Diferencias en la ley de Okun entre regiones europeas: ¿Notables? ¿A qué se deben?
Por Adolfo Maza, Universidad de Cantabria
El análisis de la validez de distintas leyes económicas ha sido siempre un importante campo de investigación dentro de la literatura económica. Entre ellas, una de las más estudiadas es la llamada ley de Okun, que postula una relación inversa entre las variaciones del producto interior bruto real (en adelante PIB) y las fluctuaciones de la tasa de desempleo. Más concretamente, el trabajo seminal de Okun (1962) concluye que lo que luego se ha denominado coeficiente de Okun tiende a situarse en torno a un valor de 0,3. Esto significa que, siempre que la tasa de desempleo se sitúe por encima de su tasa natural, un aumento del PIB del 1% conduce a una disminución de la tasa de desempleo de aproximadamente 0,3 puntos porcentuales.
Desde el mencionado artículo, ha habido una vasta literatura que intenta evaluar la validez/intensidad de la ley de Okun (véase Porras Arena y Martín Román, 2023, para un reciente meta-análisis sobre este tema). Inicialmente, y en cierto modo en consonancia con la especificación estándar de la ley de Okun restringida a variables macroeconómicas agregadas, la mayoría de los trabajos abordaron el estudio a nivel de país. Sin embargo, existe un debate en curso sobre la conveniencia de adoptar una perspectiva más general, multirregional, en la que las regiones deberían modelizarse como pequeñas economías autosuficientes (o autónomas). Freeman (2000), en lo que puede considerarse el estudio pionero de la ley de Okun a escala regional, argumentó que el uso de datos regionales “tiene el potencial de descubrir diferencias geográficas en la capacidad de respuesta de los mercados laborales a los cambios en la producción” (Freeman 2000, 558). Este enfoque regional también tiene sentido desde el punto de vista de la determinación de políticas si las regiones tienen competencias en política económica o, al menos, si existe un proceso de descentralización que hace que su papel sea cada vez más importante. En cualquier caso, aunque las regiones no tengan poderes directos de intervención en el mercado de trabajo, tienen competencias en muchos ámbitos políticos (formación, infraestructuras, etc.) que pueden utilizarse para diseñar políticas que, en última instancia, afectan al mercado de trabajo de una forma u otra.
En este contexto, y para los lectores de este blog no es muy necesario insistir en las bondades del estudio a nivel regional, un trabajo recientemente publicado (Maza, 2022) trataba de contribuir a la literatura de varias maneras. La primera, y probablemente menos importante, radicaba en el estudio de caso, ya que, utilizando datos de Eurostat, se empleó una muestra de 265 regiones europeas NUTS-2 (incluyendo el Reino Unido) durante el periodo 2000-2019. Otra contribución de este estudio tenía carácter metodológico; el modelo combinaba un enfoque de panel heterogéneo con el tratamiento de la dependencia de sección cruzada. La metodología empleada, cuya explicación por supuesto no tiene cabida aquí, permitió obtener, junto con un coeficiente de Okun “medio” para Europa, un coeficiente específico para cada región. Por último, ese trabajo trató de mejorar nuestra comprensión de la relación entre las variaciones del PIB y el desempleo explicando en profundidad los determinantes de las diferencias interregionales. Una vez obtenidos los coeficientes específicos de cada región, se propuso un modelo de corte transversal que trataba de desvelar los factores primordiales que podían explicar sus diferencias. Aparte de cuestiones relacionadas con la situación geográfica, el modelo incluyó variables relativas a: 1) coste y productividad; 2) nivel educativo; 3) indicadores demográficos; 4) indicadores de empleo y desempleo; 5) gasto en I+D; 6) otros indicadores relativos a la legislación del mercado laboral, en este caso con datos a nivel nacional.
