Nuevo indicador de competitividad de las regiones españolas
Por Raúl Mínguez Fuentes, Cámara de Comercio de España.
En las últimas décadas, la actividad económica no se entiende desligada de la inevitable interconexión: el mundo es un solo mercado.
De este modo, desde finales del pasado siglo se asiste a una fase de intenso dinamismo en las relaciones económicas, políticas y sociales a escala mundial, conocida como globalización.
En este escenario, la respuesta necesaria de las economías y de sus empresas es, y debe ser, la mejora de la competitividad y una mayor internacionalización. De lo contrario, los países no son capaces de desarrollar su potencial, el riesgo de estancamiento se multiplica, y las empresas ven peligrar su propia supervivencia.
Detrás del concepto de competitividad se identifican dos bloques de factores. Por una parte, las cuestiones de carácter microeconómico o empresarial, aquellos aspectos caracterizados por la capacidad de la empresa para incidir sobre ellos (estrategia, diseño, reputación, innovación, gestión de los recursos humanos, etc.). A éstos se suman determinados factores del entorno externo de las empresas que influyen sobre la competitividad empresarial, como las infraestructuras (de transporte, comunicaciones, energéticas), la calidad institucional o el marco regulatorio de la actividad económico-empresarial.
La competitividad asociada al marco macroeconómico de los países es recogida por diversos indicadores compuestos de competitividad, tales como el Global Competitiveness Index (World Economic Forum, construido para 144 países. España ocupa la posición 35ª en el ranking 2014/2015; el World Competitiveness Scoreboard (IMD – International Institute for Management Development, construido para 60 países. España ocupa la posición 39ª en el ranking 2014); o la Doing business Classification (Banco Mundial, construido para 189 países. España ocupa la posición 33ª).
Doing Business 2015 – ESPAÑA
Fuente: Banco Mundial.
Sin duda, gracias a estos ejercicios se dispone de un conocimiento valioso para valorar la posición y trayectoria competitiva de los diferentes países.
En la mayoría de las ocasiones no está disponible esta información para el ámbito regional. No obstante, gracias al impulso de la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, materializado en el Plan Estratégico de Internacionalización de la Economía Española 2014-2015, se dispondrá de un potente indicador a escala regional sobre el clima de los negocios, determinante de la competitividad macroeconómica.
Más concretamente, el Banco Mundial está trabajando actualmente para recopilar información sobre el marco regulatorio en 19 ciudades españolas (la más poblada de cada Comunidad Autónoma, así como Ceuta y Melilla), siguiendo la metodología estándar Doing Business seguida en sus informes nacionales.
De este modo, se construirán cinco indicadores regionales: apertura de una empresa, obtención de electricidad, obtención de permisos de construcción, registro de propiedades y comercio transfronterizo.
El nuevo estudio Doing Business en España se completará con un anexo que analizará la unidad de mercado, a partir de la medición de la facilidad para constituir una empresa industrial en diferentes Comunidades Autónomas.
Sin lugar a dudas, gracias a este ejercicio subnacional se dispondrá de un sobresaliente indicador sobre la competitividad macroeconómica de las regiones españolas, de notable relevancia a tenor de la sustancial influencia del contexto sobre la capacidad competitiva de las empresas.
Al tiempo, esta información permitirá identificar buenas prácticas, perfilar recomendaciones y, en última instancia, afinar el diseño y aplicación de la política económica aplicada en los distintos territorios.