Transporte y autopistas del mar en la Unión Europea

Por Juan Antonio Márquez Domínguez,  antonio@uhu.es – Grupo de Investigación Instituto de Desarrollo Local. Universidad de Huelva

En la Unión Europea, los efectos de la creación de un espacio común y la desactivación de las fronteras internas aumentaron, de forma llamativa, la movilidad de las mercancías y pasajeros, induciendo un cambio drástico de las estructuras logísticas del transporte.

En este contexto, la Comisión Europea se propuso ofrecer un sistema de transporte de mercancías y viajeros altamente competitivo, eficaz, eficiente y sostenible. En un espacio con enormes intercambios, la sostenibilidad e innovación en los transportes tienen un rol capital en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Efectivamente, los sistemas de transportes están muy relacionados con el ODS 7, Energía asequible y no contaminantes, ODS 11, Ciudades y comunidades sostenibles y ODS 13, sobre la acción por el clima.

De esta forma, las políticas de la Unión Europea sobre el transporte, de forma estructural y coyuntural, como ocurre en la actualidad con la escasez de camioneros o los problemas de suministro con los países asiáticos, tiene que supercar 5  grandes retos (Endesa, 2019; Cordis 2020):

1. La congestión del tráfico, que afecta tanto al transporte aéreo como por carretera.
2. La sostenibilidad, pues los transportes aún dependen de energías fósiles  para cubrir la mayoría de sus necesidades energéticas, lo que resulta ambiental y económicamente insostenible.
3. La calidad del aire, ya que la UE debe reducir las emisiones del transporte en un 60% para 2050, con respecto a 1990.
4. Las infraestructuras de transporte, impulsando la estandarización entre los países la Unión Europea.
5. La competencia de mercados en un contexto de globalización del mundo.

Para enfrentar estos retos, en diciembre de 2020, la Comisión Europea presentó su “Estrategia de Movilidad Sostenible e Inteligente, junto con un plan de acción de ochenta y dos iniciativas para orientar el trabajo hasta 2024” (Comisión Europea 2020). La estrategia considera diez ámbitos representativos, que respaldan el cumplimento de los ODS, proponiendo un proceso de reducción, del 90 % de las emisiones del transporte hasta 2050. Según el Parlamento Europeo, la trayectoria del sistema europeo de transporte debe aspirar a la consecución de una movilidad sostenible, inteligente y resiliente (Parlamento Europeo, 2022)

Sin embargo, esta iniciativa no es nueva, el Parlamento y el Consejo, con el fin de impulsar el desarrollo de las infraestructuras de transporte de la UE, publicaron en 1996 orientaciones para el desarrollo de la red transeuropea de transporte (Doce, 1996), donde se proponía la integración del transporte ferroviario, aéreo, marítimo, por carretera y por vías navegables interiores, para vigorizar la cohesión económica y social con una movilidad sostenible de personas y mercancías.

En 2011, la Comisión Europea publicó el Libro Blanco sobre el Transporte, un documento estratégico que estableció la hoja de ruta hacia un espacio único europeo de transporte.  En este trabajo se propone fomentar un transporte eficiente, con menos atascos, menos emisiones, más empleo y, por tanto, más crecimiento.

En la estrategia “Hoja de Ruta hacia un espacio único europeo de transporte: por una política de transportes competitiva y sostenible” (CE 2011) se recomendaba una reducción del 20 % en las emisiones del transporte (con la excepción del transporte marítimo internacional) entre 2008 y 2030, y una reducción mínima el 60 % entre 1990 y 2050. Se buscaba, asimismo, una reducción del 40 % en las emisiones del transporte marítimo internacional entre 2005 y 2050. El Libro Blanco de 2011 proponía la utilización de un 40 % de combustibles sostenibles hipocarbónicos en el sector aéreo para 2050 y abogaba por la reducción de automóviles de propulsión tradicional en el transporte urbano en un 50 % de aquí a 2030 y del 100 % hasta 2050 (Cadena de Suministro, 2014).

