El impacto económico de las industrias de la lengua gallega
Por Diana Fernández Méndez – GAME-IDEGA, Universidade de Santiago de Compostela
La lengua tiene una función económica fundamental, al menos desde una doble perspectiva: como elemento identitario y como tecnología de comunicación social. En ambos casos se trata de relaciones complejas que presentan múltiples dimensiones y elementos que deben ser considerados y que generan problemas de cuantificación y valoración, e incluso de definición.
El reconocimiento y estudio de la lengua como variable económica se fundamenta en tres ideas. Primero, el lenguaje tiene valor económico porque facilita la comunicación entre agentes económicos. En segundo lugar, puede haber una preferencia por utilizar una lengua nativa que la sociedad valora porque define su identidad. Sin duda, se trata de una valoración difícil de cuantificar monetariamente, pero que, indirectamente, se traduce en nuevas demandas de los consumidores, como libros, canciones, etc. En tercer lugar, el idioma contribuye al capital humano y puede desarrollarse de la misma manera que otras habilidades productivas.
En los últimos años, a pesar de las dificultades de cuantificación, algunas investigaciones han intentado estimar el valor económico de la lengua en diferentes contextos geográficos desde una perspectiva agregada, en la que se pretende resaltar la importancia de la lengua en el funcionamiento de un sistema económico, utilizando la contabilidad nacional como marco; es decir, la estimación del valor económico de las llamadas industrias lingüísticas. El análisis del valor económico de las lenguas de España tiene como antecedente el trabajo dirigido por Municio (2003), en el que por primera vez se estima la aportación del español a la economía desde una perspectiva macroeconómica, basada en la contabilidad nacional. En los años siguientes se desarrolló el proyecto «El valor económico del español» (de 2006 a 2016) de la Fundación Telefónica, codirigido por los profesores José Luis García Delgado, José Antonio Alonso y Juan Carlos Jiménez, que concluyó con 14 publicaciones dedicadas al valor económico del español como potencial de mercado y valor en la economía nacional e internacional. Estos autores, junto con Manuel Villa Cellino, presentan un último estudio al respecto en 2023. Respecto a las lenguas cooficiales, los trabajos publicados pretenden medir la dimensión económica y el impacto de las lenguas en las autonomías donde se encuentran. Se han publicado estudios de esta naturaleza en euskera (Gobierno Vasco. Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura, 2015) y valenciano (Maudos, Pascual y Reig, 2019).
Los trabajos antes mencionados se basan en la hipótesis de que la lengua tiene su propio mercado e industria que generan riqueza y empleo cuantificables (las llamadas industrias de la lengua). Para estimar el valor económico de la lengua en términos de producción, renta o empleo, hay que distinguir qué bienes y servicios están directamente relacionados con la lengua como elemento diferencial en su proceso productivo.
En un trabajo realizado recientemente por la autora de esta entrada se realiza un cálculo similar con el objetivo de medir la contribución de la lengua gallega como bien privado, desde una perspectiva macroeconómica, a la economía de Galicia en su conjunto. Si bien existen diversas alternativas metodológicas que difieren incluso en el ámbito de lo que se considera directamente relacionado con la lengua, en este estudio se trata de ser lo más comparable posible, por lo que el procedimiento metodológico a seguir fue similar al del valenciano y vasco. Por ello, al igual que en la obra que sirve de referencia, se distinguen cuatro grandes sectores vinculados a la lengua (Industria de la cultura y los medios de comunicación, Industria de la lengua, Educación y AA.PP.), cada uno de los cuales se divide en diferentes subsectores. Para estos subsectores se determina su VAB y empleo directo en función de la información disponible para luego delimitar la parte que corresponde a la lengua gallega. Los datos utilizados en esta fase proceden mayoritariamente de fuentes y organismos públicos. En concreto, los datos económicos (producción, VAB o empleo a tiempo completo equivalente) proceden de la contabilidad regional de Galicia de 2019 (IGE), para la distribución del empleo se utilizaron datos de afiliaciones a la Seguridad Social a cuatro dígitos de la CNAE-2009 y para obtener información sobre productividad sectorial se emplearon datos de la Encuesta Estructural de Empresas (INE). Los datos sobre la proporción de producción en gallego se obtuvieron de una encuesta de entidades relacionadas con la lengua realizada por el Consello da Cultura de Galicia, así como de la Encuesta Estructural de Hogares (IGE) y de publicaciones universitarias en el caso del uso del gallego. Estos impactos directos se imputan a las ramas de actividad del modelo input-output para el cálculo del impacto económico (directo, indirecto e inducido) de acuerdo con la actualización del Marco Input-Output de Galicia para el año 2018 (IGE).
El impacto directo que el gallego tiene en el conjunto de la economía gallega se cuantifica en 1.440 millones de euros de valor añadido bruto y 27.702 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. Es decir, las actividades directamente vinculadas al gallego generan el 2,5% del VAB y el 2,7% del empleo equivalente a tiempo completo en 2019 en Galicia. En términos comparativos, el impacto directo del gallego en la economía de Galicia es casi el doble que el del valenciano en la Comunidad Valenciana (1,3% del VAB) e inferior al del euskera en el País Vasco (3,1% del VAB).
El impacto indirecto, procedente de los productos intermedios que adquieren los sectores vinculados a la lengua gallega para poder desarrollar su producción, asciende a casi 210 millones de VAB y 4.242 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. El impacto inducido, es decir, la producción y los empleos que se generan en la economía a través del consumo de los hogares que perciben rentas salariales directa e indirectamente de actividades en gallego, es de 1.045 millones de euros de VAB y 17.949 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo.
Sumando los impactos directos, indirectos e inducidos, el impacto total en la economía gallega de las actividades vinculadas a la lengua gallega representa el 4,7% del VAB gallego (2.694,6 millones de euros) y el 4,8% del empleo equivalente a tiempo completo (49.893 empleos).
Se presenta aquí una estimación mínima porque, entre otros aspectos, se dejan fuera actividades económicas para las que no se dispone de información estadística (como las asociaciones) y sobre todo porque no se considera el impacto sobre los movimientos migratorios, el turismo o el comercio exterior. En ese sentido, en 2022 el 14% de las exportaciones gallegas tenían como destino Portugal, mientras que para el conjunto de España representaban el 8% del total, al igual que en Andalucía, otra región fronteriza como Galicia. Brasil fue el destino del 3% de las exportaciones gallegas, pero sólo el 0,9% del total español. Comportamientos similares se observan en los movimientos turísticos con origen en Portugal. Es posible que la proximidad del gallego y el portugués sea un factor explicativo relevante.
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