Las áreas sub-municipales con menor renta por hogar. Un apunte sobre la cohesión socioeconómica con el resto de la ciudad
Por Antonio Manuel Martínez Sánchez l Doctorando Universidad Politécnica de Cartagena l Economía urbana, Microeconomía, Políticas Públicas y Sociedad l @Antonio_mms
El informe de “Indicadores Urbanos” 2017, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística, realiza por segundo año consecutivo una subdivisión de los barrios (o distritos) de 16 municipios españoles con población superior a las 250 000 personas.
La información recolectada y publicada en el informe se clasifica en torno a siete grandes grupos/divisiones, a saber, demografía, aspectos sociales, aspectos económicos, formación y educación, uso de suelo, viajes y transporte y, por último, el turismo. El resultado obtenido proporciona una visión local dentro de un entorno global, es decir, un acercamiento a la realidad de la conurbación urbana, de la ciudad y del barrio, y ello proporciona unas herramientas a la administración autonómica y local que podría provocar una mejora de la eficacia de las políticas públicas locales y de la coordinación de las estrategias, haciendo posible que las dimensiones de la política (Estructura, Proceso y Resultado) giren en torno a la sociedad y sus necesidades.
El presente artículo tiene una doble finalidad: en primer lugar, poner de manifiesto una problemática real que poseen las ciudades españolas (barrios excluidos de la ciudad a través de la pobreza), y, en segundo lugar, plasmar la importancia de la cohesión social y los servicios comunitarios a la hora de empoderar a las comunidades locales más vulnerables con la finalidad de desarrollarlas y acercarlas, socioeconómicamente, a la ciudad.
En concreto, el indicador que nos proporciona los resultados sobre la renta neta media anual de los hogares, en adelante RNMAH, (la correlación negativa entre poder adquisitivo de las familias y el riesgo de pobreza es muy elevada) podría ayudar al legislador a focalizar sus esfuerzos en aquellos barrios cuya renta media por hogar no alcance el umbral mínimo requerido (en caso de que existiese), estableciendo una discriminación positiva en las políticas activas de empleo para las personas mayores de 40 años, incentivando el emprendimiento juvenil a través de la puesta en marcha de iniciativas público-privadas y, por último, empoderando el diálogo y la comunicación con los diferentes agentes que se ven implicados en la estrategia (las ONG, ayuntamiento, comunidad autónoma, sociedad, gobierno central e iniciativa privada).
Las cifras y números dejan de relativizarse cuando son las personas y hogares los implicados, y por la importancia que ello conlleva, resulta necesario analizar, desde el punto de vista de la cohesión social de la ciudad, aquellos barrios con una renta neta media anual por hogar menor a 20.000 euros, identificando 27 áreas sub-municipales con las citadas características.
Tabla 1: Áreas sub-municipales con renta ≤ 20.000 € RNMAH
Las personas residentes en estas áreas urbanas se enfrentan a lo que podríamos denominar como “coste de oportunidad”, en tanto que sufren las consecuencias de lo que implica vivir en ella (contaminación, delincuencia, problemas de convivencia vecinal, entre otros) y, además, tampoco se benefician, a priori, de muchas de las ventajas de la misma.Fuente: Elaboración propia con datos del INE.
Forrest, R., & Kearns, A. (2001) analizan la importancia del barrio como punto de partida para la generación de capital y cohesión social, y cómo la acción política puede verse beneficiada por ello. Cramm, J. M., Van Dijk, H. M., & Nieboer, A. P. (2012) desarrollaron una investigación en torno a la cohesión social y los servicios vecinales. Ante una situación de pobreza y soledad de las personas mayores, estas fuerzas/campos sociales actúan como amortiguadores de los efectos adversos anteriormente descritos.
La felicidad, como concepto de desarrollo comunitario sostenible, ha sido ampliamente tratada en un trabajo reciente de Cloutier, S., & Pfeiffer, D. (2017). Para estos autores la felicidad comunitaria forma parte de un marco alternativo mucho más comprensible y alcanzable, en una escala local, que la consecución de la equidad social, la protección del medio ambiente, el desarrollo económico o la competencia cultural (estos principios mencionados forman parte de los denominados “pilares de la sostenibilidad”).
El gráfico 1 muestra las diferentes etapas en las que se subdivide el marco teórico vinculado a la sostenibilidad (comunitaria) a través de la felicidad, en adelante STHF: “Sustainability Through Happiness Framework”. Los actores implicados en las diversas etapas/pasos son tan variados como vital su implicación: instituciones comunitarias locales, líderes comunitarios (informales), planificadores urbanos, residentes, ayuntamiento, personal del proyecto entre otros.
Los desafíos de este proyecto son tan diversos como personas participantes en el mismo. Los autores observaron que el surgimiento de conflictos es inevitable cuando se involucra a personas con culturas, valores y personalidades diferentes, y, por otro lado, el “STHF” tiene como estrategia el enfoque en las necesidades presentes de los residentes con los riesgos que ello puede conllevar (en términos de cohesión social con la ciudad puesto que las necesidades futuras no quedan cubiertas con este marco de actuación).
Gráfico 1: Marco teórico de la sostenibilidad a través de la felicidad.
Elaboración propia a través de Cloutier, S., & Pfeiffer, D. (2017).
El cuadro 2 muestra una instantánea que mayoritariamente se focaliza en el sur de España. En porcentaje, Alicante (6 barrios), Sevilla (9 barrios) y Málaga (3 barrios) son las tres áreas municipales con mayor proporción de personas viviendo en barrios/distritos con una renta neta media por hogar inferior a la establecida (≤ 20.000 euros). Las nueve áreas municipales analizadas suman una población de 7 779 317 y alrededor de 545 000 personas residen en los 27 barrios que han sido objeto de análisis, siendo necesario seguir profundizando en la medición de la calidad de vida de los residentes tanto a través de datos cuantitativos como cualitativos.
Cuadro 2: Porcentaje de personas que viven en un barrio/distrito de renta neta media anual por hogar ≤ 20.000 €
Fuente: Elaboración propia con datos de Urban Audit
Los retos a los que se enfrenta la economía española deben de ser tratados con la consiguiente rigurosidad, seriedad y amplitud que ello conlleva, de igual modo, las condiciones de vida de las personas merecen un tratamiento similar. El esfuerzo realizado por el por el Instituto Nacional de Estadística de recopilar, analizar y estimar los datos que miden la calidad de vida de la sociedad española se irá materializando de una manera más efectiva conforme se acerquen aún más a la “micro-realidad” existente de una población, barrio, calle o vecindario. La elección de aquellas áreas sub-municipales con una renta neta media anual del hogar por debajo de los 20.000 € se ha hecho de cara a acotar la extensión del artículo, si bien el autor es consciente de la limitación de los datos existentes para establecer una hipótesis de lo que un hogar debería de ingresar como renta neta media óptima para la ciudad o conurbación urbana analizada. Con este artículo de opinión se ha puesto de manifiesto cómo la cohesión social, el capital social y los distintos servicios que ofrece la comunidad en el entorno/barrio pueden ayudar a crear mejores oportunidades y mayor progreso no sólo para los residentes del barrio, sino para la ciudad en su conjunto.
Las ciudades españolas deben y pueden ser un reflejo de nuestra integridad, cohesión y progreso como sociedad, independientemente del barrio/distrito en el que se resida.
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