Los factores de la movilidad peatonal
Por Javier López, Gonzalo Díaz-Recasens, Carlos Díaz-Recasens, Indalecio de la Lastra y Mario Algarín.
El transporte peatonal ha sido el principal medio de locomoción humano desde los orígenes remotos de la historia hasta mediados del siglo XX. Desde dicho momento, se inició la expansión de las ciudades debido al éxodo rural y debido a las mejoras que se habían producido en el transporte, como el uso masivo de los automóviles o la construcción de autopistas. Esta gran expansión solamente ha sido posible gracias al desarrollo del transporte motorizado, que es capaz de realizar trayectos cada vez más largos en menos tiempo. Por otra parte, el creciente radio de las ciudades ha hecho cada vez más inasumibles los trayectos urbanos a pie, restringiendo el tránsito peatonal a los viajes cortos en el entorno del hogar, y en el entorno de los centros de trabajo o de estudio.
La introducción masiva del transporte motorizado en la ciudad ha contribuido ciertamente a mejorar la calidad de vida, la velocidad media de los trayectos y a ampliar el radio de las actividades urbanas, permitiendo llegar a lugares cada vez más distantes en menos tiempo. Sin embargo, no deja de ser cierto que el transporte motorizado tiene una serie de limitaciones muy relevantes como las retenciones diarias de tráfico, la emisión de CO2 a la atmosfera o la dificultad de localizar un lugar para el estacionamiento cercano al punto de destino del viaje. Paralelamente cabe decir que la reducción en la movilidad peatonal a costa del transporte motorizado favorece el sedentarismo, lo que a su vez está asociado a un amplio rango de enfermedades relacionadas con este fenómeno. Igualmente, el desplazamiento en medios motorizados minimiza la interacción con el paisaje y con el territorio, reduciendo el sentido de pertenencia a la comunidad y fomentando así el individualismo.
Así pues, por todas estas razones, resulta conveniente fomentar el desarrollo del tránsito peatonal a costa del transporte motorizado, debido a los efectos positivos que puede tener en la eficiencia de la movilidad, en la salud de las personas, en el clima y en el sentido de pertenencia y adherencia de los ciudadanos a un territorio. En consecuencia, un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Isabel I han puesto en marcha un proyecto de investigación en el que se han identificado los factores que favorecen la mayor propensión de los ciudadanos a realizar los viajes a pie en detrimento de otros medios. Para ello se ha recabado información masiva sobre el desplazamiento de más de 40.000 personas en la ciudad de Sevilla que inician sus trayectos desde 111 barrios de la ciudad. Se ha modelizado el entorno de los barrios y se ha analizado un amplio número de factores que se resumen en el paisaje urbano, el trazado del viario, la distribución de equipamientos y dotaciones y la distribución geográfica de los usos del suelo. Los resultados y conclusiones de esta investigación serán publicados en los próximos meses.
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