Brecha digital regional en los hogares españoles
Por Manuel Hernández Peinado – Departamento de Economía Internacional y de España – Universidad de Granada – mhpeinad@ugr.es
A lo largo de las últimas décadas las denominadas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) vienen implementando un papel fundamental en la sociedad en general y en la economía en particular.
Desde un punto de vista microeconómico, y siguiendo a autores como Kuhn y Mansour (2011) y Aker, Ghosh y Burrell (2016), dentro del mercado de factores productivos, el hecho de tener acceso y uso de las TIC genera efectos positivos en el mercado de trabajo, llevando a una mejor asignación de los recursos y coadyuvando al crecimiento de las economías. Si bien, contando con los efectos potenciales, también hay que considerar disparidades en el acceso y uso que pueden implicar más desigualdades de carácter económico y social.
El término brecha digital, siguiendo a Gunkel (2003) y Van Dijk (2017), fue empleado, por primera vez, a mitad de los años noventa, en un reporte oficial por la Administración Nacional de Información y Telecomunicaciones del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.
Con el paso del tiempo, las investigaciones profundizaron sobre las consecuencias del acceso y uso sobre el comportamiento, las relaciones y los efectos sociales, siguiendo a Van Dijk (2017).
A nivel europeo, España se sitúa por encima de la media de la Unión Europea en el Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI), una media ponderada de cinco dimensiones principales: conectividad, capital humano, uso de internet, integración de tecnología y servicios públicos digitales. En concreto, en los años 2015 y 2020 se encuentra en el puesto undécimo, por delante de países como Alemania, Francia e Italia, pero por detrás de los países nórdicos europeos, entre otros. Aunque España se posicione por encima de la media, es evidente que aún queda mucho camino por recorrer en las cinco dimensiones consideradas.
En España, se han producido desigualdades evidentes en el uso y acceso a estas tecnologías entre sus Comunidades y Ciudades Autónomas, tal y como refleja el Instituto Nacional de Estadística, a través de los resultados de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares (2014-2020).
En lo referente al equipamiento tecnológico de las viviendas españolas:
En los tres aspectos analizados se produce una evolución creciente de las dotaciones, lo que ha influido en reducir la brecha digital entre las regiones españolas.
Viviendas con conexión de Banda Ancha (ADSL, Red de Cable, etc.):
Las regiones con mayores tasas de crecimiento medio anual de Banda Ancha se relacionan con los porcentajes de partida más bajos de conexión de Banda Ancha. Y viceversa, regiones con menores tasas de crecimiento medio anual de Banda Ancha se relacionan con los porcentajes de partida más elevados de acceso a Banda Ancha.
En este sentido, la brecha digital en cuanto a conexión de Banda Ancha en 2014 se sitúa entre las Comunidades de Extremadura (62,2 por ciento) y Madrid (82,9 por ciento), es decir, una brecha de 20,7 puntos. Mientras que en 2020, la brecha es menor, ya que Melilla (98,9 por ciento) y Galicia (92 por ciento) suponen 6,9 puntos de diferencia. Por tanto, con el paso de los años, de 2014 a 2020, la brecha digital se ha reducido en 13,8 puntos porcentuales.
Viviendas con algún tipo de ordenador:
En 2014, las regiones que presentan un mayor porcentaje en el uso de algún tipo de ordenador son Madrid (82,9 por ciento), Ceuta (80,3 por ciento) y Baleares (79,5 por ciento). Mientras que las que indican un menor porcentaje son Extremadura (67,9 por ciento), Comunidad Valenciana (69,7 por ciento) y Castilla-La Mancha (69,9 por ciento).
La mayor brecha digital respecto a viviendas que utilizan algún tipo de ordenador se encuentra entre las Comunidades Autónomas de Madrid y Extremadura, siendo de 15 puntos porcentuales.
En el año 2020, las regiones que presentan los mejores indicadores son Madrid (86,7 por ciento), Cataluña (86,4 por ciento) y Navarra (86,3 por ciento). En el otro extremo, se encuentran Galicia (72 por ciento), Ceuta (76,3 por ciento) y Extremadura (76,4 por ciento).
La mayor brecha digital se sitúa, en 2020, entre Madrid y Galicia, con un distanciamiento de 14,7 puntos porcentuales.
