La Planificación Urbana en los países en vías de desarrollo
Por Luis Enrique Bueno Cevada, Profesor-Investigador. Miembro del Cuerpo Académico Consolidado de Economía Urbana y Regional, Facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Como se señala en la entrada de este blog titulada “El poder de la planificación y gestión urbana como instrumento de desarrollo económico y social. Enseñanzas de Paul Romer” la planificación urbana es un instrumento para potenciar el desarrollo social y económico de las ciudades. Sin embargo, como bien sabemos, el ritmo de desarrollo de los países es diferente, de ahí nos surge la pregunta: ¿y qué es lo que pasa con la planificación urbana de los países en desarrollo?
El crecimiento de las ciudades en los países en desarrollo es una realidad tangible. Por ejemplo, en México en los años 50 la población urbana era sólo el 42.6%, en tanto que la población rural representaba más de la mitad de la población total. Pero, para el año 2010, la población urbana es 77.8% y la población rural es sólo el 22.2%. Lo que nos muestra que tan sólo en 60 años, este país ha dejado de ser agrícola, para convertirse predominantemente en urbano. De hecho, la Zona Metropolitana de la ciudad de México cuenta con una población de un poco más de 20 millones de habitantes, que la convierte en una de las megalópolis más importantes del mundo.
Mexico: evolución de la población urbana y rural, 1950-2010
Las ciudades en los países en desarrollo crecen de forma muy rápida en dos aspectos simultáneos. Primero, por el crecimiento de su tamaño de población a causa del crecimiento natural, la inmigración rural, el aumento en la esperanza de vida, etc. Pero segundo, también se expanden físicamente a medida que la población demanda más espacios para vivienda y que las industrias, sobre todo que consumen una mayor cantidad de suelo se desplazan del centro hacia la periferia urbana.
Este rápido crecimiento de las ciudades en los países menos desarrollados atrae consigo una serie de problemáticas más intensas, por ejemplo la contaminación de suelo, agua y aire; el desplazamiento de sectores sociales más pobres o campesinos por la demanda de espacio para vivienda de la clase media o de industrias y centros comerciales; la privatización de espacios públicos, el incremento de la pobreza urbana y de la violencia, el aumento del uso de transporte privado y la incapacidad del transporte público para atender a la demanda, vialidades con poco o nulo mantenimiento, la falta de infraestructura para que la industrie se desarrolle, etc. Pero además, los gobiernos locales se enfrentan a escases de ingresos propios y la fuerte dependencia, al menos en México, de recursos federales y tiempos muy limitados de gestión.
En este sentido, la planificación urbana tiene que ser abordada desde la complejidad de los problemas que presentan las ciudades en los países en desarrollo. Primero, atendiendo a las diferentes demandas de los habitantes, suelo, construcción de viviendas, transporte y vías de comunicación; segundo, estableciendo las condiciones para que las industrias aprovechen las economías de escala que ofrece la aglomeración urbana, por ejemplo, la eficiencia en el traslado de personal, los proyectos de infraestructura y la dotación de servicios públicos; tercero, asegurar el desarrollo social de sus habitantes, garantizando el acceso a los servicios de salud, educación, agua, drenaje, electricidad; pero también, el respeto a los espacios públicos y la protección de la propiedad de las personas, así como su seguridad; cuarto, fortalecer el cuidado del medio ambiente, haciendo eficiente la separación y recolección de desechos y sancionando a empresas contaminadoras o impulsando el uso de la bicicleta. Quinto, la planeación tiene que ser pensada en términos metropolitanos e involucrar a otros territorios, ya que la fuerte expansión urbana sobrepasa las fronteras político-administrativas. Finalmente, tienen que tomar en cuenta el factor poblacional para prever la demanda futura de servicios, suelo y transporte, en este aspecto se trata de una planificación de mediano y largo plazo.
Todo esto se dice, o se escribe fácil, en unas pocas líneas; pero el reto más importante es el financiamiento y que los diferentes niveles de gobierno, junto con los ciudadanos, las empresas tomen conciencia y logren trabajar juntos para encontrar soluciones y recursos. Planificar no sólo es prever, sino involucrar a los diferentes actores que son beneficiados, o afectados, por las estrategias de desarrollo que se llevan a cabo en la ciudad.