La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

Construyendo Puentes: La Necesidad de Espacios Comunitarios en un Mundo Rural Diverso

Construyendo Puentes: La Necesidad de Espacios Comunitarios en un Mundo Rural Diverso

Por Iris Egea Quijada – Vrije Universiteit Brussel (VUB), Brussels Institute for Social and Population Studies (BRISPO) – https://brispo.research.vub.be/en/iris-egea-quijadahttps://www.linkedin.com/in/irisegea/

En los últimos años, la España rural ha experimentado un fenómeno transformador: un gran flujo de población extranjera que ha impulsado procesos de revitalización de zonas en declive. Sin embargo, esto supone un reto clave para la gestión rural y migratoria. La falta de recursos y las dificultades socioeconómicas dificultan la incorporación de la población inmigrante. Así, urge desarrollar modelos inclusivos que integren la creciente diversidad de manera justa e igualitaria.

La población inmigrante se concentra en la industria cárnica y agrícola, debido a una redistribución económica impulsada por el éxodo de la población nativa hacia áreas urbanas y su rechazo a ocupar estos trabajos. Esto ha sido crucial para la estabilización de las zonas rurales. La provincia de Teruel es un caso representativo. Teruel, una de las provincias más despobladas, refleja esta tendencia: en 2023, la población inmigrante representó un 13,52% del total, con un incremento del 6,4% respecto al año anterior (OIM, 2023).

«Matarraña.png» por Francisco Javier Paniagua García, licenciada bajo CC BY-SA 4.0, disponible en Wikimedia Commons. Imagen modificada para mostrar solo la situación geográfica en Aragón.

La población inmigrante ha revitalizado el sector económico con su mano de obra y ha generado demanda de servicios básicos. No obstante, la concentración de inmigrantes en zonas con escasos recursos y servicios puede generar tensiones, no solo entre nativos e inmigrantes, sino entre miembros del mismo grupo étnico. Ante esta situación, se requieren políticas que fomenten la cohesión social. Más allá de ver a los inmigrantes únicamente como catalizadores para revitalizar las zonas rurales, es fundamental incluirlos plenamente en la comunidad rural, reconociendo y aceptando su diversidad. Además, las zonas rurales tienen redes sociales estrechas, donde las referencias personales resultan clave para acceder a los recursos limitados, lo que  dificulta la integración de los recién llegados. Las limitadas oportunidades de interacción generan sentimientos de marginalidad y procesos de segregación, agravando la percepción de exclusión entre los inmigrantes y su falta de pertenencia a la comunidad. Por ello, es fundamental crear espacios comunitarios que fomenten la interacción y la inclusión.

En mi proyecto de doctorado, realicé una investigación etnográfica en un municipio de Teruel entre octubre y diciembre de 2024. Esta reveló una realidad compleja. La creciente presencia de inmigrantes, que actualmente representan aproximadamente un 25% de la población total, ha generado una dinámica social marcada por la segregación laboral. Especialmente, la mayoría trabaja en la industria cárnica, el sector de cuidados y la restauración. La común localización periférica de los empleos refuerza estas diferencias y además puede agravar el aislamiento social.

Uno de los hallazgos más llamativos de la investigación fue la escasez de espacios públicos comunitarios, limitando enormemente las oportunidades de encuentro entre vecinos de distintos orígenes. Esto resulta en un creciente reclamo del espacio por parte de los ciudadanos a través de la ‘ocupación’ de espacios públicos en horario de cierre y su uso alternativo. Aunque este fenómeno no ha recibido atención política, es una necesidad palpable entre la población. Actualmente, los únicos lugares donde hay interacciones significativas entre distintos grupos son los huertos y el gimnasio. Allí, compartir experiencias y conocimientos ha permitido la creación de vínculos de amistad, encontrando similitudes entre personas de orígenes diversos. Sin embargo, el acceso a estos entornos sigue estando marcado por dinámicas de género y edad: son predominantemente masculinos y frecuentados por jóvenes o personas mayores, dejando fuera a una parte importante de la población.

Durante la investigación, en los grupos de debate organizados con ciudadanos de distintos orígenes, incluyendo nativos, surgía siempre la misma conclusión: la falta de puentes, de oportunidades para reunirse y conocerse, y de mecanismos para disipar malentendidos y deconstruir discursos racistas. Frente al discurso dominante entre la población nativa, caracterizado por la islamofobia y una visión de la integración basada en la asimilación, se hace imprescindible la creación de espacios inclusivos y abiertos. No se trata solo de aceptar la diversidad de manera superficial a través de eventos efímeros que exhiben culturas y que, en muchos casos, fomentan la exotización y estigmatización de las minorías. Al contrario, es necesario generar espacios donde las experiencias compartidas y las desigualdades estructurales del medio rural sirvan como base para la conexión y la acción comunitaria. Así, la población podrá encontrarse, compartir aspiraciones y proyectos, y fortalecer el tejido social.

Ahora, en un contexto donde los espacios comunes pueden ser instrumentalizados para alimentar discursos de exclusión y oposición al «otro», urge diseñar entornos donde la comunidad se construya desde aquello que la une. El reto principal para las políticas sociales y los debates científicos es abordar la gestión rural y la diversidad de forma integrada, reconociendo la realidad plural de las zonas rurales.

Aragonería. (2004). Mapa de la comarca del Matarraña-Matarranya [Mapa]. https://www.aragoneria.com/mapas/comarcas/matarrana-matarranya.jpg

 

“La riqueza de las regiones” constituye un instrumento de comunicación e intercambio de ideas promovido por Asociación Española de Ciencia Regional (AECR). Para más información sobre la actividad de AECR visite su Página Web o síganos en FacebookLinkedin, Youtube y/o Twitter.