(Des)confianza empresarial en tiempos de pandemia
Por Raúl Mínguez Fuentes. Cámara de Comercio de España y Universidad Nebrija.
La coyuntura actual está protagonizada por la pandemia del COVID-19 y la emergencia sanitaria derivada, que ha obligado a adoptar intensas medidas restrictivas desde el mes de marzo para evitar su propagación. Como resultado de la paralización de una parte significativa de la actividad productiva, la crisis sanitaria se ha extendido al plano económico, cuyo mejor exponente es la caída interanual del 21,5% en el PIB español en el segundo semestre, una cifra inédita desde la Guerra Civil. El mercado laboral también ha sido fiel reflejo de esta trayectoria adversa. Sólo en el mes de marzo, el número de parados aumentó en 302.000 personas respecto a febrero. En paralelo, 3,4 millones de trabajadores han estado en abril en situación de Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Todavía hoy quedan más de 700.000 trabajadores en esta modalidad de ERTE.
Desde la perspectiva empresarial, las compañías españolas se están viendo sometidas a una fuerte contracción de los excedentes ordinarios, de las ventas y de los niveles de rentabilidad, lo que contribuye a un significativo aumento de su endeudamiento.
Esta trayectoria empresarial queda asimismo recogida en el Indicador de Confianza Empresarial (ICE), operación estadística que tuvo su origen en el ámbito de las cámaras de comercio (De Lucio y Valero, 2009) y actualmente es elaborada trimestralmente por el INE. La última nota del ICE se publicó a mediados de octubre, revelando, al margen de posibles precisiones metodológicas, un avance intertrimestral del Índice de Confianza Empresarial Armonizado del 10,5% en el cuarto trimestre de 2020 (la recogida de información del cuarto trimestre se efectuó del 15 de septiembre al 5 de octubre, mientras que la del tercero tuvo lugar al finalizar el estado de alarma, del 15 de junio al 6 de julio).
Fuente: INE.
Con mayor grado de detalle, únicamente el 8,1% de las empresas encuestadas consideraba que la marcha de su negocio sería favorable en el cuarto trimestre de 2020, frente al 49,4% que apuntaba hacia un comportamiento desfavorable, 30 puntos porcentuales superior al registro correspondiente al mismo trimestre de 2019. En términos de saldos netos (diferencia entre el porcentaje de respuestas favorables y desfavorables), la situación ha mejorado sensiblemente, alcanzando −41,3 puntos para el total de España en el cuarto trimestre, frente a los −72,0 puntos observados en el segundo trimestre del ejercicio.
Fuente: INE.
Sin duda, estos resultados confirman que nuestro tejido empresarial afronta la coyuntura actual con incertidumbre y una considerable pérdida de confianza.
El Indicador de Confianza Empresarial proporciona asimismo resultados por Comunidades Autónomas, lo que permite observar los comportamientos diferenciales en las expectativas a escala regional.
Si bien el aumento en la confianza empresarial durante el cuarto trimestre de 2020 respecto al trimestre anterior es generalizado en todas las Comunidades Autónomas, se producen diferencias de más de 10 puntos en la variación intertrimestral entre unas Autonomías y otras. Cantabria se sitúa a la cabeza en el incremento del ICEA (16,2%), seguida de Aragón, Asturias, Cataluña y Galicia (12,6% en todas ellas).
Fuente: INE.
Las diferencias también son sustantivas al considerar las opiniones desfavorables respecto al cuarto trimestre, con expectativas claramente negativas en el caso de Baleares (70,0% de las opiniones son desfavorables) y Canarias (61,9%), que comparten asimismo el indeseado liderazgo en los saldos netos de signo negativo (−67,0 y −56,8, respectivamente). La especial preponderancia del sector turístico en estas regiones explicaría previsiblemente la trayectoria de estas perspectivas.
Fuente: INE.
El impacto de esta relevante fuente de información podría ampliarse desde la vertiente empresarial en caso de disponer de información añadida sobre las opiniones en materia de empleo o niveles de precios con detalle regional (se publica únicamente a escala nacional). En todo caso, la información del ICE es de sumo interés y utilidad para comprender la confianza empresarial en cada trimestre y complementar los pronósticos sobre la dinámica económica de los trimestres venideros.
De modo paralelo, el INE llevó a cabo en el mes de julio una encuesta de opinión sobre el impacto del COVID-19 a una muestra de establecimientos, operación enmarcada en el Indicador de Confianza Empresarial y denominada Módulo de Opinión sobre el Impacto del COVID-19.
El objetivo es recabar el pulso de las empresas sobre diferentes aspectos de sus negocios durante y después del estado de alarma provocado por la crisis del coronavirus. A título de ejemplo, el 66,1% de los negocios han continuado abiertos durante el estado de alarma, mientras que dos de cada tres han visto reducidas sus ventas. En el ámbito laboral, casi el 40% de las empresas adoptaron un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para todos o parte de sus trabajadores. El informe proporciona asimismo información sustantiva relativa a la práctica del teletrabajo, las medidas a adoptar o la opinión sobre los factores que pueden tener impacto en la actividad de los negocios a corto plazo.
Como ámbito de avance, la disposición de esta información con desglose regional, proporcionaría una valiosa herramienta para las Administraciones, el mundo empresarial y la academia.
En todo caso, el Indicador de Confianza Empresarial del INE, y los módulos de opinión específicos que se publican son unas potentes fuentes de información a explotar para afinar el análisis de coyuntura regional; y especialmente relevantes en momentos críticos como los actuales.
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