Además, dentro del Libro Blanco sobre el Transporte, en la Hoja de Ruta, se establecieron diez objetivos para un sistema de transporte competitivo y sostenible: (C.E. 2011, I):

1. Tener valores de referencia para lograr la reducción del 60% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, reduciendo a la mitad el uso de automóviles de propulsión convencional en el transporte urbano para 2030 y eliminarlos en las ciudades para 2050; logrando que la estrategia urbana se libere de emisiones de CO2.
2. Llegar a una cuota del 40% de combustibles sostenibles hipocarbónicos en el sector aéreo para 2050; reducir, también para 2050, las emisiones de CO2 de la UE procedentes del fuelóleo para calderas del sector marítimo en un 40% y, si es posible, en un 50%.
3. Intentar transferir a otros modos, como el ferrocarril o la navegación fluvial, de aquí a 2030, el 30% del transporte de mercancías por carretera, y para 2050, más del 50%, apoyándose en corredores eficientes y ecológicos de tránsito de mercancías.
4. Completar en 2050, una red europea de ferrocarriles de alta velocidad. Triplicar la longitud de la red existente de ferrocarriles de alta velocidad para 2030 y mantener una densa red ferroviaria en todos los Estados miembros. En 2050, la mayor parte del transporte de pasajeros de media distancia debería realizarse por ferrocarril.
5. Disponer para 2030 de una red básica “Trans-European Transport Networt”, RTE-T, que cubra toda la Unión, de forma multimodal y plenamente operativa, con una red de alta calidad y capacidad para 2050 y el conjunto de servicios de información correspondiente.
6. Conectar, de aquí a 2050, todos los aeropuertos de la red básica a la red ferroviaria, preferiblemente de alta velocidad; garantizar que todos los puertos de mar estén suficientemente conectados con el sistema ferroviario de transporte de mercancías y, cuando sea posible, con el sistema de navegación interior.
7. Implantar la infraestructura de gestión del tráfico aéreo modernizada  en Europa y finalizar la construcción de la Zona Europea Común de Aviación, con sistemas equivalentes de gestión del transporte terrestre, marítimo y fluvial, utilizando un sistema global de navegación por satélite europeo.
8. Establecer un sistema europeo de información, gestión y pago de los transportes multimodales.
9. Aproximar el objetivo de “cero muertes” en el transporte por carretera, de aquí a 2050 y asegurarse que la Unión Europea es líder mundial en seguridad y protección en todos los modos de transporte.
10. Avanzar hacia la aplicación plena de los principios del “usuario pagador” y de “quien contamina paga” y del compromiso del sector privado para eliminar distorsiones, incluidas subvenciones perjudiciales, generar ingresos y asegurar la financiación para futuras inversiones en transportes.” (C.E. 2011 II).

El Nuevo marco de movilidad de la Unión Europea se recoge en el Pacto Verde Europeo (CE 2019), donde el mundo urbano juega un papel esencial, como motor interno de la movilidad. Las ciudades concentran la mayor parte de la población y actúan como polos de la economía moderna, pero deben enfrentar a retos como la congestión interna del tráfico, los atascos externos del tránsito, la calidad del aire… o el incremento del ruido.  En el Pacto Verde Europeo se propone una política de sistemas de movilidad internos con una red de transporte público sólida,  alternativas novedosas, uso de la bicicleta… y una  logística urbana que contemple la gestión flujos de personas, estaciones modernas multimodales o puntos de recarga para vehículos eléctricos. Pero, al mismo tiempo, se contempla fortalecer los transportes externos a las ciudades con la propuesta de grandes corredores terrestres, la Red de Transeuropea de Transportes, con los llamados corredores Atlántico y Mediterráneo que vertebren el espacio continental europeo y las llamadas Autopistas del Mar, que deben descongenstionar las carreteras europeas y conectan los principales puertos europeos con la Red Transeuropea de Transportes.

Las Autopistas del Mar constituyen una red de rutas marítimas que deben enlazar los principales puertos europeos y los grandes centros de distribución de mercancías por carretera y ferrocarril. Los objetivos de Autopistas del mar fueron definidos hace algún tiempo con la intención de reducir los costes de transporte, aumentar la  competitividad y reducir  el daño ambiental del transporte terrestre (Calvar, C. 2013).

