¿Cuál es el impacto económico de la sequía en España? Una aproximación cuantitativa para la adopción de medidas
Por Luz Dary Beltrán Jaimes – Departamento de Economía – Universidad Loyola Andalucía – ldbeltran@uloyola.es – @ldbeltranj
La aceleración del cambio climático desde el siglo XIX por la actividad humana hoy en día merece especial atención. Sin embargo, no le podemos atribuir total responsabilidad a fenómenos como la sequía, pues en regiones como la península ibérica debido a su ubicación geográfica resulta ser un fenómeno habitual. Lo que no resulta habitual, es la intensidad que se está viviendo en la región en los últimos tiempos, donde, los periodos secos cada vez se prologan más y se hacen más severos.
Si bien, el cambio climático influye en la recurrencia, longevidad e intensidad de la sequía, la reducción de las precipitaciones en el futuro, el crecimiento urbano y poblacional, el incremento de la producción, entre otros, han ido presionando a su escasez, lo cual, a su vez, acarrea graves consecuencias socioeconómicas y ambientales. Ya que, la sequía surge paulatinamente y se extiende por periodos de larga duración, la cuantificación de su impacto suele dificultarse, no obstante, sus efectos pueden ser directos y/o indirectos. Los directos generan cambios en la producción, el valor agregado o el empleo en actividades productivas cuyo uso intensivo es importante en su proceso de producción, como podría ser el suministro público de agua, la agricultura o el suministro de electricidad. Por su parte, los indirectos se derivan de los primeros, pues, una reducción del suministro podría afectar a la productividad de una empresa, al flujo de bienes y servicios a través de interconexiones sectoriales y a las cadenas de suministro. También afectan la demanda de bienes y servicios de los hogares.
En España, la situación parece no mejorar, el año hidrológico 2021-2022 ha resultado ser el más seco en las últimas cinco décadas; en agosto de 2022 la reserva de agua de España cayó al 39,2%, el nivel más bajo desde 1995. La situación es más grave en Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, Cataluña y Navarra (Ministerio de Transición Ecológica). Lo anterior, nos lleva a reflexionar respecto a la urgencia de crear y mejorar las existentes políticas medio ambientales, especialmente las enfocadas a paliar la sequía en el largo plazo, con el fin de anticiparse a sus efectos, a través de mecanismos que permitan a los mercados adaptarse a los periodos de sequía sin ver su producción altamente afectada. La anticipación y mitigación son fundamentales para minimizar sus efectos, no obstante, se requiere evaluaciones de impacto previos tanto económicos, como tecnológicos, sociales y ambientales, con el fin de dirigir recursos encaminados hacia una adecuada implementación y resultados.
Pero ¿de qué tamaño es el impacto económico de la sequía en España? Junto con los profesores Cardenete y Villegas del Departamento de Economía de la Universidad Loyola Andalucía, hemos generado una primera aproximación cuantitativa en respuesta a dicho interrogante a partir de modelización multisectorial tomando como base la Matriz de Contabilidad Social construida para España y las cuentas satélites del agua (Instituto Nacional de Estadística). Los resultados muestran que la reducción de los embalses a un 39% genera un impacto en términos de ingresos de 2,64% y en términos del PIB de 2,63%, lo que equivale a unas pérdidas en la economía de 60.422,55 millones de euros.
A nivel sectorial, el gran perdedor es el sector agrícola, con un impacto en términos del PIB de 42,49%, resultado esperado, pues es el sector más intensivo en uso de agua. También se ve afecta la producción alimenticia, de bebidas y tabaco manufacturado con una caída de 4,25% en términos de PIB. Estas industrias requieren de altos niveles hídricos en su proceso productivo y dependen de bienes intermedios del sector primario, generando efectos indirectos. La actividad productiva que incluye al agua natural, servicios de tratamiento y distribución de agua presenta un impacto de 3,95% en términos del PIB. Si bien, su input principal es el agua, su función consiste en ser gestor entre el recurso natural y el resto de las actividades productivas, por lo que, su output se ve reducido, pero en menos medida que otras actividades productivas intensivas en el uso del recurso natural. En menor medida, también se ve impactada la silvicultura y la explotación forestal, y servicios relacionados con los mismos con una caída de 3,40% en términos del PIB.
Como se observa, el impacto de la sequía es más severo en el sector primario, pues, la falta de agua genera un déficit de humedad que se prolonga con el paso del tiempo derivando en un daño en la tierra, los cultivos y los pastizales. No obstante, debido a las interrelaciones económicas existentes, también genera un impacto indirecto en el resto de las actividades productivas y en los agentes económicos, produciendo efectos inducidos en la economía española. Se debe tener en cuenta, que si bien, el modelo aplicado no capta este efecto, la escasez de productos agrícolas incrementa los precios que conlleva a un impacto en el consumo, por lo que, parte de las pérdidas se trasladarían a los consumidores.
En general, las medidas diseñadas para mitigar los efectos de la sequía requieren información precisa y oportuna respecto a los impactos económicos y sociales generados, cuyos resultados presentados anteriormente, busca ser una primera aproximación de la talla de la problemática. Las medidas paliativas incluyen la definición de partidas presupuestarias que para su adecuada gestión deben fundamentarse cuantitativamente, con el fin de determinar el alcance de la medida. Quizás, ante la excepcional situación actual de sequía sea buen momento para reflexionar y concienciar a la sociedad del grave problema al que nos enfrentamos y ante el cual debemos tomar medidas para mitigar los futuros impactos provocados por este fenómeno.
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