Digitalización empresarial en perspectiva regional
Por Raúl Mínguez Fuentes. Cámara de Comercio de España.
En una situación de globalización económica como la actual, y donde la competitividad es un factor clave para la subsistencia y crecimiento de las empresas, el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TICs) y el aprovechamiento de las oportunidades que brinda internet son factores clave para la mejora continua de los procesos de las empresas, especialmente de las pymes. Esta transformación digital, de hecho, se considera como uno de los aspectos cruciales para lograr un crecimiento económico sostenible e inclusivo (OCDE, 2017).
Para el caso español y europeo, se han diseñado e impulsado sucesivas políticas públicas para contribuir al desarrollo digital y maximizar el bienestar social asociado. La Agenda Digital para Europa, con objetivos concretos para 2020, o la Agenda Digital para España aprobada en 2013 son muestra de esta voluntad.
Los planes desarrollados hasta la fecha sin duda han contribuido a mejorar la situación digital del país, entre otros aspectos, en conectividad y adopción de banda ancha, en el uso de las TICs por parte de las pymes, avanzar en el uso de internet por la ciudadanía, impulsar el comercio electrónico, y mejorar la oferta y uso de la administración electrónica, como indica el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital (MINETAD). Como resultado, el Digital Economy and Society Index (DESI) de la Comisión Europea (indicador sintético que mide el desarrollo digital de todos los países de la Unión), pone de manifiesto que España viene situándose por encima del nivel medio de desarrollo digital de la Unión Europea (UE) desde 2015, reduciendo la brecha que la separa de países como el Reino Unido y Alemania, e incluso superando a Francia e Italia.
Esta mejoría gradual en el nivel de digitalización de nuestro tejido empresarial queda asimismo manifiesta en el reciente informe de la Cámara de Comercio de España (Observatorio de Competitividad Empresarial – Serie Sociedad de la Información). Según el indicador sintético para las TICs elaborado, se ha producido un crecimiento en materia digital del 5,3% entre 2014 y 2016. Las empresas españolas poseen las infraestructuras necesarias para la digitalización y cuentan con recursos humanos adecuados para su uso. Sin embargo, la mayor debilidad se encuentra en los niveles más avanzados de digitalización, vinculados al e-business, como por ejemplo, la utilización de servicios de cloud computing.
El estudio revela también que las empresas españolas consideran, en general, que su dotación en el ámbito de la sociedad de la información es adecuada. Así, el 88% de las compañías encuestadas percibe que su digitalización es media o alta y solamente un 9% estima un nivel de digitalización bajo.
Las empresas españolas son conscientes sobre los efectos positivos de la digitalización en la actividad empresarial. Según las empresas compañías encuestadas, la digitalización influye principalmente sobre su imagen de marca y reputación, seguido del efecto directo sobre las relaciones, ya sea con clientes, con proveedores u otras empresas, para las que las TICs son una herramienta esencial. Sorprendentemente, las empresas consideran que la digitalización tiene una influencia menor en la creación de empleo, la internacionalización o el crecimiento del tamaño de la empresa.
Para proseguir con esta dinámica, el citado MINETAD ha retomado los esfuerzos pasados, como responsable de las políticas de Agenda Digital, y está elaborando actualmente la “Estrategia Digital para una España Inteligente” con objeto de proseguir con el fomento y desarrollo de la sociedad y la economía digital en España. Esta nueva estrategia se articula en torno a cinco pilares: Economía de los datos; Ecosistemas 4.0; Regulación inteligente; Infraestructuras tecnológicas; y Ciudadanía y empleo digital.
En este sentido, una dimensión necesaria en la articulación de la política económica de contenido digital es la regional, como así lo resaltan diversas investigaciones recientes (Ketels, 2016; Fundación BBVA-IVIE, 2017; Roberts et al., 2017) y también se ha comentado en este blog (Cuadrado-Roura y De Lucio, 2017).
No en vano, para el caso español persisten notables diferencias en materia digital entre las Comunidades Autónomas. El mencionado estudio de la Cámara de Comercio de España calcula un indicador TICs con detalle regional, que recoge tanto los niveles de digitalización como el grado de concentración empresarial. El indicador TICs para el conjunto de España se sitúa en el entorno, incluso ligeramente por encima, del indicador TICs UE28, lo que refleja un nivel agregado de digitalización equiparable al comunitario. Sin embargo, el análisis por Comunidades Autónomas revela la existencia de sensibles diferencias, con las empresas de Madrid y Cataluña como las más avanzadas en el proceso de digitalización del tejido productivo español. Seguidamente, el País Vasco y La Rioja son las CCAA con mejor posición digital desde la perspectiva empresarial. Por el contrario, Murcia, Castilla-La Mancha y Cantabria son las regiones en las que el indicador presenta un valor más modesto.
En suma, España afronta el reto de la transformación digital en una posición agregada favorable, cuya consolidación y avance es imprescindible para que las empresas y la sociedad puedan aprovechar las múltiples oportunidades que la revolución digital ofrece. No obstante, también deben dirigirse los esfuerzos hacia la corrección de los notables desequilibrios regionales existentes; esto es, la transformación digital debe extenderse a todos los sectores y territorios. Condición para conseguir un modelo económico y social más eficiente, competitivo, innovador y sostenible.
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