Efectivamente, Las Autopistas del Mar constituyen una alternativa al transporte por carretera.  A imagen de las Autopistas, se pretende que ofrezcan conexiones de alta calidad y capacidad con las Redes Transeuropeas de Transporte. “El objetivo es subir los camiones a los buques para evitar miles de kilómetros sobre la red de carreteras. De este modo se ahorrarían emisiones contaminantes, congestiones de tráfico, accidentes…los llamados costes externos” (Calvar, C., 2013).

Las autopistas del mar conforman la dimensión marítima de las Redes Transeuropeas de Transportes. La Comisión Europea presentó el proyecto como ”alternativa competitiva y ecológica al transporte por tierra para prevenir el eventual colapso de las carreteras y reducir las emisiones contaminantes…, estudiando  el uso de buques portacontenedores con capacidad para cargar 18.000 TEU -unidad equivalente a la capacidad de un contenedor estándar de 6,1 metros-, tanto como pueden transportar 9.000 camiones o 200 trenes”. (Calvar, C., 2013).

En los trabajos de Villaécija, Raquel (2022), relaborando los del Instituto de Ingeniería de España (2015), las autopistas del mar son rutas cortas, de alta frecuencia  que serán  privilegiadas en  las políticas europeas de transporte. Se destacan cuatro grandes autopistas del mar: A, las del Báltico muy desarrolladas, B las de Europa Occidental, C Suroriental y D Suroriental.

Actualmente, las Autopista del Mar cobran especial importancia porque, diversas coyunturas, han puesto en evidencia las falencias de los tráficos por carretera, como la  escasez de camioneros, los problemas de suministro con los países asiáticos y el acercamiento de la producción a países del Mediterráneo (Villaécija, R. 2022).

Desde esta realidad, la Unión Europea quiere dotarse de un sistema de transporte de mercancías altamente competitivo, eficaz, eficiente y sostenible, que enlace las principales plataformas logísticas del continente. Los principales puertos europeos deberán estar conectados con los grandes centros de distribución de mercancías por carretera y ferrocarril.

El Plan Detallado de Implantación 2022 de las Autopistas del Mar, de 8 de junio de 2022 (ANAVE, 2022), distingue seis grandes regiones marítimas de la Red Transeuropea de Transporte:

Mar Báltico, Mar del Norte, Atlántico, Mediterráneo occidental, Mediterráneo oriental, Mar Negro.

Esta nueva perspectiva y diseño amplia la noción de mera autopista. Si se considera la opinión del  Coordinador Europeo  de las Autopistas del Mar, Kurt Bodewing, sobre  el Plan Detallado de Implantación 2022 de las Autopistas del Mar  y su conexión sistemática con la Red Transeuropea de Transporte, se estaría hablando de un desarrollo regional pilotado desde el Espacio Marítimo Europeo, que abarcaría “los puertos, los buques y los corredores de la red básica, con el fin de conseguir un transporte de bienes y servicios eficiente y sostenible dentro, desde y hacia Europa” (Anave 2022).

El Plan Detallado propone 4 pilares esenciales contemplados en el Pacto Verde Europeo y en el Espacio Marítimo Europeo, que debe ser:

1. Sostenible, reduciendo gases de efecto invernadero.
2. Inteligente, al mejorar herramientas digitales y de comunicación en el sector marítimo.
3. Sin fisuras, en la conectividad de la Red Transeuropea de transportes.
4. Resiliente, asegurando flexibilidad y adaptaciones frente a problemas graves.

La importancia estratégica que, para la Unión Europea tiene el sistema marítimo-portuario en la cadena logística, está fuera de toda duda. En 2020, el transporte marítimo de corta distancia movió el 64% de toda la carga que transita por los puertos, alrededor de dos millones de toneladas y es fundamental para garantiza los flujos comerciales. Además, la reducción de costes logísticos de las Autopistas del Mar supone ahorros que están entre el 15% y el 20%.

La importancia del tráfico marítimo en el Desarrollo Regional es incuestionable pues, en 2020, los 292 puertos marítimos completos de la Red Marítima movieron alrededor de 3.052 millones de Toneladas y cerca de 152 millones de pasajeros.

 

 

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