Desigualdad de la renta en las regiones europeas
Por: Raul Ramos y Vicente Royuela. Investigadores del grupo Anàlisi Quantitativa Regional (AQR- IREA) de la Universitat de Barcelona
Diversas aportaciones académicas han apuntado a la desigualdad como causa de la crisis económica: Por ejemplo, Rajan (2010) argumenta que el aumento de la desigualdad indujo a los individuos de renta baja a endeudarse para mantener los niveles de consumo, lo que fue una de las semillas de la crisis. Stiglitz (2009) y Acemoglu (2011) apuntan a la creciente influencia de los más ricos en las decisiones de política económica, que de nuevo fueron una de las causas de la Gran Recesión. Como suele suceder, no hay nada como recurrir a los clásicos para comprobar cómo nuestras actuales preocupaciones ya fueron planteadas hace tiempo.
Así, por ejemplo, Joseph Schumpeter describía en 1955 las clases sociales como un hotel con diferentes habitaciones de diversa calidad. Las habitaciones siempre están llenas, pero la gente puede ir cambiando de habitación. Schumpeter argumentaba que la causa última del fenómeno de las clases sociales descansa en las diferencias de aptitud y esfuerzo individual. No obstante, del mismo modo, la tasa de intercambio entre clases (poder pasar de una habitación a otra del hotel) comporta una significación importante para entender cuestiones sociales fundamentales. Kuznets (1955) y Robinson (1976) muestran el mecanismo asociado a la conocida como curva de Kuznets, según la cual a medida que un país se desarrolla y pasa de ser un país eminentemente rural y agrícola a ser uno urbano e industrializado la desigualdad aumenta en las primeras etapas del crecimiento para luego decrecer.
Una perspectiva más moderna asume que cualquier mejora tecnológica (para Kuznets, la industrialización) comporta que un grupo de gente pueda sacar provecho de esta innovación, es decir, unos ingresos extra derivados normalmente de un monopolio tecnológico. Esto conlleva pues un crecimiento inicial de la desigualdad pero, a medida que la innovación se estandariza, el ingreso extra (dicho monopolio se asume pues temporal) desaparece y cae la desigualdad. Otro factor asociado a la desigualdad es la globalización. Los teoremas de Heckscher-Ohlin y Stolper-Samuelson muestran como la apertura comercial favorece que productos de elevada componente tecnológica se produzcan allí donde existe la ventaja comparativa: donde hay más tecnología. Por tanto, las desigualdades son persistentes. Esto es válido para los países, por las regiones, las ciudades, los barrios, las clases sociales y por supuesto para las personas. Por último, otro factor asociado a la existencia de las desigualdades tiene que ver con el entorno institucional. Disponer de instituciones de calidad permite que efectivamente esfuerzo y talento obtengan la recompensa adecuada, así como que los monopolios ligados a innovaciones tecnológicas sean efectivamente temporales. Dentro de este concepto podemos incluir un amplio abanico de instituciones: religión, familia, diversidad cultural y étnica, lengua, democracia, relaciones sociales, etc.
En Ramos y Royuela (2014) analizamos la evolución reciente de la desigualdad en las regiones europeas, así como el papel jugado por los distintos factores apuntados anteriormente. Tal y como se puede observar en la figura 1, hay que señalar que la desigualdad en Europa desde 2007 ha crecido en un número de países similar al de los que ha decrecido (figura 1). Desde el punto de vista regional, sin embargo (ver figura 2) podemos comprobar como la desigualdad en promedio ha experimentado un crecimiento y que éste se ha dado especialmente en la parte baja de la distribución de los ingresos (elemento que se recoge en el ratio P5010).
Figura 1. Evolución de la desigualdad entre 2007 y 2011. Índice de Gini
Figura 2. Distribución de la desigualdad en regiones europeas
La estimación de diversas especificaciones de un modelo de panel dónde se relacionan desigualdad y crecimiento económico a nivel regional nos permite concluir que:
- Tal y como predice el enfoque teórico de Kuznets, la desigualdad disminuye con el desarrollo. A pesar de que en nuestra muestra no se observa la relación positiva predicha por el modelo en las etapas iniciales del desarrollo económico, probablemente como consecuencia de que analizamos regiones relativamente desarrolladas.
- La introducción de innovaciones tecnológicas está asociada con mayores niveles de desigualdad. Así, una composición sectorial en servicios de alto valor añadido o una mayor proporción de personas de alto nivel educativo y/o empleado en la ciencia y la tecnología tienen un impacto creciente en la desigualdad.
- Las regiones especializadas en sectores potencialmente abiertos a la competencia global (el comercio, la comunicación, el turismo …) experimentan niveles de desigualdad más altos, en línea con las predicciones de los teoremas de Heckscher-Ohlin y Stolper-Samuelson.
- Las regiones con mayor densidad tienen niveles de desigualdad más altos, y ambas variables evolucionan positivamente con el tiempo. Por último, los factores institucionales juegan un papel en la explicación de la desigualdad, sobre todo en el lado derecho de la distribución (los niveles de ingresos más altos, P9050). Este resultado está relacionado con el hecho de que las fallas institucionales permiten a las élites una mayor apropiación de las rentas.
Las implicaciones de nuestros resultados en término de política económica apuntan a la necesidad de desarrollar políticas destinadas a reducir la desigualdad de oportunidades al tiempo que incentivar la desigualdad derivada del esfuerzo y el talento personal.
Referencias
- Acemoglu, D. (2011) “The crisis of 2008: Lessons for and from economics” in Firedman, J. (Ed.) What Caused the Financial Crisis , pp. 251-261. University of Pennsylvania Press
- Kuznets, S. (1955) Economic Growth and Income Inequality. American Economic Review, 45: 1–28.
- Rajan, R. (2010) Fault Lines: How hidden fractures still threaten the world economy. Princeton University Press.
- Robinson, S. (1976) “A Note on the U-Hypothesis Relating Income Inequality and Economic Development” American Economic Review, 66(3): 437–440.
- Schumpeter, J. (1955) Imperialism and Social Classes. New York, Meridian.
- Stiglitz, J. (2009) “The global crisis, social protection and jobs”, International Labour Review, 148(1-2): 1-13.