Bipartidismo y Economía regional
Por Raúl Mínguez Fuentes, Consejo Superior de Cámaras de Comercio.
El debate político desde las pasadas elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014 ha estado marcado por la presencia y notable ascenso de nuevas candidaturas políticas, hasta el punto de poner en duda el futuro sistema de partidos en España. El deterioro de la actividad económica, junto con el clima de desafección política, han desembocado en un cierto cuestionamiento de la hegemonía de las dos formaciones políticas tradicionales de las últimas décadas.
En este escenario, y al margen de las cuestiones esencialmente políticas, es interesante analizar en clave regional la relación observada entre el bipartidismo y la evolución económica reciente. Para ello, se interrelaciona la concentración del voto en España (proporción del voto total de las dos candidaturas más votadas de cada Comunidad Autónoma, como promedio de las Elecciones Municipales de mayo de 2011, Generales de noviembre de 2011, y Europeas de mayo de 2014), con la evolución de las principales magnitudes económicas regionales en el período (2011-2014), tal y como muestran los siguientes gráficos.
Fuente: Ministerio del Interior.
El crecimiento económico mantiene una relación ligeramente negativa con la concentración del voto: a mayor relevancia del bipartidismo, menores ritmos de avance del PIB regional.
Similar tendencia inversa se aprecia en el caso del déficit público y, especialmente, del PIB per cápita.
En sentido inverso, las Comunidades Autónomas donde dos partidos políticos acaparan mayor proporción del voto, registran los niveles más altos de desempleo y, paradójicamente, un mayor dinamismo exportador.
Para el caso de la deuda pública y la inflación, a priori, no se evidencia una relación determinante con la concentración manifestada en las urnas.
Desde el punto de vista empresarial, las empresas de las regiones con mayor relevancia del bipartidismo muestran menores niveles de confianza en la actividad que las Comunidades con mayor dispersión del voto.
En resumen, en una primera lectura, las Comunidades Autónomas donde el bipartidismo es más intenso tienen menor crecimiento económico, producto per cápita y confianza del tejido empresarial, así como mayor desempleo, que las regiones con mayor diversificación política. Como aspectos positivos, los niveles de déficit público son ligeramente menores, mientras que el impulso exportador es mayor.
El próximo año 2015, con citas electorales en materia local, autonómica y nacional, determinará si la nueva tendencia social se consolida o pierde vigor, con los previsibles efectos diferenciales sobre las economías regionales en función del nivel de concentración de las preferencias ciudadanas depositadas en las urnas.