La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

Regiones, empresas y concentración del comercio exterior

Por Raúl Mínguez Fuentes, Cámara de Comercio de España.

El impulso globalizador desde los años ochenta del siglo XX ha supuesto la mayor participación de las empresas en los circuitos comerciales a escala internacional (Fouquin y Hugot, 2016), circunstancia en la cual ha participado activamente el empresariado español. La reciente crisis económica no ha roto esta dinámica, ajustándose nuestro tejido productivo a los tiempos adversos con notable presteza. De hecho, España ha conseguido mantener su posición competitiva a escala mundial, ocupando la 18ª posición como exportadora y la 16ª como importadora mundial de mercancías (10º exportador y 20º importador en términos de comercio de servicios), según la Organización Mundial del Comercio.

Las empresas españolas han mostrado una creciente vocación internacional, tanto desde la perspectiva exportadora como importadora. Entre 2002 y 2015 aumentó el número de empresas exportadoras españolas en un 63,6%, hasta sumar 147.378 compañías (con tendencia al estancamiento durante el bienio 2014-2015), según datos de la Agencia Tributaria. En materia de importación el comportamiento ha sido similar, e incluso de mayor intensidad. En el año 2015 se registraron 257.965 compañías importadoras, el doble que las existentes en el año 2002, con un incremento del 100,6% en el periodo.

Esta evolución se ha visto acompañada de una concentración recurrente en la distribución geográfica de la base empresarial internacionalizada. Así, Cataluña y Madrid aglutinaron al 60% de las empresas exportadoras del año 2015, incrementando de este modo la concentración ya registrada en 2002 (57,2%), principalmente consecuencia de la mayor presencia de exportadoras madrileñas en el periodo. Esta pauta se intensifica al considerar las compañías que vendieron al exterior habitualmente (4 ejercicios consecutivos), con Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco y Andalucía concentrando el 88,7% del tejido exportador regular del año 2015.

Empresas exportadoras por Comunidades Autónomas –Año 2015 (número de empresas).

Fuente: Secretaría de Estado de Comercio Exterior – Ministerio de Economía y Competitividad.

La lectura es similar al considerar la perspectiva importadora, con Madrid (30,9% del total de empresas importadoras), Canarias (20,2%) y Cataluña (18,2%) como las regiones protagonistas. Destaca la ganancia de peso de las dos primeras Comunidades Autónomas mencionadas (más de 15 puntos porcentuales acumulados), en detrimento de la relevancia importadora de Cataluña, Comunidad Valenciana o el País Vasco. No obstante, al considerar la regularidad en la importación, Cataluña lidera la clasificación por número de empresas compradoras al exterior en 2015.

Empresas importadoras por Comunidades Autónomas –Año 2015 (número de empresas).

Fuente: Secretaría de Estado de Comercio Exterior – Ministerio de Economía y Competitividad.

Un ejercicio ilustrativo para deslindar las dinámicas de fondo es el cálculo de los índices Herfindahl-Hirschman (IHH). Su utilización ha sido habitual como indicador del grado de concentración de determinado sector dentro de una región, con el fin de determinar su nivel de diversidad o diversificación (Cuadrado Roura y Maroto, 2009). Los índices de concentración industrial del tipo Hirschman‐Herfindahl pueden hacerse extensivos al ámbito del comercio exterior, a través del cálculo de la siguiente expresión: IHH = Σ i(Xij/XTj)2

Donde, (Xij) son los intercambios exteriores del sector i realizados por el país j y (XTj) son las transacciones totales del país j. Para nuestro caso, el índice ponderado puede adoptar los valores 0, indicativo de una exportación (o importación) poco concentrada por regiones, o 1, manifestación de la máxima concentración o especialización en un único ámbito regional.

El correspondiente cálculo para las Comunidades Autónomas en el año 2015 revela una distribución relativamente homogénea en el comercio exterior español a escala regional en términos del valor intercambiado. Al considerar la dimensión empresarial (número de compañías internacionalizadas), la aglomeración relativa es mayor, especialmente para el caso de las compañías simultáneamente exportadoras e importadoras de 2015.

La concentración también se incrementa, aunque en menor medida, al repetir el ejercicio para las empresas con operaciones regulares de comercio exterior.

Índices de Herfindahl-Hirschman por Comunidades Autónomas – Año 2015.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Agencia Tributaria.

En cuanto a la trayectoria temporal de los IIH a escala regional, en general se registra cierta estabilidad en los niveles de concentración geográfica, tanto al considerar el valor intercambiado como el tejido empresarial internacionalizado. No obstante, se puede apreciar cierto descenso en la concentración en términos de valor, manifestado en unos IIH con un comportamiento levemente descendente entre 2002 y 2015. En cambio, al considerar la magnitud de la base de empresas internacionalizadas, el análisis del IIH para dicho periodo revela cierta tendencia hacia una progresiva concentración (no ocurre así en general para las compañías regulares).

Índices de Herfindahl-Hirschman por Comunidades Autónomas.

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Agencia Tributaria.

Índices de Herfindahl-Hirschman por Comunidades Autónomas (con regularidad).

Fuente: elaboración propia a partir de datos de la Agencia Tributaria.

En definitiva, la concentración del comercio exterior español a escala regional aumenta al considerar el número de empresas internacionalizadas, frente a la distribución del valor comerciado. Además, se constata cierta tendencia a la consolidación de esta dinámica entre 2002 y 2015. Sin duda, un elemento para la reflexión, que revela un comportamiento del tejido empresarial no necesariamente en sintonía con la evolución agregada del volumen intercambiado. Además, se pone de relieve la importancia de considerar, y ampliar, el análisis sobre la dimensión empresarial en el estudio del comercio exterior, como necesario complemento al análisis tradicional.