Deconstrucción de la ciudad, del desarrollo y de la clase creativa. Impresiones desde Londres
Por Márquez Domínguez, Juan Antonio – Universidad de Huelva – antonio@uhu.es
Las teorías del desarrollo recientes han apostado por perfeccionar la eficiencia en la productividad y el posicionamiento exterior, afianzando las cadenas de suministro y la competitividad. Sin embargo, los modelos de competitividad no explicaban todos los procesos de desarrollo y dieron lugar a búsquedas de ideas claves en un contexto de internacionalización. Hace aproximadamente una década, comenzó a difundirse las obras de Richard Florida, quién creyó que la llamada clase creativa era motora del desarrollo y portadora de tres conceptos fuerza: el talento, la tecnología y la tolerancia. Hoy, de nuevo, estamos ante una insatisfacción teórica que debe enfrentar el proceso y la dialéctica de la globalización-desglobalización.
Efectivamente, la incidencia de los mecanismos de las grandes ciudades creativas en el desarrollo regional, nacional e internacional no está suficientemente explicada. Una reciente visita exploratoria a Londres, ciudad en torno a los 9 millones de habitantes, me ha permitido tener nuevas impresiones sobre las características que propone Richard Florida para las ciudades creativas. Al mismo tiempo, esta experiencia puede servir para reflexionar sobre los procesos del desarrollo en un mundo globalizado de forma asimétrica, donde las tentaciones de cerrar fronteras y desbrozar caminos hacia nacionalismos decimonónicos, amenazan constantemente el deseo de construir una gobernanza internacional. Para complicar este panorama, muchas ciudades no encuentran su lugar en el contexto mundial, han visto enrarecido su mercado laboral y tejido urbano, con los fenómenos migratorios o de gentrificación. Se están creando escenarios diferentes de deslocalizaciones y relocalizaciones industriales y de servicios que deben ser reinterpretadas.
A saber, en 2009 Richard Florida destacó tres elementos para impulsar el desarrollo en la ciudad creativa: el Talento, La Tecnología y la Tolerancia, recursos renovables ligados a la capacidad creativa humana. Pero estos elementos no se encuentran de forma homogénea en toda la ciudad, sino que es privativo de la clase creativa, ni burguesa, ni proletaria, ni rentista, ni religiosa, ni noble…. Son artistas, escritores, diseñadores, médicos, arquitectos, profesores de universidad, científicos, músicos abiertos a ideas y a gente diferente… buscadores de vida que suelen concentrarse en una o varias zonas de la ciudad.
La tecnología y la innovación son elementos esenciales para satisfacer un mercado cambiante que debe contar con las universidades y otras instituciones formativas. La Tecnología puede ser medida por la concentración de la innovación y de la industria de alta tecnología.
El Talento es la fuerza principal de cualquier empresa y si no se tiene, la habilidad y la estrategia de las ciudades debe centrarse en atraer y retener a la gente con talento. El Talento puede medirse como el porcentaje de personas con educación superior.
La Tolerancia invita a la creatividad cultural y a la apertura de ideas y a gente diferente, a formas de vida alternativos y al cambio de estatus social; la tolerancia puede ser medida por diversos índices como el gay, el bohemio, el de crisol de culturas o el de integración racial.
Florida sostuvo que las clases creativas generaron un mayor crecimiento en las ciudades, buscando lugares tolerantes y atractivos. En realidad las ciudades creativas ofrecieron empleo de calidad y salarios altos, sin enfrentamiento con las estructuras tradicionales de poder, con las que muchas veces se alían, en un reconocimiento del éxito y la plutocracia.
Las ideas fuerzas de las ciudades creativas para explicar el desarrollo, entendido y confundido muchas veces como crecimiento económico, asumen y superan modelos de competencia porterianos, de aglomeraciones industriales, empresariales o de clúster. Desde la perspectiva de los gestores institucionales del desarrollo se marcaron estrategias preocupadas por impulsar las condiciones para el fortalecimiento de las clases creativas, impulsando la participación, el intercambio de ideas, las redes de información y un ambiente de confort en la vida cotidiana. El mundo de hoy vive un hecho paradójico: mientras la económica se deslocaliza, la clase creativa y la innovación se concentra en las grandes ciudades. Sin embargo, la política creadora de parques empresariales y tecnológicos, en muchas ciudades, proyecta hoy más sombras que luces y una larga lista de infraestructuras cerradas.