Viviendas con teléfono móvil:
En lo relativo al estado de penetración de la telefonía móvil, los valores más elevados los alcanzan Castilla y León y Extremadura (105,19), Castilla-La Mancha (105,06). Por el contrario, el estado de penetración ha sido menor en Melilla (100), País Vasco (101,12), Madrid (101,43), Murcia (101,44) y Asturias (102,06), al ser estos territorios los que partían, en 2014, de porcentajes más elevados de telefonía móvil en sus viviendas.
Al hablar de brecha digital relacionada con las viviendas con telefonía móvil, hay que señalar que es mínima, de acuerdo con los datos obtenidos. En todas las Comunidades y Ciudades Autónomas, se parte, en 2014, de unos porcentajes en torno al 95 por ciento y superiores, ello lleva a concluir que ya existía una implantación muy alta de este tipo de equipamiento, que alcanza en 2020 datos porcentuales casi del cien por cien en todas las regiones, donde las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla son las que alcanzan el cien por cien, por el contrario Murcia es la que se sitúa fuera del último percentil, con un porcentaje del 98,3. En 2020, la brecha digital en telefonía móvil se sitúa en 1,7 puntos porcentuales. Mientras que en 2014, la mayor diferencia se sitúa entre Melilla (100 por cien) y Extremadura (94,4 por cien), con una brecha digital en telefonía móvil de 5,6 puntos porcentuales.
En definitiva, atendiendo a los porcentajes de viviendas con equipamiento tecnológico, consistente en Banda Ancha, ordenador y teléfono móvil, a nivel nacional, en el periodo 2014-2020, evidencian una mayor presencia del móvil en los hogares españoles (99,5 por ciento) y de la Banda Ancha (95,3 por ciento). Mientras que el porcentaje de presencia de ordenadores es del 81,4 por ciento.
Es más, el confinamiento del año 2020 junto a las restricciones, de índole sanitaria, económica y social, implantadas por las autoridades, han conllevado a un mayor acceso y uso de las TIC.
Los resultados pueden ofrecer algunas ideas de cara a la implementación de políticas regionales de fomento del uso de Internet en los hogares, sobre todo en aquellas regiones que se encuentran en niveles inferiores a la media nacional.
Se podría plantear una serie de medidas de política pública regional tendentes en primer lugar, a potenciar el desarrollo económico que contribuya a la dotación de infraestructuras TIC, y aquí la educación podría contribuir a facilitar la difusión y el uso de Internet. En segundo lugar, el desarrollo de servicios generadores de empleo e intensivos en TIC y las políticas de apoyo al uso de Internet en las empresas pueden tener efectos indirectos positivos sobre el uso de Internet en hogares e individuos. En tercer lugar, implementar medidas orientadas a favorecer un acceso y uso más equilibrado de aquellos grupos sociales en los que el uso de Internet es menor, tales como personas mayores, jubilados o aquellas personas que se dedican a las labores del hogar.
Dado el carácter dinámico del fenómeno estudiado y considerando que se encuentra inmerso en un profundo y constante proceso de transformación, los resultados obtenidos no pueden tomarse como conclusiones cerradas, sino más bien como punto de continuidad para análisis posteriores sobre las distancias tecnológicas existentes entre las distintas Comunidades y Ciudades Autónomas españolas.
“La riqueza de las regiones” constituye un instrumento de comunicación e intercambio de ideas promovido por Asociación Española de Ciencia Regional (AECR). Para más información sobre la actividad de AECR visite su Página Web o síganos en Facebook, Linkedin, Youtube y/o Twitter.
Referencias bibliográficas
Aker, J. C., Ghosh, I. and Burrell, J. (2016). “The promise (and pitfalls) of ICT for agriculture initiatives”. Agricultural Economics, 47(S1), 35-48.
DESI (2020). Digital Economy and Society Index. European Commission.
Gunkel, D. J. (2003). “Second thoughts: toward a critique of the digital divide”. New media & society, 5 (4), 499-522.
INE (2020). Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. Instituto Nacional de Estadística.
Kuhn, P. and Mansour, H. (2014). “Is Internet job search still ineffective?”. The Economic Journal, 124 (581), 1213-1233.
Van Dijk, J. A. (2017). “Digital Divide: Impact of Access”. The International Encyclopedia of Media Effects,1-11.