Algunas reflexiones sobre el impacto socioeconómico del Camino de Santiago a nivel local en la post-pandemia
Por Roberto Bande – GAME-IDEGA, Universidade de Santiago de Compostela
En plena celebración del año Xacobeo 21-22, el éxito en la afluencia de peregrinos está fuera de toda duda. Aunque lejos todavía de las cifras pre-pandemia, parece que las tendencias registradas en el número de visitantes comienzan a recuperar el vigor que mostraban antes de la crisis provocada por la COVID-19, por lo que los agentes involucrados en la gestión de este recurso turístico clave para el interior de Galicia (ayuntamientos, Xunta de Galicia, sector hostelero, etc.) comienzan a recuperar la confianza en la sostenibilidad de este recurso a lo largo del tiempo.
La fuerte caída que se había producido en el número de peregrinos (motivada por un lado por las restricciones a la movilidad de las personas que se mantuvieron durante un período de tiempo considerable, especialmente en cuanto a movilidad internacional, pero también como consecuencia de la propia pandemia y el temor al potencial riesgo de contraer la enfermedad) supuso un mazazo muy importante a nivel local. Recordemos que, en términos cuantitativos, el gasto realizado por los peregrinos tiene un impacto a nivel local superior al que realizan los turistas tradicionales. El estudio realizado por nuestro grupo de investigación (GAME) junto a la Agencia Turismo de Galicia estimaba que el impacto total en términos de producción (una vez considerados los efectos directos, indirectos e inducidos sobre el conjunto de la economía) era hasta un 11% superior, de forma que el gasto realizado por un peregrino supone el mismo impacto económico que 2,3 turistas nacionales. Este efecto se debe, por un lado, a que las estancias son de duración superior (6 días de media frente a 2 días en el caso de los turistas), pero sobre todo a que los gastos realizados se concentran en servicios y productos que tienen una mayor incidencia local: el 94% del gasto en consumo de los peregrinos se concentra en restauración y hospedaje, que se ofrecen a nivel local. En el caso de los turistas, el vector de consumo está más repartido, con una importancia relativamente alta de servicios ofrecidos por empresas situadas fuera de Galicia (transporte aéreo, alquiler de vehículos, etc.).
La crisis derivada de la pandemia impactó de lleno, por tanto, en la capacidad de generación de actividad económica clave para muchos de los ayuntamientos por los que pasa el Camino, la mayoría de ellos con una población muy vinculada a este recurso. El estudio citado estimaba que la población equivalente vinculada por el Camino en alguno de estos ayuntamientos superaba el 15% (Triacastela, por ejemplo, presentaba un 30%, seguida de Portomarín, 25%, y Pedrafita, 17%). La paulatina recuperación en el número de visitantes es, por tanto, un soplo de aire fresco en estos pueblos y aldeas. Porque recordemos, además, que el Camino no sólo tiene un impacto económico muy relevante, sino que de forma indirecta incide sobre otras dinámicas, como puede ser la demográfica. El estudio que realizó el GAME concluía, a través del análisis de vecinos próximos, que en alguno de estos ayuntamientos el Camino suavizó el declive demográfico entre 2001 y 2016 hasta un 30% (Pedrafita). De no contar con este recurso turístico, estos ayuntamientos presentarían una evolución de su población mucho más regresiva, lo que los condenaría probablemente a un despoblamiento progresivo, como se está produciendo en algunas zonas del interior de Galicia.
El retorno de los peregrinos abrirá, sin duda, otra cuestión importante: ¿existe saturación turística? En el GAME hemos realizado los cálculos técnicos de capacidad de carga turística del Camino, desarrollando una metodología específica para este recurso, incluso teniendo en cuenta el impacto de la pandemia sobre dicha capacidad de carga. Los resultados obtenidos son claros: desde el punto de vista técnico, el Camino dista mucho de ser un recurso saturado. No obstante, en el trabajo de campo realizado con las encuestas a peregrinos hemos observado que el concepto de saturación es subjetivo. En función de las expectativas y motivación del peregrino para realizar el Camino la percepción de saturación es diferente: hay quien prefiere estar rodeado de compañeros de viaje, especialmente en el perfil más lúdico, mientras que los perfiles más tradicionales prefieren una experiencia más personal, por lo que declaran una mayor percepción de saturación.
En definitiva, la recuperación en el número de peregrinos es una muy buena noticia. Los ayuntamientos recuperan una fuente de generación de actividad económica muy relevante, que impacta sobre sus propias dinámicas socioeconómicas y demográficas. Además, la paulatina recuperación hace que el fantasma de la potencial saturación esté todavía lejos, a lo que contribuye la promoción y desarrollo de alternativas al Camino Francés, como el Camino Portugués, el Camino Norte o el Primitivo, que permiten una mayor diversificación. Las perspectivas son, en cualquier caso, muy positivas.
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