Avances en el conocimiento del mercado único europeo
Por Raúl Mínguez Fuentes (Cámara de Comercio de España y Universidad Nebrija)
El mercado único europeo, creado en 1993, es uno de los ejes vertebradores de la integración de la Unión Europea (UE), y garantiza que bienes, servicios, personas y capitales circulen libremente por el territorio comunitario como lo harían dentro de un país, eliminando para ello barreras técnicas, jurídicas y burocráticas.
Los beneficios del mercado único son incuestionables, tanto para ciudadanos como para empresas. Un mercado único que funcione estimula la competencia y el comercio, mejora la eficiencia del mercado, eleva la calidad de los productos y servicios, y contribuye a la estabilidad y contención de los precios. No en vano, la armonización y el reconocimiento mutuo de las normas permiten disponer de un mercado integrado de más de 450 millones de personas.
Ilustración 1. Ventajas del mercado único
Fuente: Unión Europea.
Después de tres décadas desde su constitución, el mercado único continúa siendo un elemento necesario y crítico para la UE, como así queda manifiesto en la envergadura del Programa sobre el Mercado Único para 2021-2027, dotado con 4.200 millones de euros, o en la Estrategia Europea de Seguridad Económica (2023), una de cuyas prioridades es promover la competitividad y el crecimiento de la UE mediante el refuerzo del mercado único (“El mercado único es el mejor activo de la UE para que su economía siga siendo próspera, innovadora y resiliente”, apdo. 3.1).
En este marco, es fundamental disponer de información y conocimiento precisos sobre la situación del mercado único comunitario, como el recientemente publicado Informe anual sobre el mercado único y la competitividad, de la Comisión Europea, en el que se ofrece un análisis estructurado en torno a nueve motores de competitividad y los indicadores clave de rendimiento (KPI) conexos, e identifica prioridades futuras y recomienda acciones cuando corresponda.
Además de este ejercicio, la Comisión también ha difundido sendos documentos de trabajo, uno en el que se detalla cómo se calcularon los indicadores clave de rendimiento para la competitividad en el informe y otro sobre las principales conclusiones del Monitor Europeo de los Ecosistemas Industriales, con información metodológica de referencia y recomendaciones precisas en cada ámbito del mercado único.
También se ha publicado el nuevo cuadro de indicadores del mercado único (Single Market Scoreboard), que mide el rendimiento y resultados del mercado único en diferentes ámbitos e instrumentos políticos. A título de ejemplo, en la transposición de directivas:
- 8 Estados miembro mejoraron sus resultados globales en comparación con 2022; la situación empeoró en 6 Estados miembros (Dinamarca, Estonia, Grecia, Italia, Malta y Portugal).
- El déficit de transposición vuelve a la normalidad (0,7 %, frente al 1,1% del año pasado). 23 Estados se han ajustado al objetivo del 1% fijado por el Consejo Europeo.
- El retraso medio en la transposición alcanzó un máximo histórico, con 18,3 meses.
O sobre las infracciones:
- El número de casos pendientes de infracción del mercado único ha seguido disminuyendo.
- Con 44 casos de infracción del mercado único, España se une a Grecia como los Estados con más casos pendientes.
- Los sectores con más casos de infracción relacionados con el mercado único son el medio ambiente (30 %), el transporte (19 %), los servicios y profesiones (12 %) y la energía (10 %).
- La duración media de los casos es de 49 meses, un aumento del 2% respecto a los 47,9 meses de 2022.
Una información precisa y con detalle para cada país en ámbitos como los casos de incumplimiento y los sectores de alta incidencia, la contratación pública, el acceso a los servicios y a los mercados de servicios, incluido el reconocimiento de cualificaciones profesionales, o la financiación. A título de ejemplo, para el caso español:
Ilustración 2. Indicadores de Mercado Único: España – Transposición
Fuente: Unión Europea.
En suma, el mercado único sigue siendo uno de los pilares necesarios de la UE para alcanzar sus prioridades estratégicas y afrontar los actuales retos, tanto internos como a escala global. La información disponible permite identificar la persistencia de obstáculos que impiden su buen funcionamiento, como la fragmentación de los sistemas fiscales nacionales (y regionales); la existencia de diferentes mercados nacionales de servicios financieros, energía y transportes; las diferencias en legislaciones, normas técnicas y prácticas habituales del comercio electrónico entre los países de la UE; o la complejidad de las normas sobre el reconocimiento de las cualificaciones profesionales.
Las instituciones de la UE, los Estados miembro, y sus territorios y regiones, por tanto, deben aunar esfuerzos para conseguir una mayor armonización en todos estos frentes, para disponer de un entorno uniforme, cierto y propicio para el crecimiento y la competencia de las empresas de la UE y, por ende, el bienestar colectivo.
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