Expectativas empresariales en Europa y diversidad territorial
Por Raúl Mínguez Fuentes. Cámara de Comercio de España y Universidad Nebrija.
La extensión de la crisis sanitaria al ámbito económico y empresarial está teniendo su manifestación evidente en el deterioro sustancial de la confianza empresarial, como ha quedado patente en algunas de las contribuciones recientes (aquí). El Indicador de Confianza Empresarial del INE es un buen ejemplo de lo acontecido en España, evidenciándose asimismo diferencias regionales en la percepción de las empresas sobre los efectos de la crisis. Una circunstancia previsiblemente asociada a la estructura sectorial y empresarial de cada territorio.
Estas dinámicas quedan asimismo plasmadas a escala europea, constatándose singulares diferencias en el impacto de la pandemia sobre las expectativas empresariales. En este sentido, la Asociación de Cámaras Europeas de Comercio e Industria (Eurochambres) ha publicado recientemente los resultados de la Encuesta de Perspectivas Empresariales 2021 (EES2021), una investigación que, en su 28ª edición, ha contado con la colaboración de 29 cámaras de comercio e industria nacionales de todo el continente. En esta ocasión se han conseguido respuestas de más de 58.000 empresas europeas, lo que la convierte en la encuesta más extensa de este tipo en Europa.
Las empresas participantes en la EES2021 esperan que las ventas nacionales disminuyan en 2021 en el conjunto del continente, quebrando así la tendencia optimista manifestada el pasado año. De hecho, históricamente esta es la primera vez que este índice desciende por debajo de cero. Las perspectivas de una disminución del PIB nacional prevista para muchos países europeos en los próximos meses probablemente estén alimentando el pesimismo generalizado hacia la demanda interna. Además, los empresarios están preocupados por la posibilidad de nuevas restricciones y los efectos sobre las ventas nacionales.
El análisis por países revela notables diferencias, con áreas cuyas empresas están confiadas en una recuperación notable de las ventas interiores, frente a países rotundamente pesimistas en este ámbito.
Fuente: Eurochambres.
Fuente: Eurochambres.
En relación con el comercio exterior, ya se estaba desacelerando en 2019 antes de que golpeara el virus, lastrado por los conflictos comerciales y la desaceleración del crecimiento económico, conforme apuntaba la OMC. Según las últimas cifras de Eurostat, las exportaciones extracomunitarias y las estimaciones del comercio intracomunitario cayeron alrededor del 12% en los primeros ocho meses de 2020. Sobre esta base, las empresas europeas prolongan la visión negativa para 2021, con un índice conjunto que apunta nuevos descensos en las exportaciones. El efecto acumulado de las tensiones comerciales globales, las crecientes tendencias proteccionistas y, por supuesto, el impacto del COVID-19 en el comercio internacional condicionan indudablemente las expectativas exportadoras del tejido productivo.
En este caso, las perspectivas son mayoritariamente pesimistas en todos los países, con algunas excepciones destacadas, como el caso español, que vuelven a revelar las diferencias territoriales.
Fuente: Eurochambres.
En términos de empleo, las empresas europeas esperan que el tamaño de la fuerza laboral disminuya en 2021, pronunciándose a partir de la crisis sanitaria la tendencia observada en la encuesta del año anterior. También en esta ocasión, en la gran mayoría de los países europeos las empresas pronostican una evolución del mercado laboral marcada por la destrucción de empleo, si bien la intensidad de esta opinión queda modulada en función del país considerado.
Fuente: Eurochambres.
Fuente: Eurochambres.
Los empresarios de toda Europa anticipan una disminución de su inversión en 2021. Esto subraya la fragilidad del proceso de recuperación y la importancia de medidas rápidas y eficaces para apoyar la inversión. Tanto las inversiones como el empleo esperados fluctúan en la misma dirección y magnitud, con un coeficiente de correlación de 0,94 desde la encuesta de 2001. Esta regularidad se observa asimismo al considerar los resultados por países, manteniéndose diferencias en la evolución de la inversión prevista por las empresas en función del territorio.
Fuente: Eurochambres.
Por último, como era de esperar, la perspectiva generalmente negativa expresada en los diversos ámbitos de la encuesta encuentra también su continuidad en la adversa trayectoria de la confianza empresarial. La reducción de los ingresos en 2020, junto con la incertidumbre sobre la disposición de una vacuna o tratamiento efectivos en el corto plazo, explicarían esta perspectiva pesimista. No obstante, se aprecian diferencias sensibles por países, con territorios cuyas empresas comienzan a recobrar la confianza en 2021, frente a otros que permanecen bajo la previsión de pérdida gradual de confianza.
Fuente: Eurochambres.
Fuente: Eurochambres.
En suma, la crisis causada por la COVID-19 ha sumido a Europa en 2020 en una profunda recesión, que las empresas europeas consideran de modo mayoritario que se mantendrá durante 2021. Así lo revelan las expectativas en materia de ventas nacionales, exportaciones, empleo, inversión y confianza empresarial. Al comparar las expectativas de las compañías europeas después de la crisis financiera de 2008 (EES2009-2010) o la crisis de la deuda europea (EES2013), las empresas prevén el próximo año 2021 al menos igual de pesimista, si no más.
El análisis regional descubre asimismo diferencias geográficas significativas en las perspectivas de las empresas, lo que determinaría una disparidad en los ritmos y el alcance de la recuperación en el continente europeo. Este conocimiento, en suma, debería contribuir a diseñar y aplicar políticas a corto, medio y largo plazo dirigidas a restaurar la confianza y reforzar la demanda, complementadas con inversiones estratégicas para apuntalar la actividad y fortalecer los mercados laborales de todos los países europeos.
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