La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

El crecimiento empresarial como objetivo compartido

El crecimiento empresarial como objetivo compartido

Por Raúl Mínguez Fuentes. Cámara de Comercio de España y Universidad Nebrija.

El tamaño no es un rasgo neutral para las empresas. El acceso a ciertos recursos o tecnologías claves para mejorar la productividad, las posibilidades de acceso a mercados internacionales que a su vez hacen posibles crecimientos adicionales de la productividad o las posibilidades de desarrollar estrategias de innovación capaces de consolidar la posición en el mercado al diferenciar el producto, están condicionadas por la dimensión de la empresa.

La literatura muestra que aquellas empresas de mayor tamaño crean más empleo y de mayor cualificación y estabilidad, exportan más, invierten más en innovación, están más digitalizadas, son más productivas (aprovechan las economías de escala), tienen mayor probabilidad de supervivencia, consiguen más y mejor acceso a la financiación, son más estables y resisten mejor las variaciones del ciclo económico, y, en definitiva, son más competitivas (Lucas, 1978; Bravo-Biosca, Criscuolo y Menon, 2016; González Pernía, Sisti y Díaz Mendoza, 2016).

De ahí que el contexto en el que las empresas desarrollan su actividad no debería suponer una traba para el aumento en el tamaño de las empresas, sino incluso dotar un escenario favorable e incentivador de esta dinámica. No en vano, el interés general está directamente vinculado con el tamaño, productividad y competitividad del tejido empresarial. Estas cuestiones se abordan específicamente en el último Observatorio de Competitividad Empresarial de la Cámara de Comercio de España, centrado en el análisis de las pautas de crecimiento del tamaño de las empresas españolas.

Como punto de partida, es necesario destacar el significativo peso que las pequeñas y medianas empresas tienen en la estructura productiva, tanto europea como, en especial, española. Como refleja el siguiente cuadro, el 99,9% de las compañías que operan en España son pymes, proporción similar a la observada en el promedio comunitario. Pero la concentración en los tramos inferiores de la distribución es más acusada en el caso español, con un 95,4% de microempresas (menos de 10 trabajadores), mientras que en la Unión Europea este porcentaje es del 93,1%.

Empresas según estrato de asalariados y porcentaje total, en España y en la UE28

Fuente. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Vinculado a este hecho, el tamaño medio de la empresa española es inferior a la media europea y, en especial, se sitúa sustancialmente por debajo de países como Alemania y Reino Unido.

Nº medio de empleados por empresa en 2018

Fuente. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

En este escenario, el Observatorio muestra un descenso, más pronunciado de lo que a priori marca la tendencia, en el número de empresas españolas, de los segmentos de 10 empleados, de 20 y de 50 trabajadores. Esta circunstancia podría ser indicativa de la existencia de umbrales que dificultan que las empresas puedan alcanzar esos tamaños. No en vano, la existencia de determinados umbrales de carácter administrativo (fiscales, contables, laborales, etc.), que implican costes adicionales para las empresas, podría desincentivar el incremento en su dimensión (Almunia y López Rodríguez, 2014; Doménech, 2015; Garicano, Lelarge y Van Reenen, 2016).

Con mayor nivel de detalle, de acuerdo al número de empresas en cada segmento individual de empleados, en el tramo entre 6 y 70 trabajadores contratados se produce un descenso aparente en el número de empresas más pronunciado que lo marca la tendencia entre los segmentos de 9 a 10 empleados y también entre 19 a 20 trabajadores. Las estimaciones de la Cámara de Comercio de España indican que la reducción que se produce en el número de empresas entre los segmentos de tamaño de 9 a 10 trabajadores es 16 puntos porcentuales (p.p.) superior a la que correspondería de acuerdo a la tendencia que sigue la distribución de empresas. De la misma forma, la reducción en el número de empresas de 20 trabajadores añade 12 p.p. al descenso que correspondería de acuerdo a la tendencia previa. A partir de los 50 empleados se añadirían 13 p.p. al descenso que correspondería según la tendencia que marca la distribución de empresas.

 

Fuente: Cámara de Comercio de España con datos del INE (DIRCE).

Sobre esta base, el documento del Observatorio profundiza en la identificación de las barreras al aumento en el tamaño de nuestro empresariado, así como en las medidas más valoradas por el tejido empresarial para paliar estos obstáculos.

En este sentido, y a partir de un trabajo de campo específico, casi el 55% de las empresas señala a la simplificación administrativa (menor burocracia, elevación de umbrales para determinados trámites,…) como la principal medida que favorecería el crecimiento empresarial.

La aplicación de incentivos (a la innovación, cooperación, internacionalización,…) y la mejora del acceso a la financiación de las empresas también son importantes para potenciar el crecimiento empresarial (43% y 40% de las empresas señalaron estas medidas, respectivamente).

 

 Fuente: Cámara de Comercio de España con datos del INE (DIRCE).

Por ello, a pesar de los incuestionables avances emprendidos por las diferentes Administraciones Públicas para la simplificación administrativa y la reducción de cargas burocráticas, aún permanecen barreras y umbrales administrativos de diferente naturaleza susceptibles de mitigación y eliminación. De hecho, el Marco estratégico en política de PYME elaborado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y presentado a comienzos de 2019, identifica como una de las palancas de actuación prioritaria la relativa al marco regulatorio, estableciendo que “la política de pyme debe garantizar el desarrollo de un marco regulatorio que contribuya a la remoción de trabas para el crecimiento y la consolidación de las empresas”.

Una labor que debería extender su acción más allá del ámbito de la Administración General del Estado, en tanto se evidencian diferencias singulares en la dimensión media de las empresas de las Comunidades Autónomas, como revela el siguiente gráfico.

Tamaño medio empresarial por Comunidades Autónomas

Fuente: Cámara de Comercio de España con datos del INE (DIRCE).

El crecimiento en la dimensión media del tejido empresarial, en suma, es un objetivo tanto del propio empresariado como del conjunto de Administraciones Públicas, cuyos efectos favorables se extienden al conjunto de la economía y la sociedad.

 

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