La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

El impacto de la crisis sanitaria del COVID-19 sobre la capacidad de carga turística del Camino de Santiago [1]

El impacto de la crisis sanitaria del COVID-19 sobre la capacidad de carga turística del Camino de Santiago [1]

Por Roberto Bande – GAME-IDEGA, Universidade de Santiago de Compostela –Roberto.bande@usc.es

 

La crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del virus COVID-19 está provocando impactos muy diversos sobre los diferentes sectores clave de la economía española en general, y en la gallega en particular. Más en concreto, la declaración del estado de alarma, junto con el confinamiento de la población decretado por el gobierno en marzo de 2020 supuso una perturbación inédita, al provocar el cierre de la mayor parte de la actividad económica no esencial. La economía ligada al Camino de Santiago no ha permanecido ajena a este hecho, y el confinamiento y cierre de fronteras llevó consigo la ausencia total de actividad en los establecimientos hosteleros vinculados directa e indirectamente al paso de peregrinos por las diferentes etapas, así como en las actividades de servicios relacionadas. Las restricciones que las diferentes fases de la denominada “nueva normalidad” impone sobre el distanciamiento social y sobre el aforo en los diferentes establecimientos son susceptibles de generar un impacto adicional significativo sobre la capacidad de acogida de visitantes del Camino. En una reciente investigación he cuantificado estos efectos en el tramo gallego del Camino de Santiago. En esta entrada presentaré un breve resumen de los resultados de dicha investigación.

 

Antes de comenzar, no obstante, hay que clarificar qué entendemos por capacidad de carga de un recurso turístico. La literatura especializada ha desarrollado el concepto de capacidad de carga turística (CCT), que puede, a su vez, dividirse en tres niveles. En primer lugar, está la capacidad de carga física (CCF), que sería el límite máximo de visitantes/usuarios de un recurso turístico sin tener en cuenta cuestiones como el grado de comodidad de los visitantes (posible hacinamiento, colas, etc.) o la degradación física del recurso. Si a esta capacidad de carga física le imponemosfactores limitantes (tamaño de los grupos, meteorología, erodabilidad del terreno, etc.) llegamos al concepto de capacidad de carga real (CCR), el límite efectivo de visitas que un sitio turístico puede soportar sin que se genere sensación de hacinamiento, saturación o se derive en una degradación ambiental o social del sitio. Finalmente, si la gestión del recurso turístico impone limitaciones relativas a vigilantes, taquillas, administración, etc., la CCR se reduciría todavía más, hasta que llegamos a la capacidad de carga efectiva (CCE). En cualquier caso, el espacio que se asigne entre personas va a limitar de forma clara la capacidad de carga de un determinado recurso: a mayor espacio, menor será el número máximo de visitantes que soporta el recurso.

 

Figura 1. Niveles de capacidad de carga turística

 

Sin entrar en los detalles del cálculo de estas magnitudes (que pueden consultarse en este enlace) resumiré los resultados más destacables de esta investigación. Se han elaborado dos escenarios alternativos: uno, denominado escenario base, que se correspondería con la capacidad de carga del Camino en ausencia de restricciones por motivo de la pandemia, es decir, se correspondería con la capacidad de acogida de peregrinos del Camino en una situación de normalidad. El escenario alternativo se denomina escenario COVID y en él se imponen una serie de limitaciones de espacio interpersonal. En concreto, y suponiendo que los peregrinos realizan el Camino en grupos que tienen un tamaño medio de 2,7 personas (dato que hemos obtenido de diversas encuestas que hemos realizado en el marco de una investigación previa que nuestro grupo de investigación, GAME, realizó para la Xunta de Galicia y Turismo de Galicia), imponemos la restricción de que estos grupos mantienen una distancia entre ellos de 50 metros (25 en el escenario base), aunque los cálculos se han realizado para diferentes distancias, con el objetivo de analizar la sensibilidad de los resultados al ajuste de este parámetro. Además, ampliamos el espacio personal a 2 metros cuadrados.

 

Estas restricciones limitan la capacidad de carga física, junto con otra serie de factores limitantes relacionados con la meteorología y que condicionan el comportamiento de los caminantes: en los días de mucho calor suelen adelantar la salida para evitar las horas centrales, en los días de frío suelen retrasar la salida y en los días de lluvia caminan con más lentitud. Todo ello reduce la capacidad carga física. Teniendo en cuenta todos estos aspectos (sociales y meteorológicos) procedimos al cálculo de la capacidad de carga real. Los resultados se resumen en la Tabla 1.

 

Tabla 1. CCR en el escenario COVID como porcentaje de la CCR en el escenario base

Estos resultados indican que el impacto del distanciamiento interpersonal sobre la capacidad de carga real es moderado. Si los peregrinos no modifican su comportamiento en cuanto al distanciamiento entre grupos (25 metros) el aumento de la distancia interpersonal intra-grupo reduciría la CCR en un 17,8%. Si consideramos distancias entre grupos más elevadas (que reflejarían un comportamiento más cauto de los peregrinos) la CCR se va reduciendo, alcanzando el 54,9% del escenario COVID cuando se dobla la distancia entre grupos. En cualquier caso, los valores que toma la CCR, incluso en el escenario más restrictivo, con una separación de 50 metros entre grupos, permitiría albergar a un número considerable de peregrinos, que oscilaría en función de las etapas y la época del año (ver Tabla 2).Fuente: Cálculos del autor. Ver este enlace para detalles.

 

Tabla 2. Capacidad de Carga Real con distancia entre grupos de 50 metros

Fuente: cálculos del autor. Ver este enlace para detalles.

 

En resumen, a pesar de que la pandemia provocada por la COVID-19 restringe la capacidad del Camino Francés para acoger peregrinos debido a las medidas de distanciamiento social para prevenir los contagios, los resultados de la investigación revelan que dicha capacidad es todavía muy elevada, y que permitiría acoger a un número considerable de visitantes. Por tanto, desde el punto de vista de la gestión de este recurso no se detectan problemas que pudiesen poner en riesgo la sostenibilidad del Camino desde la perspectiva de la capacidad de carga.

El cumplimiento de las medidas de distanciamiento asegura una experiencia óptima desde el punto de vista de la seguridad personal, y no restringe en exceso el aforo máximo del Camino. Desde esta perspectiva, por tanto, los peregrinos pueden estar confiados de que el peregrinaje a Santiago es una actividad segura.

 

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[1] Esta investigación ha sido financiada por la Cátedra Institucional del Camino de Santiago y las Peregrinaciones, Universidade de Santiago de Compostela.