La Riqueza de las Regiones (por la Asociación Española de Ciencia Regional

El agua urbana en la década 2020-2030: tiempo de retos y oportunidades

El agua urbana en la década 2020-2030: tiempo de retos y oportunidades

Por * Manuel J. Marchena Gómez Presidente Institucional de la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua Urbana (AGA) y Catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Sevilla

El agua urbana en España se encuentra en un momento crucial. Ante los nuevos retos y exigencias que se plantean, es necesario actuar con inteligencia y adaptar la situación al futuro, ya presente. Para ello se hace necesario un ambicioso plan de inversión, que cuente también con una adecuada financiación. Sólo así se conseguirá continuar prestando un servicio de excelencia a la ciudadanía, respetando totalmente al medio ambiente, algo que supone el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y su Agenda 2030. Es necesario construir nuevas infraestructuras, adaptar las existentes y avanzar aún más hacia una prestación del servicio 100% circular, siendo así generosos con las generaciones venideras, para permitirles disfrutar de un servicio de la misma calidad que el que se ha disfrutado hasta ahora.

Son muchos los retos que tenemos por delante y, además, estos llaman a nuestra puerta de manera acuciante. La evidencia empírica de que el clima está cambiando es compartida de manera casi unánime por sociedad civil y científica y esto, afecta por supuesto al agua. En recientes fechas, el nuevo Gobierno de España ha acordado en su Consejo de Ministros la aprobación de la Declaración ante la Emergencia Climática y Ambiental.

España, como país firmante del Acuerdo de País, es responsable de reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero y para ello, avanzar hacia la descarbonización de su economía, cosa que ya está haciendo el sector del agua urbana.

El agua, como bien público y natural, ha de ser uno de los elementos base en la nueva economía descarbonizada y 100 % circular, que cumpla con las exigencias medioambientales que la sociedad demanda y que el planeta necesita. Desde antiguo, el binomio agua-energía es más que evidente y se trata ahora de enfatizarlo para alcanzar una economía libre de carbono.

Más allá de la producción hidroeléctrica tradicional, el sector del agua urbana puede ofrecer y ofrece, múltiples soluciones a la generación de energía renovable, con el aprovechamiento de sus propios procesos, especialmente de depuración. A partir de agua residual, somos capaces de obtener agua depurada, biogás, biocombustible para flotas de vehículos, estruvita, electricidad, abonos para agricultura y por supuesto, agua regenerada para el riego de parques, el baldeo de calles y otros usos.

Para todo esto es necesario innovar y, consciente de esto, hace décadas que las empresas de agua urbana son referentes en I+D+i, porque la gran tradición que acumulan gran parte de ellas, no va para nada reñida con la aplicación de la última tecnología a los procesos, para obtener las máximas garantías sanitarias en el agua de consumo humano y ésta se devuelva a los cauces naturales con las mejores condiciones sanitarias posibles, respetando al máximo el entorno natural.

Muchos son los retos por delante, pero también las oportunidades. La década que se acaba de iniciar, será clave para el conjunto de los servicios que se prestan a la ciudadanía, nos encontramos sin duda ante un cambio de paradigma muy influido, además, por la desigualdad evidente en el reparto de la densidad de población en España. No obstante, el reciente cambio de nombre del MITECO, que es ahora Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuya titular -Teresa Ribera- ocupa además el rango de Vicepresidenta del Gobierno, no es más que asunción por parte del Gobierno de España de dos hechos innegables que son: por un lado la crudeza de la realidad del ocaso demográfico de muchas zonas de la Península, que no admite más demoras en cuanto a la búsqueda de soluciones; por otro, la estrecha relación que se guarda entre medio ambiente y reto demográfico, relación en la que, sin duda, los servicios prestados a la ciudadanía, serán pieza clave.

Pero, dicho todo lo anterior, hay que hablar de un asunto capital, como es el esfuerzo económico necesario para llevar todas estas ideas a buen puerto.

Agotadas casi de forma completa las posibilidades de fuertes inversiones europeas en nuestro país, es necesario buscar soluciones imaginativas dando por sentado que, las distintas administraciones públicas españolas, aún no se han repuesto de forma satisfactoria de la última crisis económica y no están en disposición de volver al ritmo inversor de épocas pasadas. En consecuencia, es necesario buscar soluciones imaginativas en cuanto a inversión y financiación en infraestructuras hidráulicas.

Según estudios realizados recientemente por AGA, junto con diversas universidades, empresas consultoras y asociaciones también relevantes del sector del agua urbana, lo presupuestado actualmente tiene un déficit inversor para los próximos 10 años de al menos 2.500 millones de euros. Para alcanzar los 4.900 millones de euros de inversión que los expertos consideramos necesarias para el periodo 2020-2030, se debe multiplicar por dos la inversión prevista en este momento.

Y esto es así porque no sólo es necesario construir nuevas infraestructuras, que también, sino adaptar las existentes a las nuevas necesidades ambientales o simplemente reponer y sustituir materiales por obsolescencia de los mismos o por haber alcanzado una edad muy superior a la de su vida útil.

Sólo desde el compromiso de la sociedad en su conjunto y asumiendo que, ante este reto, todos hemos de arrimar el hombro, conseguiremos que el servicio de agua urbana que dejemos a las generaciones futuras sea, al menos, de la misma calidad y universalidad que el que disfrutamos actualmente. Y, ante la imposibilidad de la inversión pública directa, es necesario apelar a la valentía de los gestores de lo público para que apuesten por establecer tarifas realistas y justas, con las que contribuir con la protección del medio ambiente y la calidad del servicio a los ciudadanos y ciudadanas de todos los rincones de España.

 

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