La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

El desigual reparto de la carga de asilo en la UE: el gran talón de Aquiles de la política migratoria y de asilo de la UE

El desigual reparto de la carga de asilo en la UE: el gran talón de Aquiles de la política migratoria y de asilo de la UE

Por María Hierro y Adolfo Maza, Universidad de Cantabria

 

La invasión rusa de Ucrania sobrecogía a la UE un 24 de febrero de 2022, inmersa aún en un proceso de normalización post-COVID. Como medida urgente, el 4 de marzo de 2022 la UE activaba por primera vez la Directiva 2001/55/CE de Protección Temporal (DPT), cuya aplicación había sido aparcada en la crisis de los refugiados de 2015. Con su activación, la UE reaccionaba de forma enérgica en materia humanitaria, concediendo protección inmediata y colectiva al mayor flujo de refugiados llegado a la UE desde la II Guerra Mundial. Se buscaba, asimismo, gestionar un flujo extraordinario de desplazados sin generar la presión que sufrieron los sistemas nacionales de asilo durante la crisis anterior, así como establecer un sistema de protección armonizado capaz de corregir, al menos parcialmente, el sesgo de selección entre los refugiados de países con altos estándares de generosidad en materia de acogida.

Como es bien conocido, la respuesta de la sociedad civil europea fue unánime, con un despliegue de solidaridad inaudito que contrastaba, sobremanera, con la reacción ciertamente tibia, y en ocasiones de rechazo, observada durante la crisis de los refugiados sirios. Atrás quedaba la desoladora situación vivida en 2015, en la que algunos países del espacio Schengen, tratando de velar por su seguridad nacional, reaccionaban a la llegada masiva de refugiados levantando vallas fronterizas tratando de desviar el aluvión de refugiados hacia otros países.

Aunque todo lo anterior parecía apuntar hacia una distribución más ordenada y equitativa de los refugiados en la UE respecto a lo sucedido en 2015, en un artículo recientemente publicado en Journal of Common Market Studies llegábamos a un resultado sumamente inquietante. Tomando en consideración la capacidad de los Estados Miembros para acoger refugiados (aproximada con indicadores como el PIB, la población, la tasa de desempleo y la experiencia previa en materia de recepción de refugiados), obteníamos que las disparidades en la distribución de ciudadanos ucranianos entre países de la UE en relación a su capacidad de acogida prácticamente se han duplicado respecto a la crisis siria. El estudio revela, así, una paradoja que debe inducir a la reflexión: en un contexto excepcional de solidaridad generalizada y de derechos de protección comunes en el espacio de la UE, aumentan los desequilibrios en la distribución territorial de la carga de asilo.

La principal explicación a esta paradoja no es otra que la siguiente: bajo el paraguas de la libre elección que otorga la DPT para residir y trabajar dentro de la UE, los refugiados ucranianos parecen inclinarse por países próximos geográfica y culturalmente, que no poseen, sin embargo, una capacidad de acogida comparable a la de otros países centroeuropeos. A este respecto, el mencionado trabajo revela la presión excesivamente alta sufrida por Polonia, centrada, como siempre sucede, en algunas ciudades: aquí, Cracovia y Varsovia están al límite de su capacidad. Como caso atípico, pero relevante, el trabajo también se hace eco de los resultados obtenidos para Alemania: con el segundo mayor porcentaje de refugiados ucranianos tras Polonia (especialmente en los estados regionales de Mecklemburgo-Pomerania Occidental y Baviera), tiene cifras en 2022 similares a su capacidad real de acogida.

La DPT, en previsión de posibles desequilibrios en la distribución de la carga de desplazados entre países, contempla, en los artículos 24-26 de su Capítulo VI, un sistema de solidaridad entre Estados que permita transferir presión de unos países a otros cuando se supere en exceso su capacidad de acogida. Sin embargo, tal sistema ha quedado en una mera declaración de intenciones, al no estar ni siquiera definido cómo medir la capacidad de acogida de un país y cuándo la misma queda técnicamente sobrepasada.

Por lo tanto, estamos en condiciones de afirmar que la primera puesta en escena de la DPT arroja luces y sombras: si bien ha permitido a la EU reaccionar con rapidez a una crisis humanitaria sin precedentes y liberar de presión a los sistemas nacionales de asilo, la Directiva ha demostrado necesitar un enfoque más de medio y largo plazo que ofrezca soluciones al sempiterno problema para equilibrar la carga de refugiados entre países, regiones y ciudades, en la UE.

Artículo completo: María Hierro y Adolfo Maza (2024). ‘A capacity-based approach for assessing changes in responsibility-sharing in the EU: Comparting the Syrian and Ukrainian refugee crises’, Journal of Common Market Studies.

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