No obstante, promover la creatividad, fomentando el talento, estimulando la tolerancia y creando un ambiente tecnológico constituyeron y constituyen las ideas fuerza de la planificación estratégica de muchas ciudades, asimilándola a Inteligencia Territorial. El modelo de 3 T para impulsar una ciudad creativa, ha generado efectos colaterales perversos sobre la tradicional clase trabajadora, que sufre el peso de la mutación de los centros de interés de las instituciones y la flexibilidad productiva.
En este contexto, se observa una crisis generalizada de los modelos de desarrollo, un aumento de la desigualdad, la precarización laboral, la segregación espacial o la gentrificación de algunas ciudades… Dentro de la misma empresa, las diferencias de renta son muy considerables entre los cuadros o clase creativa y los peor pagados. Sin embargo, en las grandes ciudades, como Londres, la abundante riqueza ha amortiguado la pobreza. Salvando las grandes distancias que nos separa de Mandeville, se puede afirmar que la tolerancia religiosa y cultural ha hecho que, por ejemplo, una parte importante de la clientela de los almacenes Harrods sea musulmana con un escandaloso poder adquisitivo.
Un replanteamiento del modelo de Florida, 10 años después, catalizado desde la experiencia exploratoria de Londres, permite constatar la vitalidad y continuidad de esta ciudad creativa y su papel en el desarrollo local, regional, nacional e internacional. Yendo más allá del modelo 3T, es necesario preguntarse, cuales han sido las claves del éxito para la continuidad de la ciudad creativa londinense, evitando la fuga de cerebros, mitigando la pobreza y la desigualdad en un ambiente de potenciación de la capacidad competitiva.
Modelos como el de Florida tienen un enorme potencial pedagógico, por la simpleza de detectar la punta del iceberg que moviliza el desarrollo, pero no enfrentan la enorme complejidad de la realidad geográfica. Quizás, la clase creativa y sus atributos de Tolerancia, Tecnología y Talento dependa de una inteligencia emocional y biológica relacionada con un constructo individual que necesita ciudades, con un nicho ecológico adecuado a sus aspiraciones. Por tanto, la estrategia no estaría en atraer talento, impulsar la tolerancia y potenciar la tecnología, sino en crear una ciudad Pitapep, donde exista:
1-Participación democrática en las decisiones que afectan a los ciudadanos.
2-Identificación de una historia-arquitectura asimétrica, adecuada a sus funciones
3-Transportes y comunicaciones que tejan una logística esbelta.
4-Ambiente sano y cuidado, producto de un respeto a la naturaleza y legislación protectora.
5-Producción flexible, adaptada a cambios y mutaciones constantes.
6-Emplazamiento ventajoso, con recursos propios o cercano a grandes ríos o puertos comerciales.
7-Población umbral para hacer rentable cualquier tipo de negocio.
Pero, la ciudad Pitapet no se construye en una noche de verano, necesita un poso y un tiempo del que muchas ciudades no disponen. Tampoco es posible crear un marco adecuado al desarrollo sin la existencia de uno o varios de estos condicionantes territoriales activos. Sin ellos, difícilmente se puede anclar el talento. Las estrategias de desarrollo de las ciudades, antes de apostar por el modelo 3T de Florida, deben pasar por construir un entorno Pitapep. Los lugares importan; la ciudad que pueda desarrollar una vida gozosa hará vibrar a sus habitantes con una topofilia que la mantendrá prospera en el tiempo.
Bases bibliográficas
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Porter, M. (1998): On competition. Havard Business Review Book
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Tuan, Yi-Fu (2005): Cosmos y hogar. Un punto de vista cosmopolita. Melusina. Madrid.
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