Comparativa entre la evolución del precio del alquiler y la renta en los municipios españoles
Por Sergio Fuertes Álvarez, Elena Lasarte Navamuel y Fernando Rubiera Morollón, Laboratorio de Análisis Económico Regional- REGIOlab, Universidad de Oviedo
Mejorar el acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales retos de la sociedad española. El crecimiento de los precios de alquiler es un fenómeno extendido a lo largo de la mayor parte de la geografía nacional, aunque este incremento es significativamente más intenso en los lugares más expuestos al turismo así como en las ciudades más grandes y dinámicas. Sin embargo, estos mismos lugares son los que tienen más altos niveles de empleo y crecimientos más intensos de la renta. Por ello, más que observar solo donde están creciendo los alquileres es importante identificar donde ese crecimiento es mayor en relación con el crecimiento medio de la renta de las familias.
En el mapa adjunto se realiza la comparativa del crecimiento del alquiler y la renta en el período 2015-2021 y para los municipios españoles para los que disponemos de datos. Se calcula la diferencia entre las dos ratios de crecimiento, de modo que si el signo es negativo nos indica que ha crecido más el alquiler que la renta mientras que si es positivo ha crecido más la renta que el alquiler. En el primer caso de puede decir que las familias estarían perdiendo poder de compra y en el segundo que lo estarían ganado.
Comparativa del crecimiento del alquiler y la renta entre 2015 a 2021
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos SERPA y ADRH.
El mapa es muy elocuente. Los municipios donde los valores son negativos (verde oscuro), indicando que el alquiler ha crecido muy por encima de la renta, se concentran en la costa y en el entorno de las grandes ciudades: Madrid y Barcelona, aunque también en Zaragoza, Valencia, Bilbao, Sevilla o Málaga entre otras. Al margen de algunas excepciones concretas, normalmente los municipios donde los valores son positivos, con crecimientos de la renta superiores a los del alquiler, se sitúan en el interior y en áreas alejadas de las grandes ciudades.
Más allá del comportamiento esperable de la diferencia entre alquiler y renta en áreas centrales y periféricas o la costa y el interior, llama la atención como se van configurando espacios donde la evolución de precios es favorable para las familias si estas asumen residir muy alejados de los núcleos urbanos principales. Véase, por ejemplo, el entorno de Madrid, especialmente en el eje en dirección a Valencia. En estos casos los diferenciales de evolución de renta y alquiler pueden actuar como impulsores de un crecimiento urbano disperso propiciando un modelo de ciudad con una movilidad muy poco sostenible.
Enfrentar el problema del acceso a la vivienda no es solo fundamental por la importancia del propio bien, sino por todas las distorsiones que unos costes residenciales desproporcionados pueden generar. Una de ellas tiene que ver con cómo los altos costes de la vivienda y su diferente evolución en el entorno de las grandes ciudades puede estar afectando a la sostenibilidad urbana impulsando un modelo de ciudad disperso. Este fenómeno no solo aleja a los ciudadanos más jóvenes y con escasos recursos de sus centros de trabajo, sino que contribuye a una creciente desigualdad en el acceso a servicios: como la educación, la sanidad y el transporte público. Pero hay muchas otras distorsiones que se pueden intuir con una simple representación como el mapa presentado.
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