesos de innovación, una agenda de investigación iniciada recientemente que sin duda cuenta con un amplio recorrido por delante.
Referencias bibliográficas
Ahuja, G. (2000). Collaboration networks, structural holes, and innovation: A longitudinal study. Administrative science quarterly, 45(3), 425-455.
Fleming, L., King III, C., & Juda, A. I. (2007). Small worlds and regional innovation. Organization Science, 18(6), 938-954.
Bathelt, H., Malmberg, A., & Maskell, P. (2004). Clusters and knowledge: local buzz, global pipelines and the process of knowledge creation. Progress in human geography, 28(1), 31-56.
Boschma, R. (2005). Proximity and innovation: a critical assessment. Regional studies, 39(1), 61-74.
Galaso, P., y Kovářík, J. (2021). Collaboration networks, geography and innovation: Local and national embeddedness. Papers in Regional Science, 100(2), 349-377.
Granovetter, M. S. (1973). The strength of weak ties. American journal of sociology, 78(6), 1360-1380.
Phelps, C., Heidl, R., & Wadhwa, A. (2012). Knowledge, networks, and knowledge networks: A review and research agenda. Journal of management, 38(4), 1115-1166.
Schilling, M. A., & Phelps, C. C. (2007). Interfirm collaboration networks: The impact of large-scale network structure on firm innovation. Management science, 53(7), 1113-1126.
Uzzi, B., & Spiro, J. (2005). Collaboration and creativity: The small world problem. American journal of sociology, 111(2), 447-504.
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[1] Este artículo sintetiza y comenta los resultados del siguiente estudio: Galaso, P., y Kovářík, J. (2021). Collaboration networks, geography and innovation: Local and national embeddedness. Papers in Regional Science, 100(2), 349-377. https://rsaiconnect.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/pirs.12578