Estrategias de desarrollo urbano
Por José María Mella, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Asociación Española de Ciencia Regional
Actualmente, una serie de municipios españoles están elaborando las llamadas “Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado” (DUSI).
Estas estrategias consisten en la identificación de líneas de actuaciones prioritarias, coherentes y con una visión de largo plazo, y no únicamente de proyectos para abordar problemáticas específicas.
La financiación disponible para estas Estrategias procedente del FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) se eleva a 1.000 millones de euros destinados a municipios o agrupaciones de los mismos con más de 20.000 habitantes (“área urbana”). Teniendo en cuenta que el FEDER cofinanciará el 50% del importe de las DUSI, cabe esperar una inversión total de 2.000 millones de euros por este concepto.
Un “área urbana” puede ser un conjunto de municipios relacionados entre sí por vínculos económicos, sociales o de empleo. Puede ser también un conjunto de municipios contiguos densamente poblados, o bien pueden ser redes de ciudades poli-céntricas e, incluso, relaciones entre el campo y la ciudad en torno al cultivo de tierras, la agricultura, el abastecimiento de energía y la elevación de la calidad de vida. Todo ello para aprovechar las complementariedades existentes y dar solución a problemas comunes.
Los Ayuntamientos participantes deberán definir un único órgano de gestión administrativa para las estrategias, que podría ser uno de dichos Ayuntamientos o un órgano supralocal existente o de nueva constitución.
Corresponde a cada Estado Miembro de la UE la selección de las “áreas urbanas con adecuadas estrategias”, definidas atendiendo a la mejora duradera y a largo plazo de las condiciones sociales, económicas y ambientales de la población.
El Programa de Estrategias Urbanas, a llevar a cabo hasta el año 2020, podrá centrarse en cuatro de los once objetivos temáticos establecidos. Estos objetivos son:
1. El fortalecimiento de la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación.
2. La mejora del acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, así como de su uso y calidad.
3. La mejora de la competitividad de las pymes.
4. El apoyo del cambio hacia una economía de bajas emisiones de carbono.
5. El fomento de la adaptación al cambio climático, y a la gestión y prevención de riesgos.
6. La preservación y protección del medio ambiente y el incremento de la eficiencia en el uso de los recursos.
7. El fomento del transporte sostenible y la eliminación de la congestión en infraestructuras de redes clave.
8. El fomento del empleo sostenible y de calidad y el apoyo a la movilidad laboral.
9. El fomento de la inclusión social y la lucha contra la pobreza y contra cualquier tipo de discriminación.
10. La inversión en educación y en formación profesional para la capacitación y el aprendizaje permanente.
11. La mejora de la capacidad institucional de las autoridades públicas y de la eficiencia de la administración pública.
E ahí, sin duda, una tarea -merecedora de suma atención- a la que los ayuntamientos están convocados.
La participación de los ayuntamientos en esta línea de ayudas dependerá de su capacidad para delimitar un área urbana coherente con el desarrollo de las estrategias, la definición clara de los retos y los problemas a resolver, y de la intervención decidida de los agentes económicos y sociales locales implicados.