La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

Planificación urbana y logística: reflexiones desde Chile

Por Gerardo Ureta C., profesor de “Economía Urbana y Gestión Inmobiliaria”, Escuela de Arquitectura, Universidad de Las Américas y “Gestión de Proyectos”, Escuela de Arquitectura, Universidad Mayor de Chile; Asesor Urbano e Inmobiliario en Economía Urbana EIRL www.economiaurbana.cl

Santiago no es la única ciudad chilena con altos índices de congestión de trafico que impiden y retrasan el libre desplazamiento de personas y bienes, también podemos ver altas concentraciones de congestión en otros centros urbanos como Valparaíso-Viña del Mar, Concepción, Temuco, Antofagasta e Iquique. En este escenario, la distribución urbana de mercancías no solo un factor que provoca el aumento de la congestión, sino que también se ve gravemente impactada por él mismo.

Esto ha producido algunos inconvenientes en materias logísticas a las empresas. La distribución urbana de mercancías (DUM) es el último eslabón de servicio en la cadena de transporte, por lo que también se la conoce como la logística de “la última milla”. En este concepto, se engloban todos los movimientos relacionados con la actividad comercial y el suministro y distribución de bienes en las ciudades, incluido el movimiento de mercancías (entregas, recogidas, transferencias, carga y descarga, ubicación, almacenamiento y retorno), pero se excluyen el transporte de mudanzas y obras, por darse esporádicamente y gozar de licencias especiales, al igual que la recogida de residuos sólidos y el transporte de dinero, que se realizan en horarios no punta de carga en la red vial.

Asimismo, el costo del transporte asociado a la DUM influye directamente sobre el costo final del producto y, en consecuencia, afecta a la competitividad de las empresas y de la economía en general. Los costos operacionales varían según la franja horaria en la que se realiza el reparto de mercancías y, en la misma medida, las velocidades del tráfico afectadas por la DUM repercuten en la productividad y las emisiones de contaminantes urbanos, por lo que su tratamiento es un elemento clave dentro de la política general de gestión de la movilidad en las ciudades, dados sus múltiples efectos sobre las actividades y la calidad de vida de los ciudadanos.

Parte de estos problemas son consecuencia de las actividades de DUM ya que, muchas veces, las operaciones de carga y descarga de mercancías se realizan (justificadamente o no), de forma que entorpecen el tráfico.

Por otra parte, hace pocas semanas, el Gobierno de Chile presentó una comisión presidencial que estudiará y propondrá medidas para reducir el nivel de congestión y saturación de nuestras calles. Estos famosos “tacos” (como le llamamos en Chile a la congestión vehicular) no solo afectan nuestra calidad de vida, sino que también afectan la competitividad de nuestras ciudades para realizar y localizar actividades comerciales y logísticas, siendo todo un desafío encontrar un buen lugar donde establecer nuestro centro de distribución óptimo.

De acuerdo con diversos estudios, en Santiago la mayor congestión se produce entre las 18 y 21 horas, período en el que los automóviles no superan los 15 km/h. Con este dato, se hace evidente que se ve afectada la correcta y eficiente distribución de mercancías, así como los desplazamientos por la ciudad.

Aunque es difícil pronosticar que sucederá con nuestras ciudades en los próximos años, sí debemos estar conscientes de que todo indica que las industrias deberán buscar nuevos espacios para sus instalaciones y centros logísticos fuera de la ciudad, lo que provocará importantes cambios a la hora de distribuir las mercancías. Entonces, debemos preguntarnos, ¿dónde localizar mi actividad empresarial o centro de distribución, tomando en consideración los aspectos y restricciones urbanas que cada día se están imponiendo, como los temas ambientales y de tráfico, y además teniendo presente los valores de precio del mercado inmobiliario que hoy existen en Chile? Gran desafío para las empresas del siglo XXI.