Pasando ya a los resultados, que el paper demuestra son robustos desde distintas perspectivas, estos apoyaron la validez de la ley de Okun a escala regional en Europa: puede decirse, en términos generales, que existe una relación negativa y significativa entre la evolución de la producción y de las tasas de desempleo. Los resultados, que van en línea con la mayoría de los estudios empíricos realizados hasta la fecha, difieren sin embargo en la “fuerza” de la relación. Por ejemplo, el coeficiente medio de Okun obtenido es inferior (aproximadamente la mitad) al expuesto en el artículo original de los años sesenta, ya que alcanzó un valor de -0,186 o -0,149 dependiendo del estimador empleado.
En cuanto a los coeficientes individuales para cada región, por sencillez los muestro en un mapa (Figura 1). Un simple vistazo revela que existen importantes diferencias entre regiones. Otro rasgo esencial que se desprende del mapa es que los coeficientes no se distribuyen aleatoriamente, sino que están en buena medida agrupados geográficamente. Desde este punto de vista, parece que las regiones del sur de Europa se caracterizan por tener coeficientes más elevados (en valor absoluto) que, sobre todo, algunas regiones del centro, este y norte de Europa. Por tanto, un factor clave de estas diferencias es que las regiones con un coeficiente de Okun alto/bajo tienden a estar cerca unas de otras, y, como se ve en el trabajo, esta característica se mantiene incluso una vez que se tienen en cuenta los posibles factores explicativos de las disparidades regionales (especialmente en las regiones francesas y alemanas). Entre esas otras variables que muestran poder explicativo se encuentran la proporción de mujeres y jóvenes en el empleo (sobre todo en las regiones meridionales), ya que reducen la magnitud del coeficiente de Okun. Además, indicadores como la proporción de trabajadores autónomos y el empleo a tiempo parcial nos permiten comprender lo sucedido en determinadas zonas, principalmente en las regiones meridionales, donde: por un lado, el empleo autónomo se utiliza principalmente en épocas de recesión como forma de aliviar el desempleo, y; por otro, el empleo a tiempo parcial aumenta la volatilidad del mercado laboral, lo que contribuye a la mayor reactividad del desempleo a la producción. El desempleo de larga duración, que puede tomarse como señal de un mal funcionamiento del mercado laboral, también conduce a una mayor sensibilidad del desempleo a la producción. Además, la composición de la industria aparece como otro factor explicativo de las diferencias, ya que hay sectores como la construcción que se ven especialmente afectados por el ciclo económico. También es destacable el papel que juega el gasto en I+D, ya que aumenta los coeficientes de Okun debido a que suelen concentrarse en las épocas de bonanza. Por último, algunos factores institucionales, especialmente el nivel de protección del empleo, también contribuyen a esclarecer los motivos de las discrepancias entre regiones.
Figura 1. Coeficientes de Okun por región
Quiero acabar señalando que los resultados de este tipo de trabajos deben tenerse en cuenta al utilizar la relación de la ley de Okun en términos de política económica. Desde el punto de vista de la UE como posible zona monetaria óptima, las notables diferencias entre regiones sugieren que una política monetaria común provocaría efectos bastante heterogéneos, circunstancia que parece pasar desapercibida. De ahí que deban aplicarse políticas regionales específicas (o al menos políticas de diferente intensidad según la región) para abordar los problemas del desempleo. Además, parece demostrado que la evolución de la tasa de desempleo en cualquier región depende en gran medida no sólo de la evolución de su producción, sino también de las experiencias de crecimiento de las regiones vecinas, por lo que políticas de oferta y demanda coordinadas regionalmente podrían jugar un rol clave para mejorar la situación del mercado de trabajo. Por último, y de acuerdo a los resultados obtenidos, el trabajo apunta a los potenciales efectos de diversas políticas laborales en el valor del coeficiente de Okun.
Artículo completo: Maza, A. (2022). Regional differences in Okun’s law and explanatory factors: Some insights from Europe, International Regional Science Review, 45(5), 555-580.
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